Mis queridos secundarios
Algunos lo llaman actor de reparto pero en esta parte del mundo los conocemos como ¡°secundarios¡±. Son esos actores y actrices cuyo (gran) m¨¦rito reside en salir ah¨ª fuera un rato y robarle la cartera a la estrella de turno.
El cine les ha dado brillo y disgustos y la tele les ha dado algo que el s¨¦ptimo arte les hab¨ªa robado: proyecci¨®n, p¨²blico y visibilidad. Se ha dicho siempre que una serie en condiciones es un gran regalo para un actor, no s¨®lo porque la tele se enciende en millones de hogares sin necesidad de pago (m¨¢s all¨¢ de la electricidad, las plataformas privadas o los impuestos especiales, como el del Reino Unido) sino porque los arcos argumentales son largos y los tiempos de cocci¨®n lentos. Adem¨¢s hay un ¨²ltimo factor a tener en cuenta: la tele ya no es el cementerio de elefantes donde los actores van a morir y finiquitado (definitivamente) ese matiz se ha abierto la veda para que cualquier int¨¦rprete, sea grande o muy grande, pueda meter pie en la peque?a pantalla sin recibir miradas de oprobio.
Lo mismo puede decirse de Jared Harris. Hijo del gran Richard Harris y uno de esos tipos con licencia para asesinar colegas, de enterrarles con una sola escena. Los dos ejemplos son casi vergonzantes: Mad Men y Fringe, interpretando ¨Crespectivamente- a Lane Pryce y David Robert Jones. Cuando sale Harris, ya sea intrigando en submundos publicitarios o de villano con galones, al espectador se le activa el proceso de salivaci¨®n. Parece una receta: un rostro peculiar, que da para un roto o varios descosidos; el acento y la actitud del que ha declamado quinientas veces el Julio Cesar antes de cumplir los 20; la jeta del que act¨²a como si estuviera con los amigachos en el sof¨¢ de su casa, relajado e indiferente. Harris es esa clase de actor que activa en sus compa?eros de profesi¨®n los siete pecados capitales, empezando por la envidia.
El tercero es un desconocido (al menos para el gran p¨²blico) capaz de darle una patina de respetabilidad a cualquier cosa. Su nombre es Dermot Crowley y los fans de Luther le reconocer¨¢n por su papel en Luther (la tercera temporada a finales de este a?o en AXN), donde interpreta a Martin Schenk, el jefe del propio Luther. Crowley tiene 65 a?os y es una instituci¨®n de la televisi¨®n brit¨¢nica, uno de esos tipos que ha hecho de todo (los fans de Star Wars pueden buscarle en El retorno del Jedi, donde es el l¨ªder rebelde General Madine). Sus apariciones en Luther son una apolog¨ªa de la pausa: conversador a c¨¢mara lenta, de andares tranquilos hasta de que repente da un pu?etazo en la mesa, mira al acusado a los ojos y le dice: ¡°no sabes la tormenta de mierda que va a caerte encima si no empiezas a hablar ahora mismo¡±. Y a ese se?or de pelo blanco, gafas y traje gris te lo crees. Y, huelga decirlo, el sospechoso canta La Traviata.
Y el cuarto y ¨²ltimo son en realidad un mont¨®n: el reparto entero de The wire. Lester, Snoop, Bunk, Daniels, Kima, Lester, Prez (impresionante Jim True-Frost), Bubbles, Landsman, Barksdale, Stansfield, etc, etc, etc. No hay mayor monumento al arte del minutaje que esta serie, una maravilla tan inmensa que ni siquiera necesitaba tener protagonista: todos y todas, absolutamente todos y todas, eran secundarios/as. No hab¨ªa ni un segundo malo en The wire y eso, no nos equivoquemos, es m¨¦rito de una filosof¨ªa concreta implantada a sangre y fuego en el coco de sus actores: ¡°ahora salgo, digo lo m¨ªo y me lo zampo todo¡±.
Llegados a este punto: ?cu¨¢l es vuestro secundario/a favorito y por qu¨¦?
Comentarios
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.