Hundir la flota
Cada vez m¨¢s b¨¢sicas, ruidosas, grandilocuentes, hipertrofiadas y necias, las superproducciones de acci¨®n procedentes de Hollywood (o, al menos, buena parte de ellas), esas que luego se encaraman a los primeros puestos de la taquilla, tienen el valor de hacer mejores a las anteriores, que ya parec¨ªan poseer tal potencial, quiz¨¢ porque la simpleza, el ruido, la grandilocuencia, la hipertrofia y la necedad est¨¢n gobernando el mundo. As¨ª que solo hay que ver los modelos para darse cuenta de que tratar de imitar a una casta?a s¨®lo puede dar como resultado otra casta?a, pero peor.
Battleship tiene un modelo formal, el cine de Michael Bay (de Pearl Harbor a Transformers), que ya es una pomposa imitaci¨®n del de James Cameron, aunque en plan (m¨¢s) hortera, y un modelo narrativo, el juego de mesa Hundir la flota (s¨ª, han o¨ªdo bien, corroborado en los t¨ªtulos de cr¨¦dito). ?El resultado? Un disparate de vacua pirotecnia visual, hinchado hasta las dos horas largas de metraje, que si no posee la base dram¨¢tica m¨¢s inconsistente jam¨¢s vista poco le falta, y en la que Peter Berg, director del evento, s¨®lo parece tener en mente el estilo Bay (algunos le llaman ¡°poeta de la destrucci¨®n kitsch¡±), al que homenajea con iron¨ªa en su plano m¨¢s c¨¦lebre, ese que muestra a sus protagonistas en formaci¨®n, al ralent¨ª, andando hacia las m¨¢s altas cotas del hero¨ªsmo patriotero.
'Battleship'
Direcci¨®n: Peter Berg.
Int¨¦rpretes: Taylor Kitsch, Brooklyn Decker, Liam Neeson, Rihanna, Alexander Skarsgard.
G¨¦nero: acci¨®n b¨¦lica. EE UU, 2012.
Duraci¨®n: 130 minutos.
Para alcanzar esas dos horas largas, frontera que para los ejecutivos separa las pel¨ªculas serias de las pasajeras, Berg y sus guionistas meten a cap¨®n un in¨²til partido de f¨²tbol de m¨¢s de 10 minutos, aunque luego no se les cae la cara de verg¨¹enza por olvidarse durante m¨¢s de media hora de dos de las cuatro ambientaciones (y tramas) en las que se desarrolla la batalla contra la invasi¨®n alien¨ªgena: la que protagoniza en el puesto de control militar Liam Neeson, definitivamente instalado en su papel de h¨¦roe de acci¨®n a los sesenta a?os, aunque aqu¨ª no d¨¦ ni un pu?etazo; y esa absurda reuni¨®n alrededor de la Situation Room, habitaci¨®n ya familiar de la Casa Blanca gracias al cine y a la televisi¨®n.
Presunta reivindicaci¨®n de lo a?ejo (vintage, dir¨¢n algunos, aunque a eso nos referimos con la frase final), del juego de mesa sobre el videojuego, de la antigua armada sobre la alta tecnolog¨ªa militar, en realidad Battleship es un producto inequ¨ªvoco del tiempo presente: indolente, superficial, estridente y profundamente imb¨¦cil.
Babelia
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