Retropuritanismo
La semana pasada Fernando Savater escribi¨® un espl¨¦ndido art¨ªculo sobre los esfuerzos de una organizaci¨®n que aconsejaba a la ONU la exclusi¨®n de la Divina Comedia de los planes de estudio europeos, por ciertos contenidos que podr¨ªan considerarse racistas y hom¨®fobos. Esta polic¨ªa del pasado ha logrado desde la desaparici¨®n de ciertas expresiones en las novelas de Mark Twain hasta juicios paralelos a las obras de arte por las conductas particulares de sus autores.
La oleada de perturbadora retropuritanismo se filtra tambi¨¦n en las costuras de un mont¨®n de series de televisi¨®n. Cualquiera que recorra las librer¨ªas de centros comerciales o de lugares de paso, como estaciones o aeropuertos, comprobar¨¢ que el relato hist¨®rico es moda triunfante. En esos lugares se trata a la literatura como al pescado en la lonja, pero no dejan de ser ventanas dignas de observarse. El g¨¦nero en s¨ª mismo no tiene nada reprobable, ser¨ªa como despreciar la novela policiaca o criticar a un ni?o que lea sobre aventuras interplanetarias. Quiz¨¢ en un periodo utilitarista como el que vivimos, muchos lectores persiguen que su rato de evasi¨®n tambi¨¦n incluya conocimientos que dej¨® pendientes en los a?os escolares. Tengo un amigo empe?ado en aunar la novela de acci¨®n y el bricolaje, seguro de que ambos servicios ser¨¢n apreciados por los consumidores, pero a¨²n no ha logrado la f¨®rmula de ¨¦xito.
En las series, m¨¢s all¨¢ de pelucas, lomos al descubierto, costumbres sexuales fotog¨¦nicas y escenas a la luz de las antorchas, se fuerza a los personajes a adoptar los principios morales de nuestra ¨¦poca, desde el feminismo al agnosticismo, y entre los buenos ning¨²n padre pega a sus hijos, todos son esposos comprensivos o mujeres independientes. Este falseamiento hist¨®rico est¨¢ adornado por una cosm¨¦tica externa cuidada y recreada con precisi¨®n. En lo m¨¢s hondo, la incapacidad para entender la evoluci¨®n de los hombres es una censura retroactiva. Se ejerce sobre el pasado porque no nos gusta, nos resulta grosero o inc¨®modo. Renuncia a contar la mayor virtud del ser humano, su vocaci¨®n de mejora social. Proceso en el que a¨²n estamos inmersos por m¨¢s que muchos se entreguen a adecentar el pasado en lugar de mirar hacia adelante.
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