¡°Me siento m¨¢s aislado que nunca, aunque responda a 50 ¡®mails¡¯ al d¨ªa¡±
Autor de c¨®mics de culto en EE UU, Daniel Clowes edita en espa?ol ¡®Mr. Wonderful¡¯ La obra, un encargo de 'The New York Times', es un reflejo de la soledad de la clase media
Los tel¨¦fonos inteligentes pueden ser muy est¨²pidos. Ni los whatsapps, ni los sms, ni las redes sociales, ni los correos electr¨®nicos saben aliviar la soledad de Daniel Clowes. S¨ª saben hacerlo sus c¨®mics, entre otros Pussey, David Boring o Ghost World (llevado al cine en 2001 por Terry Zwigoff con Scarlett Johansson como Rebecca). Sin ellos quedar¨ªa incompleta esa cosecha de cultura popular cargada de hostilidad, iron¨ªa, solipsismo y frapucchinos que en los noventa alumbraron las pel¨ªculas indies, la escena musical de Seattle y la literatura de la Generaci¨®n X. El p¨²blico de Clowes ha crecido y cambiado los fanzines por el New York Times. Las obsesiones del dibujante, no obstante, permanecen. En Espa?a han visto ahora la luz las tiras de Mr. Wonderful (Random House Mondadori), un personaje creado en 2007 para el prestigioso rotativo. ?Podr¨¢ Marshall, su nuevo alter ego, romper la soledad?
¡°La gente parece ahora m¨¢s solitaria, aunque est¨¦ en contacto mediante las redes sociales. Yo antes pasaba horas al d¨ªa hablando por tel¨¦fono. Ahora ya no me llama nadie. Me siento m¨¢s aislado de lo que me he sentido nunca, pese a que tenga que contestar 50 correos al d¨ªa¡±. Se queja de aislamiento, pero cuatro meses ha tardado este dibujante de culto, nacido en Chicago en 1961, en ponerse al tel¨¦fono.
Con Mr. Wonderful ¨Cun encargo¨C por primera vez en su carrera Clowes ha tenido que tirar un tabique de su mente y prestar atenci¨®n al p¨²blico al que ir¨ªan dirigidas las tiras: ¡°Habitualmente trato solo de interesarme y entretenerme a m¨ª mismo. Es m¨¢s f¨¢cil que algo interese a los dem¨¢s si tambi¨¦n te interesa a ti. En este caso, como estaba pensado en The New York Times, tuve que imaginarme a su lector arquet¨ªpico. Y ese es Marshall¡±.
Y Marshall, claro, tambi¨¦n es Daniel Clowes. Clase media, rondando los cincuenta, introvertido, agudo y superviviente de unas cuantas embestidas de la vida (Clowes super¨® en 2006 una operaci¨®n a coraz¨®n abierto). ¡°Trabajo con personajes de los que respondo emocionalmente. No me gusta pensar demasiado en si son versiones de m¨ª, ni en si reflejan miedos sobre m¨ª mismo o sobre otra gente. Intento crearlos de manera org¨¢nica, casi como uno lo hace cuando sue?a. De alguna manera reproducen los dramas que suceden en tu propia vida interior, en tu estado mental¡±, cuenta.
Con los a?os la ternura ha ido ganando espacio a la crudeza adolescente y a la experimentaci¨®n. Atr¨¢s quedaron los devaneos lynchianos de la serie Como un guante de seda forjado en hierro (1989-1993). Sus ¨²ltimos personajes (Marshall y Wilson, protagonista este ¨²ltimo del libro de t¨ªtulo hom¨®nimo publicado en 2010) tienen m¨¢s rasgos de ternura y trasmiten mayor vulnerabilidad. Pecan, eso s¨ª, de ese egocentrismo explosivo e invasor propio de un Woody Allen: ¡°Wilson es exterior. Dice todo en voz alta y nadie m¨¢s tiene la oportunidad de meter baza. Marshall es lo opuesto. Todo interno. Vive completamente dentro de su cabeza. Interact¨²a con la gente de manera imaginaria en su mente y cuando en el mundo real tiene que tratar con personas no puede salir de sus pensamientos¡±.
