Los acotamientos de la Presidenta
Claudia Sheinbaum debut¨® en el plano mundial con un sobresaliente. Bendecida con v¨ªtores, perfumada de discuros recargados de t¨¦rminos como ¡°hist¨®rico¡± o ¡°patriota¡±, luego es forzada bajar a nivel de piso para poner orden al k¨ªnder que es el Congreso
?Quien puede lo m¨¢s, no puede lo menos? La presidenta Claudia Sheinbaum debut¨® en el plano mundial con un sobresaliente. Su manejo de la primera crisis con Donald Trump es aplaudida en el exterior y en el pa¨ªs. A los pocos d¨ªas, se le vino encima la normalidad.
Amenaza recargada es el concepto que define la nueva presidencia de Estados Unidos con respecto a M¨¦xico. Trump no quiere ser un buen vecino. Menos honrar leyes o tratados. Lo que pretende es sobajar, estrujar a pa¨ªses a fin de expandir su poder¨ªo y el de su camarilla.
Con Sheinbaum a la cabeza, la naci¨®n mexicana padecer¨¢ esa agenda injerencista con el razonamiento fr¨ªo de la realidad del desbalance de poder entre ambas naciones, mas ¡ªde seguir como va la presidenta¡ª sin merma en la actitud digna y nacionalista.
El primer lance fue zanjado con ambos pa¨ªses salvando cara. La amenaza de aranceles que trastocar¨ªan en p¨¦simo timing la econom¨ªa mexicana fue conjurado a cambio, si hemos de creer que solo se negoci¨® lo que hasta ahora se ve, de algo que ya ¡°hab¨ªamos hecho¡±.
Los costos no son menores. Aceptar recibir a migrantes de terceros pa¨ªses, desplegar diez mil agentes armados en la frontera norte y, sobre todo, dar por sentado que EEUU certificar¨¢ los esfuerzos mexicanos para detener el narcotr¨¢fico son concesiones amargas.
Sin embargo, el m¨¦rito de la presidenta es evidente. Su t¨¢ctica de ¡°cabeza fr¨ªa¡± ha hecho que el barco nacional mantenga el curso, que los vientos que amenazan desde el norte remezan muy poco al peso, que el temor se traduzca en gritos de ?Presidenta!
As¨ª arranc¨® la semana. Con alivio generalizado por la posposici¨®n de treinta d¨ªas de la treta de los aranceles, pero, sobre todo, porque esa informaci¨®n surgi¨® desde ambos lados de la frontera con id¨¦ntico tono: el di¨¢logo imper¨®, e incluso se reportan buenos modos.
As¨ª arranc¨® el sexenio, digamos sin hip¨¦rbole. La presidenta inaugur¨® a nivel global sus capacidades. La ganancia es bastante. Qui¨¦n sabe c¨®mo estar¨¢ Trump en tres semanas m¨¢s. El azar tambi¨¦n juega en esto. Y, en efecto, mucho de lo que M¨¦xico cedi¨® no es tan novedoso.
La pregunta es qu¨¦ significa el triunfo de Claudia para su presidencia. Y no solo para rendir cuentas al llegar el plazo de la revisi¨®n de la advertencia arancelaria, sino en qu¨¦ se traduce la demostraci¨®n dada de poder y de sagacidad, c¨®mo consolida esa nueva estatura.
Los indicios de respuesta a la interrogante no lucen a la altura de la haza?a. La presidenta, bendecida con v¨ªtores, perfumada de discuros recargados de t¨¦rminos como ¡°hist¨®rico¡± o ¡°patriota¡±, luego es forzada bajar a nivel de piso para poner orden al k¨ªnder que es el Congreso.
?Trump le hace caso pero las bancadas de Morena tratan de meterle un gol legislativo desde una posici¨®n offside? ?Puede contener los peores impulsos de la Casa Blanca mas es incapaz de deshacerse de elementos perniciosos para su movimiento como Cuauht¨¦moc Blanco? ?Puede desinvitar a quien quiera menos al compa?ero Rub¨¦n Rocha? ?Lanza una ley contra el nepotismo pero renuncia al poder de persuasi¨®n para que F¨¦lix Salgado Macedonio cacte que no suceder¨¢ a su hija en Guerrero? ?Sus correligionarios la ponen un pedestal para sujetarla de los pies?
Un paso, nada menor, hacia adelante; y varios, reveladores, hacia atr¨¢s. La presidenta es portada en diarios mundiales por su estrategia para contener sin despeinarse a un mandatario vulgar y pendenciero, y al mismo tiempo luce incapaz de desactivar al deslenguado Rocha.
