Tri¨¢ngulo minimalista con Harold Pinter
Ariadna Gil, Emma Su¨¢rez y Jos¨¦ Luis Garc¨ªa P¨¦rez protagonizan 'Viejos tiempos' Bajo la direcci¨®n de Ricardo Moya, se estrena en el Teatro Espa?ol
¡°M¨¢s all¨¢ de cualquier otra consideraci¨®n, nos enfrentamos con la inmensa dificultad, si no la imposibilidad, de verificar el pasado. No me refiero meramente a hace algunos a?os, sino a ayer, a esta ma?ana¡. Si se puede hablar de lo dif¨ªcil que es saber qu¨¦ pas¨® ayer mismo, se puede tratar de la misma forma al presente. Todos nosotros interpretaremos una experiencia en com¨²n de modo muy diferente, aunque preferimos apuntarnos a la idea de que existe un campo com¨²n compartido¡±. Estas palabras de Harold Pinter, que forman parte de su texto Escribir para el teatro, parecen resumir perfectamente Viejos tiempos, obra del Nobel brit¨¢nico a la que se enfrentan tres actores excepcionales Emma Su¨¢rez, Ariadna Gil y Jos¨¦ Luis Garc¨ªa P¨¦rez. Ellos, bajo la direcci¨®n de Ricardo Moya, profesional habitualmente dedicado a la interpretaci¨®n (ha dirigido en varias ocasiones), estrenan hoy el ¨²ltimo montaje de la etapa de Mario Gas en el Teatro Espa?ol de Madrid, en esa m¨¢gica sala peque?a del Espa?ol, donde desde hace a?os s¨®lo se ven ¨¦xitos, dada la excelencia esc¨¦nica de los montajes que se han presentado all¨ª.
Los tres actores, experimentados y con una importante y exitosa trayectoria, no hab¨ªan hecho ning¨²n Pinter
Esta producci¨®n del Teatro Espa?ol, nos muestra una relaci¨®n triangular donde la visita de una amiga de la infancia despierta recelos, especulaciones y desconfianzas en el matrimonio que la recibe. Viejos tiempos, escrita en 1971, es una suerte de precedente de otro drama triangular que Pinter escribi¨® en 1978, Traici¨®n, vista recientemente en Madrid por Histri¨®n Teatro y por Mar¨ªa Fern¨¢ndez Ache (con Will Keen, Alberto San Juan y Cecilia Solaguren).
Si bien Pinter estuvo a?os relegado de la cartelera madrile?a, en la ¨²ltima d¨¦cada han surgido excelentes trabajos sobre este autor, actor, director, guionista, poeta, comprometido activista de izquierdas y l¨²cido testigo del siglo XX, algunos recientes como la que est¨¢ en la sala La puerta estrecha (Cenizas a las cenizas) o las vistas en el Ciclo Pinter de Teatro Lagrada y El Montaplatos de Animalario.
Anna, uno de los personajes de la obra, le dice a Kate y Deeley: ¡°Hay cosas que uno recuerda aunque nunca hayan ocurrido. Hay cosas que yo recuerdo, que pueden no haber ocurrido, pero como yo las recuerdo, en realidad ocurren¡±. De eso va Viejos tiempos (Old times), estrenada por la Royal Shakespeare Company con direcci¨®n de Peter Hall y ahora rescatada por Moya, al que vimos en un cl¨¢sico Pinter, Regreso al Hogar, en la misma sala. Sostiene el director que esta obra ¡°tiene una gran profundidad y una superficie muy tenue, algo que est¨¢ en relaci¨®n con lo que nos pasa en nuestra sociedad, que vivimos en la superficialidad y luego caminamos sobre abismos¡±.
Lo que le tiene entusiasmado es haber encontrado en estos tiempos a estos tres actores: ¡°Me parece la monda; sobre todo para abordar este autor que dec¨ªa que hay un silencio que es la ausencia de palabras y otro que est¨¢ debajo de los torrentes de palabras y de los discursos verbales; cuando llega la ausencia de todo ruido, ah¨ª es donde nos podemos comunicar y da mucho miedo exponerse sin palabras, exponer el abismo que uno es y, a veces, es muy imp¨²dico asomarse al abismo de los dem¨¢s¡±.
Si bien Pinter estuvo a?os relegado de la cartelera madrile?a, en la ¨²ltima d¨¦cada han surgido excelentes trabajos
No deja de ser curioso que los tres actores, experimentados y con una importante y exitosa trayectoria, no hab¨ªan hecho ning¨²n Pinter, aunque le hab¨ªan le¨ªdo. Para Garc¨ªa P¨¦rez la primera lectura de Viejos tiempos fue impactante: ¡°Hay que ir quit¨¢ndole capas sobre todo eliminar las primeras teor¨ªas que te haces sobre la funci¨®n, porque no tiene moraleja; me acord¨¦ del cr¨ªtico de teatro del New York Times que una vez dijo ¡®es una obra maravillosa, que no se sabe de qu¨¦ va¡¯¡±. Ariadna Gil, al acabar de leer el texto, se dijo que era muy bueno: ¡°Tengo que volver a leerla, porque es muy apabullante¡±, y a?ade ¡°lo curioso es que ensayando hemos descubierto un mont¨®n de cosas que ni hab¨ªa intuido¡±.
Su¨¢rez es escueta a la hora de contar qu¨¦ le paso: ¡°Lo le¨ª, hice una pausa, y me qued¨¦ en silencio¡ mucho rato¡±. Una de las claves de este texto est¨¢ en el tratamiento de los silencios. Los tres actores dicen que los silencios no son suyos, son pausas cortas y largas que marca el autor y hay que saber por qu¨¦ se hacen.
Emma dice en alto la frase que el actor brit¨¢nico Michael Gambon dijo de esta obra: ¡°Es un texto milim¨¦trico con una profundidad kilom¨¦trica¡± y a?ade, ¡°en teatro uno siempre est¨¢ en la cuerda floja, pero con Pinter hay que hacer muchos m¨¢s equilibrios, es muy sutil, hay mucha informaci¨®n detr¨¢s de las palabras, es muy sibilino, cada gesto tiene un significado importante, es una manera de interpretar muy minimalista, hay que contenerlo todo¡±. Como tantas veces en Pinter la obra est¨¢ marcada por la iron¨ªa con una cierta dosis de cinismo, y el humor, que existe, pero no el de carcajada abierta, se utiliza como un arma contra el otro.
Mientras que Garc¨ªa P¨¦rez tiene una abundante experiencia de trabajar en salas peque?as y alternativas, para Suarez y Gil es la primera vez que se enfrentan a un espacio peque?o. ¡°Es un desaf¨ªo sentir al p¨²blico tan cerca, en la medida que no escuches ronquidos; es un orgullo y una suerte trabajar as¨ª¡±, se?alan las actrices.
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