Clowes ha introducido un eficaz ardid t¨¦cnico en los bocadillos para reflejar el torrente de pensamiento de Marshall: ¡°La idea me vino de golpe a la cabeza. Parece funcionar bien. Ya la hab¨ªa empleado antes en un par de tiras. No pretend¨ªa hacer una historia basada en esa t¨¦cnica, pero s¨ª que girara en torno a la percepci¨®n de un solo personaje¡±. Prueba superada.
Es verdad que los protagonistas han evolucionado, pero no dejan de ser eternos posadolescentes, una constante en la obra de este artista. Clowes se defiende: ¡°Las personalidades maduras no son necesariamente interesantes. Para lograr una historia interesante uno puede rodear de determinadas circunstancias a gente cabal, capaz de tratar con la vida, pero eso ser¨ªa muy del estilo Hollywood, donde los personajes son de alguna manera perfectos. Yo estoy mucho m¨¢s interesado en ver c¨®mo es la gran mayor¨ªa de la gente cuando se enfrenta a dramas m¨¢s peque?os¡±.
En Hollywood los protagonistas de las pel¨ªculas rara vez se ven importunados por la llamada imprevista de un amigo o de un pariente. Pasan horas y d¨ªas enteros sumidos en la trama sin ninguna servidumbre dom¨¦stica. Clowes lo admite y asegura que su pa¨ªs camina todav¨ªa m¨¢s en esa direcci¨®n: personas con unas ra¨ªces familiares extremadamente d¨¦biles y que se enfrentan en solitario a peripecias vitales como la p¨¦rdida de la pareja, la enfermedad, la pobreza o el paro. ¡°Yo no tuve ayuda de mi familia, pero en mis tiempos era muy barato alquilar un apartamento y era f¨¢cil encontrar un medio de vida. Ahora todo ha cambiado. No s¨¦ c¨®mo se las arreglan los chavales, pero s¨¦ que permanecen en casa de sus padres mucho m¨¢s tiempo. Mi hijo solo tiene ocho a?os, as¨ª que todav¨ªa no tengo que preocuparme¡¡±.
Ghost World from Global Action Project on Vimeo.
En Espa?a, con una cifra de paro juvenil que ronda el 50%, es la familia la que alivia la situaci¨®n. Clowes es consciente. ¡°He le¨ªdo sobre el desempleo all¨ª¡±, apunta el dibujante y expresa su a?oranza de una familia al estilo mediterr¨¢neo para arrimar el hombro en los malos momentos: ¡°En cierta manera es as¨ª como me hubiera gustado que hubiera resultado mi vida, pero mi hermano era 10 a?os mayor que yo y mis padres eran bastante distantes. As¨ª que siempre estuve bastante aislado. Por eso le¨ªa c¨®mics¡±.
Y tras leerlos, se decidi¨® a crearlos. Han pasado dos d¨¦cadas desde que un treinta?ero Clowes se forjara un mundo para combatir la soledad: ¡°Para m¨ª estos ¨²ltimos 20 a?os han sido un continuum sin fin. Me veo a m¨ª mismo sentado, dibujando todo el tiempo. Pero el principio de los noventa me parece un periodo milagroso, porque hasta entonces nadie le¨ªa este tipo de c¨®mics. Muchos de nosotros est¨¢bamos haciendo algo nuevo y diferente y ¨¦ramos totalmente ignorados. Eso cambi¨® de golpe, esa ¨¦poca nos puso en el mapa¡±.
Habla en plural porque este solitario se siente, al fin y al cabo, parte de algo mayor. Un hilo conecta a Robert Crumb y Harvey Pekar con ese combo formado por Clowes y Peter Bagge y perpetuado en Craig Thomsom y Adrian Tomine. ¡°Ellos son parte de mi peque?o mundo de artistas, hay un v¨ªnculo espiritual, pero no dir¨ªa que somos una comunidad. Estamos muy separados geogr¨¢ficamente. A algunos los veo un par de veces al a?o y hablamos por tel¨¦fono, pero estamos muy asilados¡±. Pese al mundo que ha creado, Clowes sigue haciendo lo mismo que hacen sus personajes: combatir la soledad y ofrecer consuelo y compa?¨ªa a sus lectores.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.