S¨®nar homenajea al rap instrumental
The Roots, Nicolas Jaar o Diamond Version despiden la 19? edici¨®n del festival electr¨®nico barcelon¨¦s, que ha superado las expectativas
Resulta que el festival de las m¨¢quinas y los dj por excelencia ha tra¨ªdo este a?o a una banda de hip-hop como cabeza de cartel. Pero adem¨¢s, S¨®nar ha llamado a la ¨²nica del mundo que no cuenta con nadie detr¨¢s de unos platos ni construye su m¨²sica sobre beats electr¨®nicos que pudieran justificar la elecci¨®n. Pero esa es la gracia. Los grandes avances musicales de los ¨²ltimos a?os no siempre tienen que ver con la tecnolog¨ªa. Y los logros en ese campo de The Roots, la banda de rap instrumental por excelencia, est¨¢n fuera de discusi¨®n.
Por eso abrieron ayer la noche final del festival que, lo crean o no en estos tiempos que corren, ha vuelto a superar su r¨¦cord de asistencia, coloc¨¢ndose en 98.000 visitantes entre los tres d¨ªas (la edici¨®n anterior fueron 79.500).
Al p¨²blico le cost¨® llenar ese escenario a primera hora. Era temprano y el hip-hop no tira tanto en Espa?a, aunque se trate de esta joya del g¨¦nero. Una banda de alto compromiso pol¨ªtico (Questlove, su carism¨¢tico bater¨ªa, es un apoyo fiel de Barack Obama). Su ¨²ltimo ¨¢lbum (Undun) reconstruye en orden inverso el ¨²ltimo d¨ªa en la vida de un criminal de poca monta, tipo The Wire, y ha sido aclamado como una cima del g¨¦nero. Pero sobre el escenario no tocaron ni un tema de ese trabajo. Demasiado conceptual. Fue un concierto pensado para festival: grandes cl¨¢sicos (The fire, Mellow my man, You got me), homenaje a los Beastie Boys con Paul Revere y versiones casi a modo de sample org¨¢nico como Jungle Boogie.
Por la tarde, el festival se despidi¨® de su versi¨®n diurna en una tarde de experimentos. Ver¨¢n. Un japon¨¦s menudo, cubierto con la capucha de la sudadera, sube al escenario y levanta al aire un tubo fluorescente azul con fuerza. De fondo, esl¨®ganes de compa?¨ªas financieras, campa?as pol¨ªticas y engatusadoras marcas de todo tipo atraviesan una pantalla de leds. El encapuchado empieza a sacarle al tubo de cristal un sonido agudo, toc¨¢ndolo como una guitarra, con toda la furia punk del mundo y convirtiendo la electricidad en estridencia.
Detr¨¢s, las dos grandes referencias de la m¨²sica electr¨®nica alemana m¨¢s experimental, Byetone y Alva Noto (fundadores del sello Raster Noton) fulminan la paz y la armon¨ªa hedonista de estos d¨ªas con un apabullante revisi¨®n del techno m¨¢s ¨¢spero, serial y agresivo de hoy en d¨ªa. Los tres forman el proyecto Diamond Version + Atsuhiro Ito y fueron ayer, en la ¨²ltima jornada de S¨®nar, quiz¨¢ la m¨¢s selecta en su versi¨®n de tarde, una de las cumbres del d¨ªa en el festival.
Pero Byetone y Alva Noto son alemanes y no entiendes de lamentos art¨ªsticos ni laborales. Su m¨²sica remite a la dureza de una cadena de montaje enloquecida, salvaje, hackeada. A radiales, martillos y sierras construyendo sin descanso un absurdo mundo de hormig¨®n y hierro. Despu¨¦s de una etapa mucho m¨¢s experimental, y quiz¨¢ empujado por Byetone, Alva Noto se ha lanzado tambi¨¦n a la profundidad de la percusi¨®n que convierte su rigor serial en algo parecido a una m¨²sica de resistencia, de contestaci¨®n a la tomadura de pelo generalizada que nos ha conducido al colapso (tambi¨¦n en la m¨²sica). Un sonido que por alg¨²n motivo m¨¢s psicol¨®gico que f¨ªsico, te empuja a bailar sin ser m¨²sica de baile.
A Nicolas Jaar, que ayer por la tarde se plant¨® en el patio central del S¨®nar de D¨ªa con Darkside, su nuevo proyecto musical, le sucede algo parecido. Ayer volvi¨® a ense?ar lo sencillo que resulta para algunos superdotados provocar que la gente mueva el cuerpo casi salt¨¢ndose las ¨®rdenes individuales de su cerebro. Subi¨® al escenario acompa?ado de un guitarra con el que hizo lo que mejor sabe hacer: una electr¨®nica con ritmo jazz, suave, elegante, que no tira de obviedades emocionales para que la gente sienta ese placer tan primario al moverse con las frecuencias sonoras. Principio y fin, en suma, de este festival.
Babelia
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