Dur¨ªsima carta del distribuidor Adolfo Blanco al ministro Wert
"El recorte de un 36,2% en el presupuesto dedicado al cine lo ¨²nico que lograr¨¢ es la muerte del negocio cinematogr¨¢fico"
Adolfo Blanco, fundador y consejero delegado de A Contracorriente Films, ha enviado esta misma ma?ana una dura carta p¨²blica al ministro de Educaci¨®n, Cultura y Deportes, Jose Ignacio Wert, y a la directora del ICAA (Instituto de la Cinematograf¨ªa y las Artes Audiovisuales), Susana de la Sierra, en la que asegura que el recorte de un 36,2% en el presupuesto dedicado al cine lo ¨²nico que lograr¨¢ es la muerte del negocio cinematogr¨¢fico. A contracorriente lleva en el mercado tres a?os y distribuye principalmente cine europeo, unos ocho t¨ªtulos al a?o, entre ellos grandes ¨¦xitos como el reciente franc¨¦s Intocable, Jane Eyre, el filme que estuvo nominado a mejor pel¨ªcula europea en los Goya, o el que se estrena hoy mismo De Nicolas a Sarkozy.
Blanco, que lleva en el sector de la industria audiovisual unos veinte a?os, afirma en la misiva que la decisi¨®n de recortar de manera tan dr¨¢stica los fondos dedicados al cine ¡°parece m¨¢s una venganza que una b¨²squeda de remedio¡±. La carta, de casi cuatro folios, analiza algunos de los puntos m¨¢s vitales del sector, compar¨¢ndolo con el apoyo decidido al f¨²tbol en nuestro pa¨ªs, como los horarios del cine en televisi¨®n, el dinero que destinan las cadenas a la producci¨®n y los fondos del Estado. ¡°El cine de ning¨²n pa¨ªs del mundo tiene en el f¨²tbol un rival tan brutal, un rival adem¨¢s alimentado por el poder pol¨ªtico. Y luego hablan de la cultura de la subvenci¨®n¡±, denuncia Adolfo Blanco, que recuerda que los clubes de f¨²tbol deben a la Hacienda p¨²blica 752 millones de euros.
A continuaci¨®n el texto ¨ªntegro de la carta.
Carta abierta a Jos¨¦ Ignacio Wert
Querido Ministro,
Desde hace m¨¢s de veinte a?os, trabajo en la industria del cine. Decido enviarle esta carta poniendo en copia a la Directora General del Instituto de Cinematograf¨ªa (ICAA), Susana de la Sierra, confiando que lo que voy a decirle a usted aporte alg¨²n argumento ¨²til a la Direcci¨®n de la que, dentro de su Ministerio, ella es responsable.
Quiero empezar felicit¨¢ndole, como Ministro que tambi¨¦n es de Deportes, por el magn¨ªfico papel que los equipos espa?oles de f¨²tbol est¨¢n haciendo en Europa. 5 equipos entre los 8 mejor clasificados este a?o en competiciones continentales (y ojal¨¢ veamos dos finales espa?olas) no est¨¢ al alcance de cualquier pa¨ªs. Es motivo de admiraci¨®n en todo el mundo y para m¨¢s de uno puede ser tambi¨¦n raz¨®n de asombro. Quiz¨¢s gente de Europa como Merkel o Sarkozy, que siempre quieren buscarle tres pies al gato, se pregunten c¨®mo un pa¨ªs en quiebra, con ¨ªndices de paro tan altos, puede brillar tanto en el deporte rey, que no es un deporte precisamente barato.
He venido d¨¢ndole vueltas al asunto y coment¨¢ndolo con colegas del negocio que est¨¢n ocupados estas semanas en el cierre de sus productoras y distribuidoras. Poco a poco he ido pasando de la alegr¨ªa como buen aficionado al f¨²tbol (colchonero) y buen espa?ol, a una cierta preocupaci¨®n indignada al llegar a la conclusi¨®n que con esto del f¨²tbol a los del cine nos han metido m¨¢s de un gol.
