Los enigmas de James Coleman
El artista irland¨¦s cuestiona el propio medio en sus pel¨ªculas y montajes audiovisuales. El Museo Reina Sof¨ªa presenta la retrospectiva m¨¢s completa de este creador clave
?Por qu¨¦ est¨¢s aqu¨ª, sangre de la antig¨¹edad? ?Qu¨¦ significa este encuentro?¡±. La voz dram¨¢tica de Harvey Keitel se impone ante el silencio de unas ruinas griegas y empieza un largo mon¨®logo sobre la culpa, el buen gobierno, la ley y el juicio. ?El acusado? La cultura occidental. Retake with Evidence se estren¨® en 2007 en la Documenta 12 y para muchos fue una de las piezas clave de la muestra alemana. No se hab¨ªa repuesto desde entonces, pero ahora estar¨¢ en la retrospectiva de James Coleman (Ballaghaderreen, Irlanda, 1941) que se abre el mi¨¦rcoles en el Reina Sof¨ªa. La m¨¢s completa realizada sobre este creador clave en el arte contempor¨¢neo.
James Coleman es lo que se llama ¡°un artista de artistas¡±. Y no por el hermetismo de su obra, sino porque ha ido dejando distra¨ªdamente en su ruta semillas que han germinado. Empez¨® en los a?os sesenta con audiovisuales (diapositivas con sonido sincronizado), cine experimental, metraje de archivos reeditado, proyecciones. Construcciones visuales que cuestionan la forma en que percibimos la realidad y la ficci¨®n. Preguntas, en sus obras siempre hay preguntas. Y prefiere que as¨ª sea. Evade a la prensa, rechaza las entrevistas, apenas permite tomar nota de algunas de las ideas que salen en la conversaci¨®n. ¡°Desde muy joven decid¨ª que era mejor no mediatizar mi trabajo. No quer¨ªa convertirme en una especie de or¨¢culo sobre mi obra. Ahora ya no estoy tan seguro de ello. El mundo est¨¢ cambiando mucho¡±, admite. ¡°Antes no quer¨ªa pensar en una retrospectiva y ha terminado por parecerme una buena idea ver, revisar ¡ªy mostrar¡ª la mayor parte de mi obra¡±, afirma.
Vive entre Irlanda y Francia. Le gusta absorber est¨ªmulos de la gente, del cine, del teatro y la literatura. ¡°Ahora estoy leyendo un libro de Vila-Matas, aunque no leo mucha novela es un autor que me interesa mucho¡±, comenta. En 1960 lleg¨® a estudiar arte a Par¨ªs, a mediados de esa d¨¦cada ya estaba en Mil¨¢n, muy pr¨®ximo a los creadores del arte povera. Sin embargo, su territorio era diametralmente opuesto. Mientras los povera optaban por materiales de desecho o naturales, Coleman utilizaba la tecnolog¨ªa como herramienta. ¡°Me gusta estar en el lugar adecuado¡±, reconoce. ¡°Mil¨¢n en esa ¨¦poca era un polo de atracci¨®n para artistas dispuestos a experimentar con todo. Todav¨ªa soy muy amigo de los povera de entonces. Compart¨ªamos ideolog¨ªa y actitudes en contra del sistema del arte, pero a m¨ª me interesaban m¨¢s los problemas en torno a la representaci¨®n y por eso me centr¨¦ en los montajes audiovisuales. Hab¨ªa mucha gente haciendo cosas muy distintas, pero todos ¨ªbamos a ver lo de los otros. Era muy estimulante. Para m¨ª el mejor lugar es aquel en que hay muchas corrientes cruzadas¡±.
Es irland¨¦s pero no va de irland¨¦s. ¡°Son las complejidades del exilio interior. El exilio exterior, la migraci¨®n que los irlandeses han practicado tanto, es m¨¢s sencilla. Yo puedo vivir en Irlanda y no estar totalmente all¨ª¡±.
Hay muchas voces en el trabajo de Coleman. Narradores, textos, ideas. Pero ¨¦l niega tener voluntad narrativa. ¡°No construyo historias como lo hace un escritor. Voy juntando elementos, citas de textos, alguna imagen cazada al azar y poco a poco van tomando forma. Es un proceso largo. Lo que me interesa es abordar cualquier tema desde distintas perspectivas, no solo la que ofrece una narraci¨®n. Supongo que se trata de relacionar y reflejar historias ya existentes que me dan pie a juegos combinatorios¡±, dice. Sus trabajos tienen un fuerte elemento teatral. ¡°Me interesa explorar las posibilidades de la secuencia tanto a trav¨¦s de las fotograf¨ªas como los filmes¡±.
Charon (MIT Project), 1989, alude a Caronte, el dios griego que gu¨ªa a los muertos hacia el m¨¢s all¨¢. En este caso la fotograf¨ªa es objeto y sujeto, adem¨¢s de conjuro contra la muerte. Fly (1970) es una mosca sobre el cristal de una ventana que desencadena los enga?os de la percepci¨®n. Box (ahhareturnabout), 1977, incluye metraje de archivo de la pelea de Gene Tunney y Jack Dempsey en 1927 por el t¨ªtulo de campe¨®n de los pesos pesados. Coleman introduce al espectador en las sensaciones corporales de la lucha. Esta pieza estar¨¢ instalada en las b¨®vedas del museo. Seeing for Oneself (1987-1988) combina la estrategia de la fotonovela popular y los relatos g¨®ticos con clich¨¦s de la literatura rom¨¢ntica. Plantea distintos grados de relaci¨®n entre las verdades y las apariciones. Estas son algunas de las 15 obras incluidas en esta exposici¨®n que, a mitad de su recorrido, renovar¨¢ algunas de las piezas en exposici¨®n para ampliar al m¨¢ximo la posibilidad de ver casi todo lo que ha hecho Coleman. Una oportunidad sin precedentes.
James Coleman. Retrospectiva. Museo Reina Sof¨ªa. Santa Isabel, 52. Madrid. Del 25 de abril al 27 de agosto.
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