Autorretrato infinito de Michelangelo Pistoletto
El artista, uno de los fundadores del Arte Povera, habla de su exposiic¨®n 'Mirror Paintings', en Madrid
Eso que ve sobre su labio, ?qu¨¦ es? Una pelusilla negra que no hab¨ªa notado hasta entonces. Es su rostro que empieza a alargarse y perder las dulces redondeces de la infancia. El momento de la transformaci¨®n. La imagen de s¨ª mismo que le devuelve el espejo y que ¨¦l a su vez intenta copiar sobre un papel es muy distinta a la que hubiera dibujado de memoria. ¡°Esa fue mi primera experiencia con los espejos¡±, dice Michelangelo Pistoletto (Biella, Italia, 1933). ¡°Yo tendr¨ªa unos 14 a?os. Mi padre, que era pintor y restaurador de antig¨¹edades, me estaba ense?ando a dibujar. Vi con tanta atenci¨®n mi reflejo que descubr¨ª cosas en las que no hab¨ªa reparado hasta entonces¡±. Y eso es lo que propone este artista al espectador. M¨¢s que un autoan¨¢lisis, el ver cara a cara la realidad sin maquillajes.
Los espejos siguen formando parte fundamental de su trabajo m¨¢s de seis d¨¦cadas despu¨¦s. Una serie de ellos se pueden ver en la exposici¨®n que presenta en la galer¨ªa Elvira Gonz¨¢lez, de Madrid. ¡°Con el tiempo el espejo se convirti¨® en un instrumento de identificaci¨®n. Pero si hay algo que no hubiera podido prever desde un principio y es que el espejo, adem¨¢s de ser un instrumento para la creaci¨®n iba a ser la obra de arte en si misma. Llegu¨¦ a los espejos a trav¨¦s de una larga investigaci¨®n por medio de los autorretratos. Experimentaba con todas las formas que me permit¨ªan los materiales del arte: el color, la forma, la perspectiva, los efectos. En 1960 llegu¨¦ a exponer una serie de autorretratos con fondo de color met¨¢lico (oro, plata, aluminio). Lo que yo pretend¨ªa de alguna manera ere fundir el espejo con los materiales cl¨¢sicos. Era imposible. Pero yo ten¨ªa una referencia muy espec¨ªfica: los iconos. Los iconos con las figuras de Cristo, la Virgen o los santos, se suelen representar de forma individual sobre un fondo plano y dorado. El brillo del oro representaba la vida infinita.
Yo buscaba la espiritualidad, pero no me satisfac¨ªan las formas en que la encontr¨¦, a trav¨¦s de la religi¨®n y del dogma. Me pregunt¨¦ si el arte me dar¨ªa la posibilidad de comprender m¨¢s y de manera m¨¢s profunda. Por eso en 1961 en lugar de pigmentos met¨¢licos us¨¦ un color negro muy brillante. Por primera vez me vi reflejado en la superficie del cuadro pintado. Me vi incluido en ¨¦l y no al lado, como cuando usaba el espejo para pintarme. Sent¨ª que ve¨ªa el mundo tal cual era, la realidad pura. El universo como fisicidad se convert¨ªa en parte del cuadro. Adem¨¢s, no solo estaba yo. El cuadro se poblaba de personajes con todos los que lo observaban o simplemente se reflejaban al pasar.
Desde entonces empec¨¦ a buscar la superficie ideal para crear estos reflejos hasta llegar a las planchas de acero inoxidable pulido, que eso lo que uso. En cuanto a la imagen fue necesario fijarla en lugar de pintar encima, y elegir formas o figuras muy objetivas. Tanto como la realidad que intentaba reflejar. Sin interpretaciones. Yo no hago ninguna interpretaci¨®n de la realidad porque es el espejo el que me la da tal cual. Las figuras que elijo son, por eso, objetivas, autom¨¢ticas, ajenas a mi interpretaci¨®n, a escala humana. Con los pies en la tierra. Por eso el espejo est¨¢ apoyado en el suelo, de manera que haya una continuidad. Como una puerta, no como una ventana¡±.
