Ant¨®n Reixa, un viejo punki al frente de la SGAE
El voto de los editores decanta definitivamente el resultado La instituci¨®n busca recomponer su imagen tras los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n
Ha tenido tiempo de pensar la frase. Durante la larga semana y media de pactos y reuniones, incluso cuando no estaba tan claro que lo fuera a conseguir, debi¨® imaginarse este momento miles de veces. As¨ª que apret¨® el papel en el que llevaba sus notas y lo solt¨®: "Hemos le¨ªdo el pasado en clave de autocr¨ªtica. Aqu¨ª nace una nueva SGAE". Ant¨®n Reixa (Vigo, 1957), quien un d¨ªa enarbol¨® la bandera del punk, cineasta, escritor y productor televisivo, puede a?adir a partir de esta tarde a su ecl¨¦ctico curr¨ªculo el cargo de presidente de la SGAE.
El hombre que ha prometido pedir cuentas a Teddy Bautista en los tribunales sobre su millonaria pensi¨®n, que no piensa dedicarse exclusivamente a su nuevo puesto y que rebajar¨¢ su sueldo a una sexta parte de lo que cobraba su antecesor (unos 60.000 euros), gobernar¨¢ los pr¨®ximos cuatro a?os la entidad de gesti¨®n de derechos de autor m¨¢s importante de Espa?a. Eso s¨ª: la pelea por el cetro de la SGAE ha sido dura... y no se descarta que siga si¨¦ndolo.
Los 37 miembros de la junta directiva que esta tarde acudieron a la reuni¨®n llegaron sobre las 15.30. Se palpaba la tensi¨®n, las facciones eran claramente identificables. Quiz¨¢ quienes m¨¢s tranquilos entraron en la sala Manuel de Falla para votar fueron los editores, que nada m¨¢s aparecer, en boca de ?lvaro de Torres (Warner), anunciaron que pensaban apoyar en bloque a Ant¨®n Reixa. La filosof¨ªa, dicen ellos, era no cambiar el sentir mayoritario de los autores y ese era que ganara el l¨ªder de Aunir. Se desvelaba as¨ª parte del misterio. Pero en la casa de los autores nunca se sabe.
La votaci¨®n, aunque secreta, revela una tendencia anunciada. El nuevo presidente obtuvo 24 apoyos; es decir, los 13 con los que se present¨® a la reuni¨®n, los ocho de los editores y tres m¨¢s (presumiblemente de la candidatura que lider¨® Jaume Sisa y que contaba con 6 representantes). Jos¨¦ Miguel Fern¨¢ndez Sastr¨®n consigui¨® 11 apoyos, los nueve suyos m¨¢s dos. Las dos abstenciones corresponder¨ªan a Manuel de la Calva (que se present¨® con la candidatura Centrados) y a un miembro del grupo de Sisa.
"Queremos una SGAE discreta, no presidencialista, que colegie al m¨¢ximo su gesti¨®n. Pod¨¦is venir aqu¨ª cada semana [dijo a los periodistas], pero que no sea por el morbo. El morbo se ha extinguido", lanz¨® el ganador ante una nube de flases. Reixa apunt¨® sus prioridades: revisar el presupuesto de 2012, realizar un plan de eficiencia, solventar el problema de Arteria, rebajar las atribuciones del presidente y... revisar los estatutos. Y ese ¨²ltimo aspecto puede ser clave para que su presidencia sea tranquila.
Porque hasta una hora antes de entrar a la reuni¨®n, no estaba claro si iba a poder ser nombrado en el cargo debido a uno de los art¨ªculos del nuevo reglamento. Seg¨²n este apartado, cuya validez ha defendido esta ¨²ltima semana Fern¨¢ndez Sastr¨®n (durante la reuni¨®n intercambiaron informes jur¨ªdicos), Reixa no podr¨ªa entrar en el consejo de direcci¨®n. El argumento, aunque deber¨¢ ser estudiado por los servicios jur¨ªdicos, no convenci¨® a la mayor¨ªa de la junta, cuyos miembros, en privado, se han mostrado estos d¨ªas cansados de l¨ªos y trabas y han apostado por dar su apoyo al cabeza de lista de la candidatura con m¨¢s representantes. "La junta directiva esperaba cualquier cosa menos una trifulca jur¨ªdica", se?alaba el presidente electo.
