Rescate de Altolaguirre, el poeta olvidado de la Generaci¨®n del 27
La Residencia de Estudiantes edita un ¨¢lbum-biograf¨ªa sobre el genial, aunque siempre en un segundo plano, editor, impresor, cineasta y cr¨ªtico literario
En el siglo XX ha habido muchos poetas-impresores. En Espa?a Juan Ram¨®n Jim¨¦nez, Bergam¨ªn, Max Aub, pero sobre todo, Manuel Altolaguirre. Probablemente el m¨¢s desconocido de la Generaci¨®n del 27, en su no demasiado longeva vida (falleci¨® a los 54 a?os en un accidente de tr¨¢fico cuando regresaba del Festival de Cine de San Sebasti¨¢n, en 1959), fue adem¨¢s de poeta, editor, impresor, dramaturgo durante la Guerra Civil, cr¨ªtico literario y cineasta (guionista y productor). La Residencia de Estudiantes publica ahora una retrospectiva de su obra y legado en formato de ¨¢lbum de fotos acompa?ado por una complet¨ªsima biograf¨ªa a cargo del profesor James Valender.
Posiblemente, apunta Valender, esta multiplicidad de oficios que le ocupaban y su inmensa labor editorial haya ido en detrimento de su reconocimiento como poeta, ¡°por otra parte ¨¦l se quitaba importancia a s¨ª mismo, es un ejemplo de humildad y de generosidad, ya que se encarg¨® de la impresi¨®n y edici¨®n de las obras de sus contempor¨¢neos¡±. Cernuda dec¨ªa que era un poeta injustamente poco valorado, y Jorge Guill¨¦n declar¨® que, de todos los del 27, Altolaguirre es el que tiene una mayor biograf¨ªa. Juan Manuel Bonet coincide con Valender en que ser impresor s¨ª que le perjudic¨®: ¡°En Espa?a no se soporta que alguien haga bien m¨¢s de una actividad¡±, sentencia el cr¨ªtico.
Cernuda dec¨ªa que era un poeta injustamente poco valorado, y Jorge Guill¨¦n declar¨® que, de todos los del 27, Altolaguirre es el que tiene una mayor biograf¨ªa
El volumen dedicado a Altolaguirre, el cuarto de la colecci¨®n, es un viaje por el arte y el mundo de la imprenta, la revista literaria, la Residencia de Estudiantes, la Guerra en el exilio en M¨¦xico y Cuba, los veranos con Salvador Dal¨ª y Gala y un mosaico de los fotogramas de Subida al cielo, que co-dirigi¨® con Bu?uel, y que capta los valores m¨¢s pl¨¢sticos y visuales de la pel¨ªcula. El ¨¢lbum es el fruto de siete a?os de trabajo, puesto que la recopilaci¨®n de las fotograf¨ªas ha requerido una importante labor de investigaci¨®n. La mayor¨ªa de ellas proceden del archivo personal de Paloma Altolaguirre, hija del poeta, que vive en M¨¦xico, pero tambi¨¦n se ha aprovechado el legado que hab¨ªa en la Residencia. ¡°Un equipo de investigadores de la instituci¨®n se ha dedicado a buscar archivos y materiales, sobre todo en Espa?a y tambi¨¦n en M¨¦xico y Cuba. Aunque yo haya escrito el texto", explica Valender, "siento que este es un libro de equipo, porque he visto desde dentro la labor de muchas personas para homenajear a este editor desinteresado que gast¨® tanto tiempo en editar obra ajena¡±.
A pesar de ser un experto en la Generaci¨®n del 27, y tener un profundo conocimiento de la vida y obra del poeta malague?o, a Valender sigue sorprendi¨¦ndole por los aspectos m¨¢s personales del editor: ¡°Hay un extra?o ritmo en la vida de Altolaguirre. Salinas lo llam¨® el don Juan de las imprentas. Era una persona impulsiva, con mucho entusiasmo, pero tambi¨¦n muy sensible a las presiones del momento¡±, explica el bi¨®grafo refiri¨¦ndose a unas fotograf¨ªas in¨¦ditas del poeta repartiendo propaganda republicana. Como los de su generaci¨®n, Altolaguirre se sent¨ªa muy republicano y siempre se sinti¨® comprometido de sobremanera con el momento sociopol¨ªtico. ¡°Fotos como estas, que siempre est¨¢n invitando a reconsiderar lugares comunes, recuerdan que Altolaguirre era una especie de ¨¢ngel que viv¨ªa en las nubes¡ Pero a la hora de la guerra tuvo una postura muy clara¡±.
Su obra maestra, que es su primer poemario, Las islas invitadas, justifica el talento del autor. Juan Manuel Bonet considera que solo ¡°por su limpieza twenties, por su felicidad de expresi¨®n en esta obra que describe sus playas geom¨¦tricas con insectos y fragatas, ya habr¨ªa que leer a Altolaguirre¡±. Pero hay muchas m¨¢s razones para seguir leyendo a este ¡°poeta de gran pureza, y tambi¨¦n de gran hondura¡±, tan considerado por algunos y un poco olvidado por muchos al que, sostiene Bonet, le pudo perjudicar el ser simp¨¢tico, ¡°ese Manolito Altolaguirre, peyorativo para algunos¡±.
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