Hay muchas historias y mitolog¨ªa en torno a los espejos. Desde Narciso hasta Alicia, pasando por Borges. ?Cu¨¢l es su historia preferida?
¡°Me gustan todas ellas pero son solo historias. Yo no hago historias ni invenciones. Mi espejo es la verdad. El espejo no miente, se suele decir. Frente a un espejo lo que ves es la realidad. Sin deformaciones. Es muy importante para m¨ª por la identificaci¨®n. No solo mi identificaci¨®n sino la de todo el mundo. Y del tiempo como parte de ella. El presente est¨¢ formado por im¨¢genes que no se detienen, que pasan sin cesar. En la vida tenemos la ilusi¨®n de lo duradero, pero en el espejo la gente viene y va sin dejar huella. La ¨²nica huella es la foto de la superficie que significa un instante. No los m¨²ltiples presentes en el tiempo, sino uno presente que es la memoria del presente¡±.
?Son las 'Mirror Paintings' sus propios iconos?
¡°En mis pinturas el espejo toma el lugar del fondo dorado y no refleja la luz, como ¨¦ste, sino im¨¢genes de lo que se pone por delante¡±.
¡°No siempre hablamos de la eternidad, pero inconscientemente esa idea est¨¢ siempre ah¨ª. Forma parte del contenido de la mente. Por eso existen las religiones, confesiones y ritos distintos. La necesidad de trascendencia est¨¢ detr¨¢s de todo eso. En el espejo tienes ambas posibilidades: la de que se extienda hasta el infinito y al mismo tiempo representa la m¨¢s superficial situaci¨®n del momento. Profundo y superficial a la vez¡±.
?Cu¨¢l es su posici¨®n ante las religiones?
¡°Estamos en un momento concreto en el que la humanidad ha conseguido un gran desarrollo mediante el uso de la inteligencia (ciencia, tecnolog¨ªa) hasta llegar al mundo de hoy, que es totalmente artificial. Pero hemos llegado a un punto crucial, la disyuntiva entre crear y destruir. Es el momento del juicio, pero no por parte de ning¨²n ser supremo. En la Biblia se habla del Juicio Final, y lo imaginamos tal como lo representa Miguel ?ngel en la capilla Sixtina. Yo creo que la humanidad ha llegado a acumular un poder incre¨ªble y que ha llegado el momento en que debemos juzgar la manera en que lo utilizaremos. Es el verdadero Juicio Final. Y no hecho por alguien externo, un dios, un jefe o un dictador. Cada uno de nosotros tiene la responsabilidad. Entre el gran poder universal y nosotros est¨¢ la organizaci¨®n de la sociedad. Las religiones son organizaciones sociales b¨¢sicas. Dese la antig¨¹edad las religiones han conducido la voluntad y la mente de la gente, sobre todo, para que las personas no fueran demasiado peligrosas para si mismas. Ahora somos realmente peligrosos para nosotros mismos porque hemos destruido la naturaleza¡±.
Pistoletto tiene una obra, presentada hace unos meses en la Serpentine Gallery de Londres, titulada precisamente El Jucio Final. Es una instalaci¨®n con una especie de denso laberinto hecho de rollos de cart¨®n corrugado hasta la altura de los hombros de una persona. Las cuatro religiones monote¨ªstas est¨¢n representadas por s¨ªmbolos duplicados frente al espejo. ¡°El sistema de las religiones, es decir, los objetos que representan las religiones, al igual que los individuos. La persona que visita la exposici¨®n es al mismo tiempo la religi¨®n visitando la muestra. Porque llevamos con nosotros las pr¨¢cticas de las diferentes religiones. Me refiero concretamente a las monote¨ªstas, porque son las que pretenden ejercer un poder absolutista sobre el ser humano. No pueden ser democr¨¢ticas. Si quisi¨¦ramos religiones democr¨¢ticas estas implicar¨ªan la responsabilidad de cada individuo frente a sus actos. Sin ¨®rdenes de alguien superior, sin su organizaci¨®n jer¨¢rquica y dogm¨¢tica. En el espejo no hay absoluto sino relatividad. Todo est¨¢ en proceso de cambio. La relatividad significa que todo se combina momento a momento¡±.