No voy a ser yo quien defienda ciegamente al cine espa?ol, de verdad que soy bastante cr¨ªtico. En su vertiente de producci¨®n, creo que las pel¨ªculas que se est¨¢n haciendo en Espa?a no responden, las m¨¢s de las veces, a lo que el p¨²blico demanda, adem¨¢s de que se promocionan bastante mal. Nos hemos empe?ado en eliminar el riesgo de la ecuaci¨®n empresarial de la fabricaci¨®n de pel¨ªculas y acabamos haciendo ¨²nicamente lo poco que las televisiones, en decisiones a veces dif¨ªciles de entender, est¨¢n dispuestas a comprar, aunque sepamos positivamente que al p¨²blico que va al cine no le va a interesar.
La deficiente manera de sacar al mercado casi todas nuestras pel¨ªculas es un hecho que nadie cuestiona. Adem¨¢s, buena parte del "talento" (actores y directores) de este pa¨ªs se ha esforzado con arrogancia en dar la espalda al espectador, cuando no a insultarlo. Por eso, ese "talento" no puede pretender que el p¨²blico le corresponda incondicionalmente. Cuando a uno le tratan mal en un restaurante no vuelve, por muy buena que sea la comida; el cine espa?ol, o algunos destacados representantes del mismo, han faltado el respeto a sus clientes, despreciando a quienes no piensan como ellos. Y como en el restaurante del cine espa?ol sigue habiendo adem¨¢s demasiados platos que no tienen altura suficiente para servirse en la mesa, es obvio que el p¨²blico ha perdido la confianza y la complicidad que se podr¨ªa tener hacia alguien amable. Conviene un ejercicio de autocr¨ªtica entre quienes hacemos las pel¨ªculas, y necesitamos una transformaci¨®n bastante a fondo en muchos aspectos. Pero eso dar¨ªa para unas cuantas cartas m¨¢s.
El cine espa?ol, su industria, no lo forman s¨®lo sus productores, directores, t¨¦cnicos y actores; en este sector, es de capital importancia tambi¨¦n, he dicho tambi¨¦n, la actividad de distribuci¨®n de pel¨ªculas y su exhibici¨®n en las distintas formas, desde las salas de cine (el exhibidor siempre acaba siendo el gran olvidado) hasta las televisiones, pasando por el DVD, el VOD, Internet, etc. Tradicionalmente, los distintos Gobiernos han obviado bastante esta parte del negocio (la del contacto con el cliente y la facturaci¨®n real), contribuyendo con ello a que Espa?a lidere en el mundo el porcentaje de p¨¦rdida de espectadores, no s¨®lo de cine propio sino tambi¨¦n del que se hace en otros lados.
Mientras en Italia o Francia, donde por cierto se produce un cine que la gente va a ver a las salas, la frecuentaci¨®n al cine se mantiene bastante estable, con notable crecimiento en el caso franc¨¦s, en Espa?a perdemos p¨²blico progresivamente. La ca¨ªda del 18% de espectadores en s¨®lo un a?o y de casi el 30% desde 2010 deber¨ªa ser motivo de preocupaci¨®n, especialmente si pensamos que quien est¨¢ desertando es el p¨²blico joven, el futuro.
Mirado en su conjunto, el negocio del cine en este pa¨ªs est¨¢ enfermo, eso est¨¢ claro. Y ante esta situaci¨®n, en un movimiento que a algunos parece m¨¢s una venganza que una b¨²squeda de remedio, yo dir¨ªa que el actual Gobierno ha optado por la eutanasia. Recortar un 36,2% el presupuesto asignable a la producci¨®n de pel¨ªculas (y me temo distribuci¨®n de cine europeo) lo ¨²nico que lograr¨¢ es acelerar la muerte del paciente. Y eso usted lo sabe, se?or Ministro. Dicen ustedes, los del Gobierno, que es un ejercicio de austeridad, obligado en una situaci¨®n de crisis, como si el "ahorro" de 27 millones de euros, que va a la yugular de este sector tan inc¨®modo para ustedes, fuese a significar un alivio real en las cuentas del Estado. Cualquiera de los que trabajamos en esto entendemos que el cine no es algo "fundamental y b¨¢sico", no es un bien de primera necesidad y estamos dispuestos a aceptar los recortes que el pa¨ªs necesite, a¨²n sabiendo que nuestra industria, en Espa?a y en todo el mundo, es inviable sin el apoyo del Estado. Pero s¨®lo entenderemos que se ponga en el disparadero a todo un sector mientras se sea coherente y se trate con el mismo criterio a todas las actividades que no sean de primera necesidad, especialmente en el segmento de la cultura y el ocio en que el cine ha de competir.
