Horrorosa capea cultural
"Fue una capea inmerecida para Madrid que m¨¢s bien parece responder a razones econ¨®micas que a motivos de inter¨¦s taurino"
Hay que ser una persona de probada bondad para tomarse en serio un festejo como el de esta tarde. Para empezar, una terna como la anunciada no se le ocurre ni al que as¨® la manteca. Una terna para Madrid, se entiende. Se supone que tanto la empresa como la Comunidad deben cuidar la categor¨ªa de las corridas que se ofrecen. Pues, no cuidan ese peque?o detalle. Pero, es m¨¢s: el festejo de ayer estaba incluido en la llamada Feria del Arte y la Cultura. Vamos, hombre, qu¨¦ tomadura de pelo¡
El Torre¨®n / El Cordob¨¦s, Paquirri, El Fandi
Cinco toros de El Torre¨®n, justos de presentaci¨®n, mansos, blandos, sosos y nobles; el cuarto, de Los Bayones, descastado.
Manuel D¨ªaz El Cordob¨¦s: bajonazo (silencio); pinchazo y estocada (silencio).
Rivera Ord¨®?ez Paquirri: cinco pinchazos, _aviso_ y un descabello (silencio); estocada (silencio).
El Fandi: dos pinchazos, estocada _aviso_ y un descabello (silencio); casi entera desprendida (oreja)
Plaza de las Ventas. 9 de junio. Cuarta corrida de feria. Tres cuartos de plaza.
No es serio y alguien deber¨ªa responder por ello. El Cordob¨¦s, Paquirri y El Fandi son personas honorables y respetables profesionales, pero no se les conoce ninguna supuesta adscripci¨®n art¨ªstica como toreros. Se han ganado el pan con el sudor de su frente, pero no han destacado nunca por su sentimiento, pellizco o embrujo con los enga?os en las manos.
Total, sin m¨¢s rodeos: fue una capea inmerecida para Madrid que m¨¢s bien parece responder a razones econ¨®micas (el cartel era de los llamados baratos) que a motivos de inter¨¦s taurino. Hac¨ªa tiempo que Manuel D¨ªaz y Rivera Ord¨®?ez no ven¨ªan por esta plaza -once y siete a?os, respectivamente, seg¨²n el programa oficial-, y pueden estar ausentes otro tanto porque ofrecieron variadas razones para no reaparecer en mucho tiempo. Ambos son toreros de plazas de tercera, que mueven capote y muleta como Dios les da a entender; y pecan gravemente contra el toreo cl¨¢sico con unas manetas toscas. No es que sean ventajistas y comodones, como la mayor¨ªa de sus compa?eros; es que son un horror.
No es f¨¢cil dar peores trapazos que los que dieron ambos en sus respectivos lotes, toros nobles hasta la santidad, escasos de fuerzas y que no plantearon dificultad alguna. Ver torear a El Cordob¨¦s es un dolor, despegado, sin templanza, sin ligaz¨®n, todo un monumento a la mediocridad. Y todo ello, en su primer toro, coronado con un bajonazo descarado. No hubo salto de la rana, menos mal, ni en este ni en el cuarto, muy parado, en el que su cuadrilla protagoniz¨® un vergonzoso mitin en el tercio de banderillas mientras el jefe de filas sonre¨ªa recostado sobre las tablas.
OVACI?N: El reconocimiento se lo merecen los toros, sosos, blandos y nobles, nada del otro mundo, pero muy por encima de la terna actuante.
PITOS: 'Esto es una verg¨¹enza' rezaba un cartel en los tendidos mientras El Fandi paseaba la oreja del sexto.
?Y Paquirri? Pues parecen almas gemelas. Noble tambi¨¦n fue su primer toro y se dedic¨® a impartir toda una lecci¨®n de insoportable ventajismo. En un descuido sufri¨® una voltereta que, afortunadamente, solo le dej¨® dolorido. Inv¨¢lido era el quinto y nada de nada. Por cierto, puso banderillas en su primero y ninguno de los tres pares los coloc¨® como manda la ley.
El Fandi demostr¨® que pisa plazas de m¨¢s categor¨ªa y lo suyo tuvo otro color dentro de su conocido repertorio. Lance¨® con templanza al sexto, coloc¨® banderillas a toro pasado en los dos, y, aunque lo intent¨®, no super¨® a sus compa?eros con la muleta. Nobil¨ªsimo y fijo en su embestida fue su primero, y no pas¨® de discreto el torero en una labor sin hondura. Repetidor fue el sexto, y el animal solo exig¨ªa una muleta que siguiera con mando su recorrido. Pues, tampoco. Un par de naturales sobresalientes, y todo qued¨® emborronado por una faena sin ton ni son, sin gracia, sin la esencia que merec¨ªa la bondadosa clase del toro. Y, encima, le regalaron una oreja.
Por cierto; ?y el p¨²blico? Tan festivalero, aplaudidor y triunfalista que mejor ni hablamos.
Conclusi¨®n: broche de capea cultural a la feria del arte. ?Qu¨¦ horror¡! ?Y que nadie responda por esto¡!
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