Una autobiograf¨ªa literaria de Carlos Fuentes en diez libros
Carlos Fuentes evoc¨®, el verano pasado, su trayectoria personal y creativa en un recorrido por sus libros m¨¢s emblem¨¢ticos
A los 11 a?os, Carlos Fuentes recibi¨® el premio del Instituto Nacional de Chile, en Santiago. Para entonces ya hab¨ªa escrito peque?os ensayos, cosas breves y, cuando ten¨ªa 18 a?os, particip¨® en su escuela de M¨¦xico en un concurso de literatura. Gan¨® el primero, el segundo y el tercer premio. ¡°As¨ª decid¨ª que mi destino estaba hecho. Y el de mis amigos tambi¨¦n, porque se dedicaron a la pol¨ªtica, no ten¨ªamos otra salida¡±, dijo mientras sub¨ªa las cejas con risa burlona en la playa de Formentor, en Mallorca, donde el verano pasado recibi¨® el Premio Formentor de las Letras. All¨ª desand¨® sus 82 a?os de vida por medio mundo. Gracias, primero, a la labor diplom¨¢tica de su padre y despu¨¦s a los caminos por los cuales lo reclam¨® su propio ¨¦xito literario, hasta convertirlo en uno de los autores e intelectuales hispanohablantes clave de la segunda mitad del siglo XX y XXI y uno de los pilares del boom latinoamericano junto a Julio Cort¨¢zar, Mario Vargas Llosa y Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez. All¨ª, a orillas del Mediterr¨¢neo, traz¨® su arco personal y literario y evoc¨® algunos de sus libros.
¡®LA REGI?N M?S TRANSPARENTE¡¯
M¨¦xico habla al escritor (1958)
¡°Pertenec¨ªa yo a una tradici¨®n, era muy amigo de Rulfo. Admiraba mucho su obra y me parec¨ªa que El llano en llamas y Pedro P¨¢ramo eran obras definitivas que cerraban un cap¨ªtulo de estilo, de tem¨¢tica; y quedaba otra parte de la ciudad que no estaba escrita. Yo viv¨ª mucho la ciudad: fui muy parrandero, iba a cabarets, a burdeles, a los bailes, conoc¨ªa mucho a la gente. Sal¨ªa con Salvador Elizondo, ¨¦ramos compa?eros de parranda, y ¨¦l se admiraba de m¨ª y, a veces, cuando est¨¢bamos en alguno de estos sitios, me dec¨ªa: ¡®?Por qu¨¦ mejor no ves a las muchachas en lugar de estar tomando notas?¡¯. Pero yo lo hac¨ªa, sin saberlo, para La regi¨®n m¨¢s transparente. De manera que cuando me sent¨¦ a escribir la novela ten¨ªa una cantidad de elementos ya guardados inmensa, y la ciudad misma que estaba clamando por ser escrita. Yo sent¨ªa eso, que la ciudad me gritaba: ¡®?Escr¨ªbeme, por favor!, ?Escr¨ªbeme, ?por qu¨¦ nadie me escribe?!¡¯. Cuando sali¨® dec¨ªan que esa novela no val¨ªa la pena¡±, recordaba Carlos Fuentes. As¨ª surgi¨® una gran novela urbana cuyos retratos siguen vigentes.
¡®AURA¡¯
La luz y Maria Callas (1962)
¡°Estando en casa de una amiga en Par¨ªs vi que ella sal¨ªa de la rec¨¢mara y al pasar por el tragaluz, ella, de tan solo 20 a?os, se transform¨® en una vieja por la luz que le cay¨® de repente. As¨ª naci¨® Aura, que escrib¨ª en cinco d¨ªas en un caf¨¦ de Par¨ªs en 1962. Creyendo, como puede uno creer, que la obra era muy original, que no ten¨ªa antecedentes, la verdad es que no es as¨ª. Uno de ellos lo record¨¦ m¨¢s tarde, cuando vi en M¨¦xico, en los a?os cincuenta, La Traviata con Mar¨ªa Callas. Ella hac¨ªa algo extraordinario al final de la ¨®pera; mientras todas las sopranos echan el Do de pecho y se despiden con un aria enorme, Mar¨ªa Callas no. Ella iba apag¨¢ndose como una llama y cantando m¨¢s levemente. Se apagaba la voz, se apagaba la vida. Eso me impresion¨®, y tiene que ver con Aura¡±. Esa historia de la joven que vive con su t¨ªa anciana y viuda y que Felipe Montero quiere liberar hasta que en su empe?o entra en la confusi¨®n de la realidad.
¡®LA MUERTE DE ARTEMIO CRUZ¡¯
Pasado, presente y futuro (1962)
¡°Entre tanto escrib¨ª La muerte de Artemio Cruz, que me faltaba como novela de m¨ª pa¨ªs, de la revoluci¨®n mexicana. Pero tambi¨¦n era yo muy conciente del antecedente realista de otros autores espa?oles y pens¨¦ en la manera de darle otra forma a esta novela. Imagin¨¦ que habr¨ªa tres personas que la contaban: un moribundo Artemio Cruz, en primera persona; la conciencia de Artemio Cruz, en segunda persona; y la vida de Artemio Cruz, en tercera persona. Presente, pasado y futuro¡±. Con esta novela empez¨® a adentrarse en la historia, el pasado mexicano, que ser¨ªa uno de sus pilares literarios.