M¨¢s all¨¢ de Trump, qu¨¦ demostraci¨®n de poder al castigar en cuesti¨®n de horas al fiscal Uriel Carmona por haberse decidido a proceder contra el exgobernador de Morelos Cuauht¨¦moc Blanco. Movida tan contundente, como reveladora la gran permisividad con el exfutbolista.
Si Trump and Cia han de aprender que con Claudia hay que medir cada paso, que en sus manos M¨¦xico no es piece of cake, c¨®mo juzgar entonces que en el Congreso donde nada pasa sin que Morena quiera, se pretende a la mala descontar dinero a los asalariados.
Mientras M¨¦xico se encontraba echando varas para que en los cuatro puntos cardinales sepan de la gesta claudista, los aliados de la presidenta cre¨ªan oportuno revivir una iniciativa de cobranza delegada que dejar¨ªa inermes a los trabajadores frente a sus acreedores.
Algo no cuadra. Si la Casa Blanca ha tenido una lecci¨®n de su firmeza, por qu¨¦ la travesura, a costa de la sangr¨ªa de asalariados, en el Congreso. ?Era para ver si la presi andaba distra¨ªda, o era ¡°ya que pas¨® lo extraordinario de afuera, volvamos a lo ordinario de adentro¡±?
Sheinbaum tuvo que declarar que vetar¨ªa esa ley si se aprobaba. En cualquier otra semana, ser¨ªa raro ese modo de no ser quien marca a la mayor¨ªa del Congreso el turno de las leyes a revisar; en esta semana ?es un recordatorio de terrenos donde su voz no es la que prima?
Hablando de voces. El desmedido saludo del l¨ªder del Senado Gerardo Fern¨¢ndez Noro?a el 5 de febrero al gobernador Rub¨¦n Rocha (a quien para hacer m¨¢s chusco el momento bautiz¨® como Ricardo), ?fue con el consentimiento de la presidenta?
La pregunta es pertinente. Los integrantes del Poder Judicial que no se doblan sin m¨¢s ante la Presidencia fueron marginados ese d¨ªa de la sede donde se celebraba la Constituci¨®n de 1917. El PJ no cabe, fue claridosa Sheinbaum, pero el cuestionad¨ªsimo poder de Rocha, s¨ª.
El auto de afirmaci¨®n de vuelo mundial del lunes es mermado por la agenda local. La presidenta pasea estos d¨ªas un triunfo que, si insiste en no ejercerlo a plenitud para el bien de M¨¦xico, e incluso de su partido, se le volver¨¢ en contra, dulce agua que se le ir¨¢ de las manos.
Sus compa?eros le llenan de incienso, algunos hasta una casi c¨®mica desmesura, en un intento deliberado por atarla. Son palabras que buscan que envanezca hasta el extrav¨ªo de no ver que, precisamente, en casa est¨¢n las mayores amenazas a su poder y legitimidad.
La templada demostraci¨®n de su capacidad para ganar tiempo frente a Trump la obliga a explotar el plazo ganado acrecentando su margen de maniobra, y llegar a¨²n mejor plantada a la cita de evaluaci¨®n que el imperialista ha impuesto a ella y al pa¨ªs.
Eso es evidente para todos menos, por lo visto, para los compa?eros de viaje de Claudia. Sus cartas para negociar con Washington no pueden ser devaluadas por fotograf¨ªas de Blanco con presuntos narcos, por el testimonio del ¡°Mayo¡± Zambada de sus ligas con Rocha.
Incluso en el plano nacional es poco entendible que en el momento de m¨¢ximo reconocimiento de su a¨²n breve sexenio, sea el Congreso de mayor¨ªa morenista el que ponga en duda la capacidad de control de la presidenta con una iniciativa perniciosa para la clase trabajadora.
El respeto se demuestra en los hechos, no en discursos engolados. Y se gana, en efecto, con determinaci¨®n, como al lidiar con Trump e incluso en el caso del pol¨¦mico fiscal de Morelos¡ a salvedad en ¨¦ste ¨²ltimo caso de que adem¨¢s de firmeza se demuestre imparcialidad.
Sheinbaum tiene el poder de las instituciones y el respeto por el buen ejercicio que ha hecho de las mismas al enfrentar a EEUU. Mantendr¨¢ ese respaldo mientras muestre congruencia al no aceptar imposici¨®n de agendas, ni acotamientos,externos, internos o¡transexenales.
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