A prop¨®sito de ese ahorro de 27 millones en cine que han anunciado, ?no convendr¨ªa tambi¨¦n al pa¨ªs, por ejemplo, que los clubes de f¨²tbol devolviesen los 752 millones de euros que deben a la Hacienda p¨²blica? Obligarles a tomar medidas para salir de una quiebra que estamos pagando todos no ser¨ªa una decisi¨®n popular (quiz¨¢s tendr¨ªan que vender a sus estrellas y no llegar¨ªamos a semifinales en Europa, nos quedar¨ªamos sin circo), pero s¨ª que se traducir¨ªa en un ahorro m¨¢s efectivo. Tambi¨¦n ser¨ªa un enorme alivio impedir que las televisiones (especialmente las p¨²blicas) paguen las cifras que se publican por los partidos de f¨²tbol.
Se ha convertido este deporte en una especie de monstruo que, alimentado por el Gobierno anterior tras ponerlo en manos de empresas amigas, est¨¢ devorando muchas cosas de nuestros conciudadanos, sobre todo su tiempo: cu¨¢ntas horas que se dedican al f¨²tbol podr¨ªan servir para cultivarnos un poco... En Espa?a el f¨²tbol es un monstruo que no genera lo que gasta, ni por asomo, pero tiene tal envergadura que es capaz de llevarse por delante a las industrias culturales, especialmente al cine, al que ataca en sus puntos m¨¢s vitales.
1) Los horarios. El cine perdi¨® su batalla del s¨¢bado noche hace muchos a?os, pero el tema ha ido a peor. Recuerdo que ¨²nicamente el sector de la restauraci¨®n se opuso con movilizaciones a que los partidos se televisasen en el momento m¨¢s adecuado para el consumo de ocio, el s¨¢bado por la noche. El cine call¨® en ese momento y ese silencio se est¨¢ pagando. A diferencia de otros pa¨ªses, los mejores partidos se emiten en el prime time de los s¨¢bados. Pero no contentos con dejarle destrozar ese horario privilegiado, sin ning¨²n tipo de regulaci¨®n diferente a la dirigida a proporcionar comida al monstruo, se ha permitido al f¨²tbol que ocupe absolutamente todos los horarios del fin de semana. ?Sabe usted, se?or Wert, por ejemplo, el da?o que hace un partido del Real Madrid cuando se juega el s¨¢bado a las 20h? Destroza la sesi¨®n de las 6, la de las 8 y la de las 10 ?del mejor d¨ªa de la semana! Y con clubes tan fuertes como tenemos, las competiciones europeas (a diferencia de otros pa¨ªses) se alargan hasta mayo, todos semifinalistas, erosionando tambi¨¦n la taquilla de las noches de los martes, mi¨¦rcoles y jueves.
