Soy rockero y ecosostenible
El macrofestival dijo anoche hasta luego a la espera de m¨¢s el 1, 2 y 3 de junio
Ahora resulta que en lugar de las sustancias psicotr¨®picas y las bebidas espirituosas lo que se estila en un festival como Rock in Rio es agua mineral en envases reciclables y comida org¨¢nica con un cartel con grupos tan sospechosos como Limp Bizkit, Linkin Park, The Offspring y The Smashing Pumpkins. ¡°Hoy no hay alcohol en ning¨²n camerino¡±, sentenciaba Ingrid Berger, responsable del backstage de este macrofestival que anoche dijo hasta luego a la espera de m¨¢s fiesta el 1, 2 y 3 de junio.
Tras un paseo por los entresijos de Rock in Rio, entre rastas, capuchas, gorras y alg¨²n que otro tatuaje cadav¨¦rico ¨Cun panorama bastante diferente al heavy del d¨ªa anterior-, lo m¨¢s polit¨®xico que se pod¨ªa encontrar era el maquillaje y la vestimenta del guitarrista de Limp Bizkit: transmutado en un especie de alien con toques zombies, que acentuaba su radioactividad con los continuos esputos que reparti¨® durante su actuaci¨®n. La banda fue consciente de la dificultad del puesto que les hab¨ªa tocado defender ¨Clos primeros en ocupar el escenario principal- y despleg¨® un espect¨¢culo de idas y venidas entre el p¨²blico para alegr¨ªa del personal de seguridad.
Casi sin respiro, The Offspring asalt¨® el escenario con la promesa de interpretar alg¨²n tema nuevo de su pr¨®ximo ¨¢lbum Days go by. Minutos antes el cantante, Dexter Holland y el guitarrista Noodles, aseguraban que el truco para seguir en el negocio 20 a?os despu¨¦s de su segundo ¨¢lbum Ignition era ¡°el vampirismo¡±. ¡°Nosotros envejecemos y nuestro p¨²blico cada vez es m¨¢s joven¡±, dec¨ªa el guitarra delante de un caf¨¦ ¨Cmuestra emp¨ªrica de que la madurez ha llegado incluso al punk-. ¡°Absorbemos su energ¨ªa para seguir tocando, por suerte este no es un trabajo normal, ?o me ves entrando con estas pintas en un banco?¡±. Las pintas en su caso consisten en un pelo bicolor a lo Cruela Devil y unos cuantos piercings repartidos entre orejas y nariz. The Offspring pintan canas por mucho que se al¨ªen con el tinte y la ¨²ltima moda en complementos imposibles: Dexter sali¨® a cantar con una cadena de bicicleta al cuello y una camisa roja que no logr¨® disimular los michelines de la edad.
A¨²n as¨ª consiguieron provocar unos cuantos corros entre el p¨²blico, lo que los expertos en darse calor entre la marabunta a base de empujones denominan pogos, con grandes ¨¦xitos como Pretty fly, Americana, Get a job y Self Esteem, antes de que Linkin Park hicieran aparici¨®n. Cuando la banda liderada por Mike Shinoda tom¨® el escenario, el todos a por todos se sustituy¨® por los brincos. A?Chester Bennington se le hinchaba la vena al desga?itarse con In the end o Catalyst; su compa?ero Shinoda se turnaba entre el rapeo de acompa?amiento, la guitarra y el piano, mientras el guitarra optaba por los cascos de brillantes para no confundir comp¨¢s entre tanto griter¨ªo.
El p¨²blico empez¨® a salir disparado del foso como h¨¦roes en lo que llegaban The Smashing Pumpkins. Esta es la paradoja de Rock in Rio, capaz de mantener nombre y apellido all¨¢ donde planea una cita, pero peculiar en su manera de cautivar al p¨²blico aut¨®ctono de la ciudad en la que se instala. Las m¨¢s de 80.000 almas que ocuparon el parque Bela Vista a la afueras de Lisboa anoche, pasaron de la chuler¨ªa de Limp Bizkit; a la fiesta californiana de The Offspring; sin despeinarse con la brutalidad vocal de Linkin Park; para cerrar con m¨¢s de una hora de automatismo de The Smashing Pumpkins. Tal vez esa sea la diferencia entre Rock in Rio Lisboa y Rock in Rio Madrid. Ellos son capaces de descifrar para disfrutar la en¨¦sima vuelta de tuerca de Billy Corgan sustenaba como era de esperar sobre los sempiternos Tonight, tonight y 1979, mientras que en Espa?a se hace lo propio, o parecido, con El Pescao y La Oreja de Van Gogh.
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