Una pel¨ªcula de 20 segundos
"Lo mismo acaba surgiendo una pel¨ªcula sensacional, aut¨¦ntica y emocionante dentro de su econom¨ªa de estilo, que un insoportable ladrillo que presume de poes¨ªa"
Comienza Norteado, primer largometraje de ficci¨®n del mexicano Rigoberto Perezcano, con la inmigraci¨®n entre su pa¨ªs y Estados Unidos como eje central, y pronto se descubre que estamos ante uno de esos austeros ejercicios de cine de autor, tan en boga en festivales y circuitos comerciales de versi¨®n original en la ¨²ltima d¨¦cada y media, sin apenas di¨¢logos ni banda sonora, con una especial¨ªsima concepci¨®n de las elipsis: se eluden los momentos cumbre, los que casi todos los directores muestran, y en cambio hay un cierto deleite en los tiempos muertos, aquellos que la mayor¨ªa obvian. Sistem¨¢tica de la que lo mismo acaba surgiendo una pel¨ªcula sensacional, aut¨¦ntica y emocionante dentro de su econom¨ªa de estilo (La hamaca paraguaya, El custodio, La soledad¡), que un insoportable ladrillo que presume de poes¨ªa de la cotidianidad.
NORTEADO
Direcci¨®n: Rigoberto Perezcano.
Int¨¦rpretes: Harold Torres, Alicia Laguna, Sonia Couoh, Luis C¨¢rdenas.
G¨¦nero: drama. M¨¦xico, 2009.
Duraci¨®n: 95 minutos.
Sin embargo, llegado el minuto 20 de metraje, un detalle delata su artificio formal: de pronto el sonido ambiente desaparece y surge la m¨²sica, el Claro de luna de Claude Debussy, y entonces surgen las preguntas: ?por qu¨¦ aqu¨ª?, ?por qu¨¦ ahora y no antes, o despu¨¦s, o nunca? Lo cierto es que la pel¨ªcula, apagada hasta ese momento, casi se enciende. Casi. Porque hasta para eso hace falta ser original, y el Claro de luna se ha utilizado ya tanto en el cine (?hasta en Crep¨²sculo!), y sobre todo en pel¨ªculas mejores que Norteado, m¨¢s poderosas en su conjunci¨®n narrativo-musical, que la ruptura acaba perjudicando por falta de verdadero sello de estilo. Mientras, y a pesar de que las acciones son m¨ªnimas y hab¨ªa tiempo de sobra para ello, no termina de entenderse la actitud de algunos de los personajes (ojo, y son solo cuatro), caso del empresario que ayuda en el paso de la frontera al protagonista, y el ¨²nico tema que se sale de la norma en toda la historia (las mujeres abandonadas por sus maridos, que tras cruzar al supuesto para¨ªso antes que ellas, deciden olvidarlas en el barro), apenas se desarrolla despu¨¦s de un puntazo que no sirve para hacer sangre del asunto.
As¨ª que hay que esperar al broche final, al ins¨®lito m¨¦todo para el paso de la aduana, para que surja la gran imagen de la pel¨ªcula (de nuevo, con las notas de piano de Debussy): un magn¨ªfico plano de 20 segundos, poderoso en su fuerza visual y en su congoja social, culminado con una panor¨¢mica vertical que acaba en el cielo, en una especie de fundido a blanco. Veinte segundos de impacto que no redimen los 90 minutos anteriores.
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