Una ¡®troupe¡¯ asamblearia
La compa?¨ªa belga sg STAN practica una forma de hacer teatro basada en una estructura horizontal en la que se comparten las responsabilidades


Dicen que no tienen director, y que no se trata de una cuesti¨®n de reacci¨®n contra la autoridad. ¡°Queremos cultivar nuestro desarrollo personal¡±, aseguran, sentados frente al di¨¢fano muro de cristal que cierra uno de los m¨²ltiples espacios de los madrile?os Teatros del Canal. Provenientes de Amberes, al norte de B¨¦lgica, los miembros de la compa?¨ªa teatral sg STAN presentaron all¨ª este pasado fin de semana, en el marco del ya concluso Festival de Oto?o en Primavera, su espect¨¢culo El Camino Solitario, basado en un texto de Arthur Schnitzler. Y desde el primer momento, se afanaron en subrayar que su trabajo no se gesta como en otras troupes tradicionales.
¡°Cuatro de nosotros comenzamos en 1989, tras graduarnos en el conservatorio de nuestra ciudad¡±, explica Frank Vercruyssen, uno de aquellos miembros originales que ahora se han convertido en nueve, de los que se presenta en la rueda de prensa un destacamento de seis, tres hombres y tres mujeres, una de las cuales no pertenece a la compa?¨ªa, sino que trabaja con ellos como freelance. Todo un embrollo que se clarifica seg¨²n avanzan sus explicaciones sobre su m¨¦todo de trabajo, fundamentado, se?alan, en la confianza y el respeto mutuos y en la prioridad que conceden al desarrollo personal y la colaboraci¨®n.
Desde aquellos principios en Amberes, ya ten¨ªan claro que no quer¨ªan colaborar con ninguna compa?¨ªa existente. Sus objetivos resid¨ªan m¨¢s all¨¢. ¡°Ten¨ªamos ganas de hacerlo todo en el teatro, desde la comunicaci¨®n a la puesta en escena, la producci¨®n, la escenograf¨ªa, los decorados¡¡±, se?ala Vercruyssen, erigido en portavoz del grupo. Aunque el concepto en Espa?a puede resultar estramb¨®tico, lo cierto es, aseguran, que en B¨¦lgica y en Holanda existen m¨¢s compa?¨ªas que funcionan con los mismos par¨¢metros, y que han supuesto una influencia para ellos. ¡°Aquello era en los or¨ªgenes, ahora han entrado personas en la compa?¨ªa que se encargan de ciertos aspectos, aunque la organizaci¨®n sigue siendo horizontal¡±.
Para abordar los montajes, muchos basados en textos de autores del repertorio cl¨¢sico, estos actores literalmente polifac¨¦ticos se re¨²nen en el edificio que les sirve de sede. Pero no ensayan. ¡°Nos sentamos alrededor de una mesa y hablamos de todas las cosas que necesitamos: el vestuario, la iluminaci¨®n¡¡±. Tambi¨¦n repiten el texto tantas veces como les sea posible en las seis u ocho semanas que invierten en ese proceso previo al estreno, y lo hacen en sus tres lenguas de trabajo: el flamenco, el franc¨¦s y el ingl¨¦s. Pero no cada uno su propio papel, sino todo el guion. Porque sobre las tablas, los roles se intercambian, y cada personaje es interpretado por distintos actores en una misma funci¨®n. ¡°El objetivo no es confundir al espectador¡±, matizan. ¡°Nosotros ayudamos a que se pueda comprender la historia: siempre nombramos a los personajes cuando se alternan, y nos cambiamos de traje: no se abandona al p¨²blico a su suerte¡±.
Lo de introducirse bajo la piel de distintos sujetos se debe, seg¨²n explican, a que su apuesta art¨ªstica se centra fundamentalmente en el autor. ¡°No somos Robert de Niro ni Marlon Brando¡±, declaran. ¡°La clave para nosotros es nuestra capacidad de elegir, tanto nuestros textos como nuestros personajes¡±. Aunque eso no significa que no se metan en el papel. ¡°No es un rechazo a la emocionalidad, ni tampoco es frialdad. Es la decisi¨®n personal del actor: elegir hasta d¨®nde se mete en el personaje. Esto es algo que podemos hacer gracias a la confianza y al amor que existe entre nosotros como actores, porque como tales somos muy vulnerables¡±.
Es solo tres o cuatro d¨ªas antes del estreno cuando la compa?¨ªa se plantea c¨®mo se ver¨¢ su representaci¨®n sobre el escenario. ¡°Hacemos una especie de puesta en escena, en la que se parte del texto, no hay improvisaci¨®n¡±, indica Vercruyssen. Y cuando se ponen de frente al espectador, la pieza cobra toda su personalidad. ¡°El p¨²blico hace con nosotros el espect¨¢culo, es el tercer actor. Por eso, cada una de nuestras funciones es diferente¡±.
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