¡°Nuestro gran instrumento de supervivencia es la imaginaci¨®n¡±
El escritor e historiador de la lectura Alberto Manguel acaba de publicar 'El sue?o del Rey Rojo', una selecci¨®n de sus ensayos
Alberto Manguel, bonaerense de 1948, vive en Francia desde hace una d¨¦cada y lleva en la solapa la min¨²scula insignia de la Orden de las Artes y las Letras de ese pa¨ªs. ¡°Hay que ponerlo en perspectiva¡±, dice. ¡°Sylvester Stallone tambi¨¦n la tiene. Por las artes, claro. Letras tiene pocas¡±. El escritor argentino acaba de publicar El sue?o del Rey Rojo (Alianza), una selecci¨®n de sus ensayos que va de la definici¨®n del lector y la biblioteca ideales a una historia de la p¨¢gina pasando por el libro electr¨®nico o una cr¨ªtica al editor (anglosaj¨®n) como ¡°copiloto literario¡± de una obra.
Con medio millar de p¨¢ginas, El sue?o del Rey Rojo es un hito que sumar a t¨ªtulos como Gu¨ªa de lugares imaginarios, La biblioteca de noche o el c¨¦lebre Una historia de la lectura. Cuando se le pregunta si no teme que lo encasillen como el que escribe sobre leer, Manguel sonr¨ªe: ¡°Es un problema, sobre todo cuando quieres hacer otra cosa. Tengo cinco novelas y la impresi¨®n de que muchos lectores piensan que es algo que hago los domingos. Mi editora francesa me dijo: ¡®Ten cuidado de no convertirte en Se?or Lectura¡¯. Corres ese riesgo porque es un tema que sigue preocupando. No est¨¢ tan mal: me preocupar¨ªa m¨¢s ser el Se?or Salchicha¡±.
En su definici¨®n de la biblioteca perfecta, Alberto Manguel apunta que en ella no existen los libros prohibidos ni los recomendados. Toda su obra defiende tanto la gran literatura como la soberana libertad del lector. ?Puede haber canon sin jerarqu¨ªa? ¡°Obviamente, hay libros mejores que otros. Mejores en el sentido que usaba Northon Frye para describir una gran obra: aquella que es due?a de una visi¨®n siempre m¨¢s vasta que la de sus mejores lectores. Es decir, que permite una lectura cada vez m¨¢s profunda, cada vez m¨¢s intensa y cada vez distinta. Y que tienta a los lectores a trav¨¦s de las generaciones¡±. O sea, eso que llamamos cl¨¢sico. Manguel es rotundo: a un lector no se le puede imponer nada. ¡°Decir que una obra tiene una importancia universal no significa que sea para todo el mundo¡±, explica. ¡°Yo conf¨ªo en la inteligencia de los lectores. Si a un ni?o lo alimentas de McDonald¡¯s no es culpa suya no elegir la alta gastronom¨ªa. Estamos en una sociedad que ofrece valores triviales y al mismo tiempo trata de convencer a los ciudadanos de que no son lo suficientemente inteligentes como para acceder a lo que parece m¨¢s dif¨ªcil. Por eso prefieren a Paulo Coelho que a San Agust¨ªn¡±.
El autor de Diario de lecturas no tiene siquiera tel¨¦fono m¨®vil, pero no da mucha importancia a la disputa entre el libro de papel y el digital: ¡°Un texto cambia dependiendo de lo que sabemos del contexto, pero tambi¨¦n dependiendo del instrumento: no leemos igual en un manuscrito, en un c¨®dice o en una pantalla. Hay que ser conscientes¡±. ?Es mejor, es peor? ¡°Aplicar una jerarqu¨ªa ser¨ªa descalificar la capacidad del lector para manejar un instrumento adecuadamente. Si George Steiner lee la Odisea en un kindle, su lectura ser¨¢ mejor que la m¨ªa en un libro de bolsillo¡±. La preocupaci¨®n de Manguel es otra: que consideremos irremediable la dictadura de la rentabilidad. ¡°Es muy peligroso confundir el hecho de que los poderosos digan que hay que estudiar para conseguir un trabajo con pensar que la cultura no tiene importancia. Es dif¨ªcil sustraerse a algo que se nos inculca diariamente, pero hacerlo es esencial para seguir viviendo. Los que no son realistas son los pol¨ªticos, porque la realidad es que la cultura es importante, biol¨®gicamente importante. Nuestro gran instrumento de supervivencia es la imaginaci¨®n, que anticipa escenarios que nos permiten resolver problemas concretos¡±. La electricidad no se descubri¨® para hacer bombillas, cuenta Manguel que fue la respuesta del rector de Oxford cuando el Primer Ministro brit¨¢nico, David Cameron, le dijo que no hab¨ªa dinero para humanidades ni ciencias puras: ¡°Es la oposici¨®n entre un poder que quiere una sociedad que sea una m¨¢quina de producir rendimiento financiero y el ser humano como especie, que quiere seguir imaginando para sobrevivir¡±.
Hablando de supervivencia, en El sue?o del Rey Rojo Alberto Manguel recuerda la duda que le asalt¨® cuando tuvo que elegir un libro para leer en el hospital tras la fulminante operaci¨®n de un tumor. Despu¨¦s de jugar con la idea de espantar a las enfermeras con Dolor y sufrimiento, de Kierkegaard, su elegido fue el Quijote. ?Y si ese efecto paliativo lo tiene para alguien un libro malo? ¡°?Pues claro! Con qu¨¦ derecho vas a decir a nadie: ¡®Te has enamorado de una mujer fea¡¯. Pero puedes decirle: ¡®Si lo que te gusta en Paulo Coelho ¡ªotra vez¡ª es la noci¨®n de absurdo de la vida, hay textos que te ofrecer¨¢n la posibilidad de explorar m¨¢s profundamente ese tema¡±.
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