La nueva fotograf¨ªa latinoamericana tiene pegada

Martin Parr, ese fot¨®grafo brit¨¢nico tan amante de las estridencias de nuestra sociedad como de los m¨¢s exquisitos fotolibros del pasado, es el editor del nuevo n¨²mero de C-Photo, cuarta monograf¨ªa de la colecci¨®n, dedica esta vez a la fuerte pegada de la nueva fotograf¨ªa latinoamericana. ¡°Una voz que resuena alta y clara¡±, apunta Parr sobre este grupo de autores ¡°en la flor de su carrera¡±.

As¨ª, en los porfolios de este nuevo C-Photo se descubren artistas como los mexicanos Fernando Brito, Miguel Calder¨®n, ?scar Fern¨¢ndez, la espa?ola afincada en M¨¦xico D.F., Ana Casas Broda; el paname?o Jos¨¦ Castrell¨®n; los venezolanos Alexander Ap¨®stol y Luis Molina-Pantin; la colombiana Guadalupe Ruiz; el brasile?o Julio Bittencourt; el ecuatoriano Geovanny Verdezoto; el peruano Andr¨¦s Marroqu¨ªn Winkelmann; la chilena Rosario Montero y los argentinos Alejandro Chaskielberg y Irina Werning.

Mientras Calder¨®n rescata el ¨¢lbum de fotos que hered¨® de su abuelo, arquetipo del latino playboy una especie de bigote blanco y pelo en el pecho que se retrata con decenas de mujeres, Irina Werning compone historias con personajes que descubre en viejas fotos. Abiertamente? autobiogr¨¢fica, Ana Casas muestra en sus Cuadernos de dieta los diarios de casi una d¨¦cada en la que mide, foto a foto, los cambios de su cuerpo y todo lo que va comiendo. Su desnudo milimetrado hasta la obsesi¨®n se aleja del desenfado de las playas brasile?as de Julio Bittencourt, que lejos de esa imagen perfecta que nos transmite la publicidad y la moda (¡°las que van a la playa de Ramos tiene un canon distinto de belleza: curvas que piden a gritos ser estrujadas¡±) retrata c¨®mo los habitantes de quince favelas refrescan ah¨ª sus cuerpos.

Hijos de Mart¨ªn Chambi o Jos¨¦ Medeiros son artistas en busca de su propia hoja de ruta en un continente que proclama su inmensa personalidad. En un texto introductorio, el artista y fot¨®grafo brasile?o Vik Muniz sit¨²a el punto hist¨®rico en el que para ¨¦l arranca la historia visual de Am¨¦rica Latina. Una reflexi¨®n que nos acerca a la grieta en la que se sit¨²a la iconograf¨ªa de los fot¨®grafos latinoamericanos de hoy. Escribe Muniz: ¡°Comienza en mi memoria con la fotograf¨ªa de una camisa. Un extra?o anuncio publicitario: la prenda sucia, y salpicada de sangre que vest¨ªa el emperador Maximiliano en el momento de su ejecuci¨®n, eternizada por el fot¨®grafo de la corte, Fran?ois Aubert, el 19 de junio de 1867. Aunque tomada por un artista europeo, en esta impactante imagen ha ejemplificado el esp¨ªritui iconogr¨¢fico de un vasto territorio cultural, podr¨ªa decirse que hasta nuestros d¨ªas. La imagen es una fotograf¨ªa latinoamericana fundamental, una membrana imperfecta y rasgada, una bandera, un panfleto, un grito que quiere ser emblema de divisiones culturales y econ¨®micas de su contexto pol¨ªtico, siempre embarcado en un cambio falaz¡±.