¡°El cuento es una iluminaci¨®n: o lo ves, o no lo ves¡±
'La Realidad quebradiza' recoge una selecci¨®n de cuentos y minicuentos fant¨¢sticos del Acad¨¦mico Jos¨¦ Mar¨ªa Merino
A simple vista, el universo de Jos¨¦ Mar¨ªa Merino discurre entre los mismos elementos y con los mismos actores que cualquiera puede ver y palpar a diario. Solo que estos no interact¨²an seg¨²n las reglas f¨ªsicas establecidas: espacio y tiempo se desdoblan, los seres sufren metamorfosis y lo material adopta nuevas apariencias. Los hombres conviven subyugados a sus dobles, y la literatura se desarrolla dentro de la literatura. Los personajes saltan a trav¨¦s de las p¨¢ginas para desaparecer y reaparecer en nuevos episodios y, entre todos, conforman La realidad quebradiza (P¨¢ginas de Espuma), una antolog¨ªa que re¨²ne algunos de esos viajes por las parcelas rec¨®nditas del subconsciente, presentados en forma de cuentos y minicuentos, g¨¦neros que, en pocas palabras, el Acad¨¦mico de la lengua ha sabido engrandecer.
¡°El mundo es muy raro, y los momentos que vivimos ahora lo demuestran: estoy fascinado con la historia fant¨¢stica de Bankia, en la que cada d¨ªa hay una vuelta de tuerca. Parece que los seres humanos no tenemos nada que ver con Bankia, en donde lo que ocurre es un hecho m¨¢gico, en el que no hay responsabilidades¡±, dice Merino en su casa madrile?a. ¡°Yo intento encontrar lo raro desde esa perspectiva de la imaginaci¨®n fant¨¢stica. No soy metaf¨ªsico, pero s¨ª veo las cosas extra?as de la vida, de los comportamientos¡±. Con m¨¢s de un centenar de relatos cortos en su curr¨ªculo ¨Ca los que hay que a?adir novelas para adultos, j¨®venes y ni?os, varias novelas cortas, ensayos, poemarios y un par de memorias- esta compilaci¨®n, realizada por el editor, se revela ¡°significativa¡± de su obra, seg¨²n asegura el autor (La Coru?a, 1941). ¡°No s¨¦ si yo ser¨ªa capaz de hacer una antolog¨ªa. ?C¨®mo elegir?¡±.
Al igual que no se ve con voluntad de seleccionar entre su producci¨®n, tampoco se decide por ninguno de los g¨¦neros. ¡°La literatura proporciona una forma de ver y descifrar el mundo a la que llegas por muchas v¨ªas¡±, reflexiona. ¡°Pero la literatura es una¡±. De su f¨¦rtil talento para engendrar relatos, asegura que estos son ¡°iluminaciones¡±. ¡°O lo ves, o no lo ves. No tiene por qu¨¦ venir de los sublime, tambi¨¦n puede venir de lo m¨¢s deleznable. En cambio, una novela es un proyecto de exploraci¨®n. No sabes c¨®mo, pero el cuento se enciende: no se puede alargar para convertirlo en una novela, sino que tiene una peculiaridad, que es donde reside su encanto, y es que lo descubres como un poema¡±.
-?Y que hay de los microrrelatos?
-Hay gente que los desde?a, pero es como si un pintor desde?ase el soporte de ¨®leo o el soporte de madera. En ellos puede haber cosas estupendas o cosas deleznables, exactamente igual que en la novela. Para m¨ª, como escritor, lo que aporta es que puedes decir cosas que no podr¨ªas decir de otra manera.
-?Son estos capaces de satisfacer el hambre literaria?
-Ser¨ªa absurdo comparar un minicuento con Ana Kar¨¦nina, pero son sabores que pueden resultar m¨¢s intensos, pueden dar un matiz diferente. El problema es que no puedes leer demasiados minicuentos seguidos, porque te empachan. Pero pueden despertar ideas interesantes y divertirte mucho.
-?Por ejemplo?
-En cinco o diez l¨ªneas puedo imaginar que nuestro universo es un caf¨¦ que alguien se va a tomar. El minicuento ha ido acortando las distancias para sintetizar de un modo expresivo lo que sigue siendo una idea narrativa.
Entre gallego y leon¨¦s, el prol¨ªfico imaginario de Merino quiz¨¢ se asentara en su infancia, bajo el efluvio de leyendas de meigas y almas en pena. ¡°Escuch¨¦ historias as¨ª en Galicia y en Le¨®n. Recuerdo de ni?o c¨®mo en algunos sitios se dejaban las chimeneas encendidas en la noche de ¨¢nimas para que vinieran a calentarse los muertos. Puede que eso haya influido, aunque desde luego mi gusto por lo fant¨¢stico ha sido literario: de ni?o fui lector de Hoffmann, de Poe, de B¨¦cquer... Siempre me ha gustado ver la realidad a trav¨¦s de ese prisma tan literario que es lo fant¨¢stico¡±.
En su rutina semanal de escritura y lectura ¨C¡°me gusta estar al tanto de las novedades¡±, dice se?alando entre la monta?a de libros que puebla su despacho las ¨²ltimas publicaciones de Clara S¨¢nchez y Fernando Aramburu-, Merino dedica fielmente cada jueves, d¨ªa en que se re¨²nen los Acad¨¦micos de la lengua, al estudio del l¨¦xico. ¡°Lo que hacemos es ver c¨®mo pasa el tiempo y las palabras ya no significan lo mismo. Las palabras se mueven, tienen vida propia¡±. Y la conclusi¨®n de sus observaciones es que el espa?ol, a pesar de las distancias geogr¨¢ficas que lo separan de s¨ª mismo, contin¨²a siendo eso: el espa?ol. ¡°Tiene una unidad envidiable¡±, asegura. En el lado negativo, los tiempos que corren ponen en peligro la pervivencia del vocabulario. ¡°Los j¨®venes piensan que lo bueno es tener un c¨®digo ling¨¹¨ªstico reducido, que si puedes decir mucho con pocas palabras, mejor. Y eso no es ir por el buen camino. Ahora usan los mismos t¨¦rminos con significados m¨²ltiples, y eso les hace m¨¢s indefensos¡±.
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