Krahe
Javier Krahe es inasequible a las reducciones que los medios practican sobre lo real. La necesidad de convertirse en archiveros de todo suceso obliga a jibarizar en apenas un titular y una descripci¨®n somera la actividad de cada individuo. As¨ª, Krahe pasa por ser un cantautor. Pero despu¨¦s de representar para muchos espa?oles un hilo fino de uni¨®n al legado del a?orado Georges Brassens, queda mucho m¨¢s que contar sobre ¨¦l. Durante nuestra juventud fue una presencia estimulante en la heterodoxia de los programas de Fernando Garc¨ªa Tola, en particular en Si yo fuera presidente, espacio que en nuestra parrilla televisiva de hoy llamar¨ªa tanto la atenci¨®n como Audrey Hepburn entre culturistas. Ven¨ªa de la m¨ªtica caverna de La mandr¨¢gora exprimiendo las palabras en sus canciones hasta sacarles todo el zumo de esdr¨²julo humor l¨²dico.
Pero detr¨¢s del juego, Krahe siempre ha representado una amenaza para la vulgaridad. Esa vulgaridad de cuya expansi¨®n general viven demasiados. Su destino libre es un insulto para el concepto de ¨¦xito y relevancia impuesto en el mundo del espect¨¢culo. Ejemplo de insumiso a la taquilla, de tanto en tanto provoca la molestia en los poderes, como el insecto raro e inhabitual para cuya picadura no se ha comercializado un remedio conocido. En 1986 se convirti¨® en bestia negra de los socialistas en el gobierno porque a la entrada con f¨®rceps en la OTAN contest¨® con una canci¨®n en la que Cuervo Ingenuo, indio irredento de las praderas, promet¨ªa no fumarse la pipa de la paz con t¨². Y ¡°t¨²¡± procedi¨® a vetarlo por tierra, mar y aire, que se resum¨ªa en no mostrarlo en la tele p¨²blica ni programarlo en festejos municipales.
A?os despu¨¦s, aparecer entrevistado en Canal + mientras en las pantallas traseras se proyectaban unos fragmentos de una broma blasfema que urdi¨® hace a?os le conden¨® a participar en otro de esos sainetes judiciales que pretenden reducir la realidad a zapatazos. Hoy lunes, un juzgado de Madrid puede condenar a Krahe, lo cual ser¨ªa tan disparatado como multar a un perro callejero por cruzar el sem¨¢foro en rojo. Quiz¨¢ el silencio general tenga que ver con las ganas de quitarse un incordio de encima, pero Krahe es como el humo, sobrevive a las hogueras.
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