Ant¨®n Reixa tiene que formar ahora un equipo de gesti¨®n y dejarse aconsejar por los trabajadores de la casa, que se han mantenido durante este proceso en un exquisito e imparcial segundo plano. Ayer les dio las gracias varias veces. Javier Vidal (el jefe de la delegaci¨®n noroeste de SGAE) ser¨¢ su Jefe de Gabinete. Para el cargo de director general (el m¨¢s importante por debajo del presidente para gestionar un ente que mueve 250 millones de euros al a?o), su candidatura asegura que la intenci¨®n es organizar un concurso p¨²blico para buscar a un ejecutivo independiente.
La SGAE asume ahora el dif¨ªcil reto de enterrar el pasado y dedicarse a sus problemas. Entre otras cosas tendr¨¢ que negociar una compensaci¨®n por la pol¨¦mica copia privada, participar activamente en la reforma de la Ley de la Propiedad Intelectual o definir su papel en la aplicaci¨®n de la ley Sinde-Wert. Y lo m¨¢s importante, intentar limpiar su da?ada imagen p¨²blica a trav¨¦s de una gesti¨®n m¨¢s transparente y una relaci¨®n m¨¢s amable con sus clientes (aquellos a los que se cobra por hacer uso de la obra de sus autores). Pero todo eso ser¨¢, casualidades del rock and roll, despu¨¦s de que Reixa suba de nuevo a un escenario. Ser¨¢ este s¨¢bado, en Ourense, para celebrar los 30 a?os de su grupo Os Resentidos. Un viejo punki entra en la SGAE.
Fumata blanca... por ahora
El plan era entrar a las 15.30 y finiquitar el asunto alrededor de las 18.00. La comparecencia del nuevo presidente se hab¨ªa anunciado sobre esa hora. Pero como suele pasar con las cuestiones de la SGAE, todo se complic¨® y hasta pasadas las ocho no hubo fumata blanca.
Seg¨²n algunos asistentes la reuni¨®n fue bastante tensa. DOM, el grupo de Jos¨¦ Miguel Fern¨¢ndez Sastr¨®n ¡ªque prefiri¨® no hacer declaraciones¡ª, quiso que primero se eligiera a los miembros del consejo de direcci¨®n y no al presidente de la junta directiva. Si lo hubieran logrado, Reixa habr¨ªa podido quedarse fuera del consejo y por lo tanto, no hubiera tenido ning¨²n sentido que presidiera la junta. As¨ª que se vot¨® sobre esa posibilidad y los de Sastr¨®n perdieron por 26 a 11. Luego se eligi¨® al l¨ªder de la junta directiva.
Solventado ese escollo, se volvi¨® a poner encima de la mesa el problema estatutario que seg¨²n el l¨ªder de DOM imped¨ªa a su rival alcanzar la presidencia (ya hab¨ªa sido nombrado). Reixa se comprometi¨® a mediar con el Ministerio de Cultura (que ha tutelado la reforma estatutaria) para modificar de nuevo el reglamento con el fin de que todo cuadre. El problema es que, tal y como se celebr¨® la votaci¨®n, Sastr¨®n ha perdido un miembro en el consejo que ha tenido que ceder a su adversario para que este pueda presidir ambos ¨®rganos. Algo que a ¨¦l, claro, le debe sonar a pitorreo.
Hubo incluso intercambio de informes jur¨ªdicos avalando ambas posturas. Pero parece que ninguno se march¨® convencido de la tesis del otro. Reixa quit¨® hierro al asunto a la salida. Hab¨ªa ganado y la junta, por una mayor¨ªa de m¨¢s del doble de votos que Sastr¨®n y cansada de eternos pleitos entre autores, le respaldaba. Pero algunos creen que la pelea no ha terminado aqu¨ª y que la decisi¨®n podr¨ªa ser impugnada. Cosas de la SGAE.
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