¡°Ni pesimismo ante el futuro ni nostalgia del pasado¡±

Claudio Magris (Trieste, 1939) es una potencia intelectual, una inteligencia que comprende literatura, historia y pol¨ªtica y "un verdadero europeo", como dijo de ¨¦l su amigo Jorge Sempr¨²n. Ayer lleg¨® a Madrid poco antes de la hora en que deb¨ªa inaugurar, con un discurso, la Feria del Libro de Madrid que este a?o tiene a Italia como hu¨¦sped de honor. Cuando todav¨ªa se recuperaba de los estragos del viaje junto a los directivos del Instituto Italiano de Cultura que lo agasajaron, el autor de Danubio glos¨® los versos que Bertolt Brecht escribi¨® sobre su versi¨®n de Ant¨ªgona, de S¨®focles, que fue el tema de su disertaci¨®n en la fiesta del libro. Dijo Brecht: "Por los sacrificios b¨¢rbaros/ de un gris tiempo primordial, la humanidad/ se levant¨® grande".

Se puede decir ahora de Europa, est¨¢ en un tiempo gris, ?es posible que se levante grande? ?l cree que los tiempos de Brecht (que tambi¨¦n dijo que se pod¨ªa cantar en los tiempos oscuros) estaban las cosas mucho peor. "Yo no hubiera querido vivir en aquellos tiempos. Estoy contento de vivir ahora. Es evidente que la literatura no es una cr¨®nica, pero debe contar los tiempos tristes que estamos pasando, ha de reflejar nuestras preocupaciones. Pero a largo plazo yo no me siento pesimista".

Ha superado Europa muchas barreras. La segunda guerra mundial; la tercera (que gan¨® el bloque occidental en 1989). Y ahora estamos en la cuarta, dice Magris, "que es una guerra mundial econ¨®mica" en la que el d¨®lar quiere derribar el euro, "y en la que se juega el predominio econ¨®mico del mundo". Pero la idea de Europa, que ¨¦l ha defendido en libros, en declaraciones, en conferencias, y hasta caminando para deshacer fronteras, se diluye, como si tuviera un gusano dentro que se la come. "Y s¨®lo se levantar¨¢ y se har¨¢ grande si se convierte Europa en unos verdaderos Estados Unidos de Europa, se acaba con la unanimidad, que no es un proceso democr¨¢tico, se proyecta una aut¨¦ntica soberan¨ªa y se ocupa de todos los problemas de los pa¨ªses desde una sola perspectiva, la perspectiva europea".

La crisis econ¨®mica lo ha desorientado, "pero como a cualquier ciudadano", y como cualquier ciudadano del com¨²n "yo no me siento un individuo especializado capaz de lanzar juicios indecorosos sobre lo que sucede. No entiendo la situaci¨®n de Europa, no la conozco. S¨¦, por lo que ha pasado en Italia, que las viejas formas pol¨ªticas est¨¢n en crisis y que se ha creado un clima inquietante en las instituciones europeas".

Le inquieta a Magris c¨®mo se est¨¢ resquebrajando el sistema tradicional y siente "como si se estuviera acabando una ¨¦poca". Pero se resiste a hablar de ello como un experto. "Los cirujanos se dedican a intervenir a los enfermos que necesitan ser operados, y saben de ello. Si un cirujano se pone a contar historia de la medicina es posible que el enfermo no resista¡­ Y lo mismo pasa con las ideas que estoy diciendo: soy un hombre que hace historia, no entiendo de veras qu¨¦ debe hacerse".

Pero es optimista a largo plazo. ?Y con respecto a la cultura del libro? Est¨¢ aqu¨ª en una feria que lo celebra. ?Comparte la inquietud de Mario Vargas Llosa sobre la banalizaci¨®n de la cultura escrita y de la cultura en general? "Creo que el criterio de evaluaci¨®n cultural ha cambiado. Nadie pensaba que un d¨ªa se iba a equiparar cantidad con valores, y eso lo est¨¢ poniendo en pie lo que yo llamo ?la lumpenbourgeoisie`¡­, que no es sino una burgues¨ªa de las formas y que ha decidido que mucho es igual a interesante. Pero no, no estoy preocupado por la cultura, y no estoy tampoco preocupado por la cultura del libro. Y sobre todo, no tengo nostalgia del pasado. ?Nada de nostalgia del pasado!"