Henry Hill, un g¨¢ngster de pel¨ªcula
Su vida inspir¨® el personaje de Liotta en el filme de Scorsese ¡®Uno de los nuestros¡¯
De profesi¨®n g¨¢ngster, Henry Hill (Brooklin, Nueva York, 1943), le sirvi¨® como inspiraci¨®n a Scorsese para retratar el mundo de la mafia a trav¨¦s de su pel¨ªcula Uno de los nuestros (1990), protagonizada por Robert De Niro, con Ray Liotta en el papel de Hill, fallecido de una improbable muerte natural ¡ªpadec¨ªa desde hac¨ªa tiempo una enfermedad cardiovascular¡ª el martes en un hospital de Los ?ngeles (EE UU), a los 69 a?os. En una de las entrevistas que hab¨ªa concedido en sus ¨²ltimos a?os, mostr¨® su extra?eza por alcanzar edad tan provecta: ¡°Es surrealista, totalmente surrealista estar aqu¨ª todav¨ªa. Nunca pens¨¦ que pudiera llegar a alcanzar esta edad. Estoy enormemente agradecido de estar vivo¡±.
La sorpresa de Hill, qu¨¦ duda cabe, no era infundada. Tras una brillante ejecutoria en la mafia y organizar el que en su ¨¦poca fue el golpe m¨¢s lucrativo del crimen organizado, Hill, como relata el cl¨¢sico de Scorsese, se hab¨ªa reformado e iniciado una segunda carrera como sopl¨®n del FBI, que le incluy¨® en su programa de testigos protegidos hasta que recay¨® en la delincuencia... despu¨¦s de lo cual salt¨® al mundo del espect¨¢culo. Hill siempre tuvo claro que su muerte se producir¨ªa siguiendo el ritual mafioso: un balazo por la espalda tras lo cual su cad¨¢ver acabar¨ªa sirviendo de cimiento en cualquier obra o lastrando el fondo de una ci¨¦naga.
Hill proven¨ªa de una familia trabajadora, de origen irland¨¦s por la rama paterna e italiano por la materna. A los 14 a?os se uni¨® a los hermanos Vario, asociados a la que entonces se hab¨ªa convertido en una de las m¨¢s poderosas familias de la mafia neoyorquina, los Lucchese. Aunque sus ra¨ªces medio irlandesas limitaban sus aspiraciones en el escalaf¨®n mafioso ¡ªpod¨ªa ser asociado de una familia pero no miembro de pleno derecho¡ª ascendi¨® con relativa rapidez por su destreza en las artes del oficio: robo a peque?a y gran escala, incendio de los negocios de la competencia, estafas, ama?o de apuestas deportivas. En particular, fue muy valorado su silencio en las varias ocasiones en las que fue detenido.
En 1978 se present¨® su gran ocasi¨®n: su banda atrac¨® las oficinas de la Lufthansa en el aeropuerto JFK de Nueva York y se hizo con un bot¨ªn de unos 6 millones de d¨®lares (en torno a 20 millones de euros al cambio actual). Un golpe r¨¦cord que, aparte del filme de Scorsese, inspir¨® otras dos pel¨ªculas. Pero fue morir de ¨¦xito: los participantes en el golpe empezaron a matarse entre s¨ª y cuando, un a?o despu¨¦s, Hill fue detenido por tr¨¢fico de drogas, se decidi¨® a contar al FBI todo lo que sab¨ªa temiendo por su vida. Su testimonio envi¨® a 50 miembros de la familia a prisi¨®n y Hill y su familia se acogieron a un programa de protecci¨®n de testigos. Sin embargo, el curtido g¨¢ngster nunca dej¨® de sentir nostalgia por su antiguo esplendor: tras recaer en numerosas ocasiones en la delincuencia, en 1987 fue detenido en Seattle ¡ªa¨²n en el programa de protecci¨®n de testigos¡ª por tr¨¢fico de drogas. En 1989 se divorci¨® de su esposa y el FBI dej¨® de ofrecerle protecci¨®n a comienzos de los a?os noventa. En 1986, el reportero de sucesos Nicholas Pileggi escribi¨® Wiseguy, una obra inspirada en la epopeya criminal de Hill, que sirvi¨® como base al gui¨®n de la pel¨ªcula Uno de los nuestros de Martin Scorsese.
Una d¨¦cada despu¨¦s, el famoso mafioso consigui¨® rehacer en cierta medida su vida y volver a una relativa normalidad. Tuvo problemas con el alcohol y acudi¨® a un centro de desintoxicaci¨®n gracias al actor Ray Liotta, su alter ego en el filme de Scorsese. Hill lleg¨® incluso a aparecer de tertuliano radiof¨®nico o protagonizando documentales sobre la Mafia. En los ¨²ltimos meses de su vida, seg¨²n refiere su ¨²ltima pareja sentimental, se dedic¨® a solucionar asuntos personales dentro de su familia, un cometido en el que ¡°hizo muchos progresos antes de morir¡±.
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