Ropa interior
El v¨ªdeo de la l¨ªnea de ropa interior que capitanea la modelo israel¨ª Bar Refaeli tard¨® segundos en ser festejado por el mundo entero. El reclamo al mir¨®n no falla nunca. Aunque entre el erotismo publicitario y el real media la misma distancia que va de los fuegos artificiales a una cerilla, se agradece el esfuerzo por darle algo de placer a la gente. En la Red, que es el mar por donde corren hoy en d¨ªa las sardinas, se celebran estos sucesos porque sacian instintos primarios. No nos enga?emos, si Kant resucitara el imperativo categ¨®rico no ser¨ªa asunto del d¨ªa, salvo que lo explicara alg¨²n modelo en pelotas.
Y aunque se lleva el miedo esta temporada, si se acaba el mundo que al menos nos pille con ropa interior sugerente. Por debajo del apocalipsis siempre est¨¢ la lencer¨ªa, ejemplo industrial porque cuanta menos tela utiliza, m¨¢s caro cobra. En nuestro suplemento de moda en s¨¢bado, de 82 p¨¢ginas hubo 40 donde sal¨ªa alguna chica en bragas. Las cont¨¦ porque soy un profesional. Entre ellas la novia de Cristiano, que es tambi¨¦n practicante de los valores del catolicismo, lo cual da al conjunto de braga y sujetador un atractivo mayor. A estas chicas les encantan los futbolistas, porque pueden celebrar los goles se?al¨¢ndose el cu¨¢driceps femoral, mientras que los dem¨¢s, funcionarios, chapistas, fresadores y camareros, si agitamos la n¨®mina en p¨²blico nos reh¨²ye hasta la familia.
Tambi¨¦n debajo de los cientos de antidisturbios desplegados en Barcelona tan solo hay personas en calzoncillos. Funcionarios que para los pol¨ªticos resultan mucho m¨¢s imprescindibles que m¨¦dicos, profesores y enfermeras. Porque ellos reparten la vacuna preventiva. L¨¢stima que la incomparecencia del rival no invitara a los antidisturbios a sacudir alg¨²n porrazo a los funcionarios del BCE, Banco Central Europeo, al que muchos llaman VCE, v¨¢ter central europeo por su funci¨®n desaguadora. As¨ª al menos, como cuando no se presenta el equipo contrario y acabas chutando a tu propio portero, no se habr¨ªa expandido la sensaci¨®n de que hemos vuelto a tirar el dinero donde menos falta hac¨ªa. Tras aeropuertos sin vuelos y trenes de alta velocidad sin pasajeros, llegan los antidisturbios sin manifestaci¨®n. Para derroches, nos quedamos con el derroche hormonal de los anuncios de ropa interior.
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