¡®CAMBIO DE PIEL¡¯
Para Julio Cort¨¢zar (1967)
¡°Empezado los a?os sesenta iba muy bien, pero fue muy problem¨¢tico porque uno no espera a los 30 a?os tener tanto ¨¦xito. Eso es antes de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez y Mario Vargas Llosa. Entonces s¨ª ten¨ªa nervios, dudas, desorientaciones. Publiqu¨¦ en 1967 Zona sagrada y Cambio de piel, pero no me sent¨ªa a gusto en mi propia piel¡±. La escribe y la dedica a Julio Cort¨¢zar, cuyo mundo late en sus p¨¢ginas. Cholula es el pueblo mexicano en el que cuatro personas, que iban rumbo a Veracruz en un coche, desvelar¨¢n sus personalidades. De nuevo, las sombras de la historia, pero aqu¨ª en lo personal, sobre todo de Javier, que sacrific¨® sus sue?os pol¨ªticos e intelectuales por el amor.
¡®TERRA NOSTRA¡¯
Un proyecto de 10 a?os (1975)
¡°No me sent¨ª bien en mi propia piel y me preguntaba: 'Despu¨¦s de este ¨¦xito qu¨¦ voy a hacer yo ahora? ?Acaso voy a ser de esos escritores que escriben dos libros y se quedan en silencio, como Rulfo, o acaso voy a tener una existencia literaria m¨¢s larga? No lo sab¨ªa. Entonces me embarqu¨¦ en un proyecto literario que dur¨® diez a?os: Terra nostra. Eso me dio aliento para seguir. Es una novela en la que tuve que investigar a fondo la ¨¦poca. Iba escribiendo poco a poco y la novela iba creciendo como una planta, como un arbolote. La termin¨¦ un a?o nuevo en Washington. Para muchos de mis lectores es mi mejor novela. Es para una minor¨ªa, no es una novela popular, de ninguna manera¡±. Es su obra m¨¢s experimental. Trata del poder trasplantado de la corona espa?ola a sus colonias y para eso se remonta a los or¨ªgenes.
¡®GRINGO VIEJO¡¯
Un cruce de fronteras (1985)
¡°Es un continuo cruce de fronteras en toda clase de ¨¢mbitos¡±, dec¨ªa de Gringo viejo. La vida del periodista y escritor Ambrose Bierce, que un d¨ªa cruza la frontera mexicana y busca unirse a las tropas de Pancho Villa, le sirve para decir que la vida no es una l¨ªnea recta, y que no es solo el factor pol¨ªtico el que determina destinos.
¡®EL ESPEJO ENTERRADO¡¯
La edad del tiempo (1992)
La historia, el tiempo, la memoria y la imaginaci¨®n est¨¢n imbricadas en sus narraciones. Pero, ?en qu¨¦ momento reflexion¨® sobre eso?: ¡°Fue a comienzo de los a?os ochenta. Era un momento blanco. No hab¨ªa m¨¢s que nieve alrededor m¨ªo. No pod¨ªa ni salir a la calle. Estaba muy encerrado y pensaba en el tr¨®pico, en las palmeras, en el mar. Y tambi¨¦n en mi obra, entonces pens¨¦ en darle un t¨ªtulo general y un orden. De ah¨ª sali¨® el nombre de todo mi ciclo literario: La edad del tiempo¡±. Entonces surge El espejo enterrado. De nuevo las relaciones entre Espa?a y Am¨¦rica. El mirar atr¨¢s. La b¨²squeda de identidad de una metamorfosis continua. Un ensayo pormenorizado desde el punto de vista sociocultural. Un mundo que es ahijado de la tragedia de una vida ut¨®pica y real al tiempo.
¡®LOS A?OS CON LAURA D?AZ¡¯
La mirada de la mujer (1999)
¡°Las mejores novelistas del mundo son nuestras abuelas y a ellas, en primer lugar, les debo la memoria en que se funda esta novela¡±, escribe. Es la reivindicaci¨®n femenina en la historia de M¨¦xico. Narra de manera paralela la historia de una mujer y la de su pa¨ªs durante una centuria: de 1868 a 1968. Independencias, guerras, revoluciones, guerras cristeras, PRI, modernidad¡ y los conflictos del mundo.
¡®LA SILLA DEL ?GUILA¡¯
M¨¦xico, el enigma (2003)
¡°M¨¦xico es un enigma para m¨ª. Un pa¨ªs que se desborda y al que he buscado, tratado de entenderlo desde sus or¨ªgenes pero una de las respuestas y se?as de identidad es que todo siempre se complica¡±. Y aqu¨ª lo hizo a trav¨¦s de una obra de corrupci¨®n pol¨ªtica y de la ambici¨®n desmadrada que parecen sostener a toda una sociedad.
¡®AD?N EN ED?N¡¯
L¨¢ ¨²ltima cruzada (2009)
Es el comienzo de la ¨²ltima cruzada de Carlos Fuentes por radiografiar, descifrar y denunciar los males de la sociedad de su pa¨ªs: el narcotr¨¢fico y su capacidad para pudrir el tejido social.
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