2) El dinero de las televisiones. A que nuestro f¨²tbol sea as¨ª de estupendo, contribuyen las cifras escandalosas que nuestros equipos perciben de las televisiones, dineros que ¨¦stas dejan de aplicar a la producci¨®n audiovisual. Esos ingresos (280 millones se reparten los dos equipos m¨¢s poderosos) ayudan a que el Madrid, o el Bar?a o incluso el Atleti, el Sevilla y muchos otros, tengan unos excelentes planteles, llenos de jugadores extranjeros, obligando por cierto a buscarse la vida fuera a jugadores de aqu¨ª. ?De verdad hace falta plantillas as¨ª?, ?es sostenible que los equipos espa?oles hayan gastado el verano pasado, en plena crisis, 344 millones de euros en comprar futbolistas?, ?nos hemos parado a pensar que un s¨®lo fichaje de un jugador de ¨¦lite cuesta m¨¢s al sistema que lo que ahora su Ministerio le est¨¢ quitando al cine espa?ol? Y he dicho al sistema y no a su club porque uno tiene la sensaci¨®n que a esos jugadores los estamos pagando entre todos. Hay muchos millones de espa?oles que no aprueban que las televisiones gasten tanto en el f¨²tbol. Y menos a¨²n el Estado con nuestros impuestos.
3) Los fondos del Estado. Es indiscutible que el dinero que las televisiones p¨²blicas aplican al f¨²tbol estamos pag¨¢ndolo todos (a veces, como en Catalunya, se utiliza el presupuesto para retransmitir el mismo encuentro que emite La Sexta por otro canal, qu¨¦ h¨¢bil la directora de TV3 cuando dijo que si le obligaban a seguir recortando tendr¨ªa que renunciar al Bar?a¡). Pero es que el equilibrio que permite seguir funcionando a los clubes con las deudas tan bestiales acumuladas con el propio Estado, un Estado en d¨¦ficit, no deja de ser una subvenci¨®n encubierta. Y qu¨¦ decir de la mano directa que diferentes comunidades aut¨®nomas han echado (v¨ªa recalificaci¨®n de estadios, v¨ªa ayudita de la CAM o como sea) a los equipos propios (propios de sus due?os, que ni siquiera pertenecen a las ciudades). Deben dar votos, pero perm¨ªtame que le diga, se?or Wert, que usted no deber¨ªa aceptar que se compren esos votos a costa de industrias, digamos, m¨¢s culturales. Recordaba hace poco Mois¨¦s Romero que ?el peri¨®dico brit¨¢nico The Independent calific¨® la situaci¨®n de "doping financiero" y una verg¨¹enza en un pa¨ªs que tiene el 50% de los j¨®venes en paro? y m¨¢s humillante todav¨ªa es la frase de Uli Hoeness, presidente del Bayern Munich, pr¨®ximo rival de su Real Madrid, se?or Ministro: ?Damos dinero a los espa?oles para salir de la crisis y sus equipos no pagan a Hacienda?.
Ser¨ªa simplificar atribuir a la burbuja del f¨²tbol todos los males del cine, no estoy pretendiendo eso, pero parece evidente que en Espa?a se ha convertido, con la ayuda de los Gobiernos (y muy especialmente del socialista anterior) en un competidor desleal que est¨¢ contribuyendo con eficacia a que nuestra industria vaya peor, mucho peor. El cine de ning¨²n pa¨ªs del mundo tiene en el f¨²tbol un rival tan brutal, un rival adem¨¢s alimentado por el poder pol¨ªtico. Y luego hablan de eliminar la ¡°cultura de la subvenci¨®n¡±¡
Jos¨¦ Manuel Lorenzo, Presidente de PATE (nueva entidad que agrupa a las productoras de televisi¨®n), recordaba no hace mucho que era inexplicable que TVE no pudiese financiar series o, dir¨ªa yo, comprar pel¨ªculas porque tiene que pagar, por ejemplo, 4 millones de euros (?700 millones de pesetas!) por la Supercopa de Espa?a, s¨ª ese torne¨ªllo de verano que enfrenta a los campeones de Liga y Copa. Campeones que, por el desigual reparto del dinero de las teles, seguir¨¢n siendo muchos a?os el Madrid y el Bar?a. Pero bueno, esto del reparto tambi¨¦n dar¨ªa para otra carta.
Adolfo Blanco Lucas
Socio Fundador y Consejero Delegado de A Contracorriente Films Distribuidor de la pel¨ªcula INTOCABLE, productor para TVE y TV3 de la miniserie CARTA A EVA (Agust¨ª Villaronga) y de la pel¨ªcula INSENSIBLES (Juan Carlos Medina)
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.