En la carretera con Fly

De acuerdo. No son Radiohead ni Bruce Springsteen. Pero llenan los espacios donde tocan. Fly ¨C Mark Turner, Larry Grenadier & Jeff Ballard - han estado de gira por nuestro pa¨ªs. Y, por una vez, han querido llevar consigo a un periodista para dar fe de la expectaci¨®n que su m¨²sica levanta entre los aficionados y, muy especialmente, sus colegas de profesi¨®n. Fly es un grupo ¡°de m¨²sicos para m¨²sicos¡± que entusiasma a los que no lo son. Su m¨²sica desaf¨ªa cualquier idea preconcebida que uno pueda tener acerca de lo que es el jazz en 2012. Hay algo en ella de viaje a lo desconocido: los conciertos de este tr¨ªo estadounidense se sabe d¨®nde empiezan pero nunca donde terminan.

"Desaf¨ªan cualquier idea preconcebida de lo que es el jazz en 2012.. Hay algo en su m¨²sica de viaje a lo desconocido"

La gira de Fly por nuestro pa¨ªs, inscrita en el ciclo 1906 de Jazz, aparece revestida de caracteres particulares. El tr¨ªo ha tocado por voluntad propia ¨²nicamente en locales de peque?o y mediano aforo. Primera decepci¨®n: fuera del escenario, los miembros de triunvirato m¨¢s laureado del jazz contempor¨¢neo hablan de m¨²sica y, cuando no, aprovechan para echar una cabezadita. De aquellas fiestas salvajes que retrat¨® Truman Capote acompa?ando a los Rolling Stones, ni rastro. Pero esto es el jazz a d¨ªa de hoy: una m¨²sica seria y circunspecta cuyos cultores son capaces de distinguir un Rioja tempranillo de un Cabernet Sauvign¨®n. Algunos, el caso de Mark Turner, son ¨¢vidos lectores. Cualquier parecido con tiempos pasados es pura coincidencia.

Vivir la vida del m¨²sico, aunque sea por tiempo limitado, es una experiencia iluminadora, aunque agotadora. Una gira musical es un organismo vivo que cambia de piel a cada momento, dependiendo de lo que el m¨²sico ha cenado, o si ha dormido lo suficiente, o si el p¨²blico est¨¢ a lo que debe estar. Para que todo discurra por sus cauces est¨¢ el road manager. Carlos L¨®pez ejerce el oficio cuando no est¨¢ tocando la bater¨ªa con 08001, el emblem¨¢tico grupo barcelon¨¦s de rock-pop global. Nadie como ¨¦l para sortear los controles de equipaje de mano en las l¨ªneas low cost, en las ocasiones en que el m¨²sico se niega en redondo a desprenderse de su herramienta de trabajo. Carlos sabe c¨®mo hacerlo. Su campo de acci¨®n incluye el escenario y la mesa de restaurante, que debe estar a punto para cuando llegan los artistas. Y eso que con Fly lo tiene dif¨ªcil: en el grupo conviven un gourmet todoterreno y un macrobi¨®tico militante. Organizar un fest¨ªn al gusto de los tres resulta tan dif¨ªcil como encontrar un contrabajo al gusto de Larry Grenadier en cada lugar.

De turbulencia en turbulencia y de partido del siglo en partido del siglo. En su recorrido por tierras espa?olas, los miembros de la banda han podido comprobar la importancia del f¨²tbol en nuestro pa¨ªs en tiempos de Champion League, y que en la soleada Espa?a no siempre luce el sol. Al final, la m¨²sica del tr¨ªo pudo con todo: s¨®lo el concierto de Madrid se retras¨® algunos minutos para dar tiempo a la hinchada madridista a llegar a tiempo al concierto.

Resulta todo un espect¨¢culo comprobar de qu¨¦ manera su m¨²sica crece en las condiciones cambiantes y, a menudo, extenuantes, de un periplo de una semana en el que cada d¨ªa se amanece en una ciudad distinta: ¡°antes exist¨ªa la posibilidad de convertirse en m¨²sico de estudio¡±, comenta Larry Grenadier, con un hijo de corta edad, ¡°ahora no hay otra que viajar mientras se pretende llevar algo parecido a una vida de familia¡±. De Valencia (Jimmy Glass) a Lugo (Clavic¨¦mbalo), pasando por Madrid (Berl¨ªn Jazz), Bilbao (Bilbaina), Barcelona (Jamboree)¡­ seg¨²n avanza la gira, el repertorio se va acomodando y acercando a la imagen que el grupo ofrece en sus discos para el sello ECM. ¡°Lo nuestro es, antes que nada, un trabajo de grupo¡±, asegura Jeff Ballard quien ayer protagoniz¨® los actos conmemorativos del D¨ªa del Jazz en Roma.

Todas las ma?anas, los integrantes del tr¨ªo se re¨²nen para profundizar en torno a lo tocado y lo por tocar, y el espacio en la m¨²sica, un tema que parece preocuparles muy especialmente. De aquellos c¨®nclaves surgen cada noche las combinaciones imposibles que elevan la materia sonora hacia territorios insospechados. En m¨¢s de un sentido, Fly es una aut¨¦ntica ¡°big band de tres¡±. All¨ª se va el saxo ensimismado de Mark Turner galopando tendido a lomos de la, posiblemente, mejor secci¨®n r¨ªtmica del mundo, en temas como Nigeria (el t¨ªtulo le da la vuelta a una composici¨®n de Sonny Rollins, Airegin, que, a su vez, hac¨ªa referencia al nombre del pa¨ªs africano pronunciado del rev¨¦s) o Kingston, original de Grenadier; una aut¨¦ntica bomba de relojer¨ªa, con el contrabajista al arco sacando chispas de su instrumento. Aparte de estas dos, el repertorio se renueva pr¨¢cticamente desde cero a cada nueva ocasi¨®n, entre los temas in¨¦ditos y los rescatados de Year of the snake y los anteriores Sky & country y Fly. ¡°Uno escucha a estos monstruos¡±, apuntaba un conocido jazzista madrile?o tras el concierto en el Caf¨¦ Berl¨ªn en el que el tr¨ªo se mostr¨® especialmente contundente, ¡°y piensa que se ha equivocado de profesi¨®n. Estos tres son de otra galaxia¡±.