?Estamos en el momento de la utop¨ªa?
¡°Las utop¨ªas surgen siempre de la crisis. Del sentimiento de que algo no funciona ¨Cla sociedad¡ªy que es necesario algo mejor. Ahora estamos en esa situaci¨®n. Pero si te aferras a la utop¨ªa, no conseguir¨¢s el cambio. La utop¨ªa es un momento al que hay que buscar un proyecto y un lugar. Porque utop¨ªa significa ¡®sin lugar¡¯. Hay que transformar el no-lugar en lugar. Por eso cre¨¦ en 1998 Cittadellarte, nuestra fundaci¨®n en Biella, un experimento que conecta arte, ciencia y sociedad, lo que llamamos el Tercer Para¨ªso. Es una utop¨ªa, un proyecto y un lugar. Ah¨ª trabajamos, de forma muy pr¨¢ctica, en c¨®mo queremos que cambie el mundo. En educaci¨®n, por ejemplo, venimos trabajando artistas, soci¨®logos, arquitectos, del mundo de la comunicaci¨®n. Es un laboratorio que naci¨® de la Universidad de las Ideas, que precedi¨® este proyecto. Hemos dividido el trabajo de investigaci¨®n en diferentes sectores: educaci¨®n, econom¨ªa, pol¨ªtica, comunicaci¨®n, producci¨®n, espiritualidad, entre otros. Por ejemplo, en pol¨ªtica hemos desarrollado la idea ¡®Amar las diferencias¡¯. Un movimiento para cambios pol¨ªticos y culturales para el ¨¢rea mediterr¨¢nea. La cultura como motor de cambio pol¨ªtico¡±.
?Tiene un plan para el mundo?
¡°He publicado un peque?o libro titulado El Tercer Para¨ªso en el que se abordan siete puntos b¨¢sicos. Yo he sido el primer autor en Cittadellarte, pero ahora son muchos los autores. Gente que trata de crear. Tenemos equipos y grupos de trabajo, y no solo nos ocupamos de lo nuestro sino que miramos qu¨¦ est¨¢ pasando alrededor para establecer una especie de geograf¨ªa de la transformaci¨®n. Se puede encontrar mucha gente en el mundo interesada en cambiar lo presente¡±.
El concepto b¨¢sico vendr¨ªa a ser que no hablamos de monote¨ªsmo sino de omnite¨ªsmo. Cada persona individual es una entidad que puede concetarse con otros, asumir sus responsabilidades. Para m¨ª el universo es omnite¨ªsta. Si quieres encontrar un dios, piensas en la inteligencia del universo en si mismo, y est¨¢ compuesto por todo lo que existe y nada m¨¢s¡±
En este momento crucial de la humanidad, ?c¨®mo se siente como artista?
¡°El artista no es un elemento separado de su trabajo. Yo soy el artista y la obra al mismo tiempo. El creador y el universo. El sujeto y su reflejo. El artista y la sociedad¡±.
En la Bienal de Venecia hizo una performance en la que rompi¨® con un gran mazo una serie de espejos.
¡°Lo primero fue romper un tab¨². La gente teme a los espejos porque teme a la verdad. Quise acabar con la mieteriosa idea de que un espejo es intocable. Por otro lado, al multiplicar los espejos en los trozos rotos es como la multiplicaci¨®n de la totalidad en individuos. Un fragmento de espejo tiene las mismas cualidades que uno grande y cada persona tiene las mismas cualidades que el universo.
"Con¨®cete a ti mismo¡±. Se dice que estas palabras estaban inscritas en la puerta del templo de Apolo en Delfos, lugar de culto en la antigua Grecia. A pesar de que se suelen atribuir al fil¨®sofo S¨®crates (470 a.C. ¨C 399 a.C.), su origen se remonta m¨¢s all¨¢ del siglo VI a.C., siendo m¨¢s veteranas que la historia misma de la filosof¨ªa
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