Los fotomontajes obreros toman la vieja casa del banquero
El museo de la Fundaci¨®n Juan March de Palma exhibe el esplendor del dise?o de entreguerras
En las paredes de la primera casa y oficina bancaria de Juan March, sede del museo Fundaci¨®n March en Palma, cuelgan im¨¢genes ic¨®nicas y eficaces de las pioneras composiciones art¨ªsticas con fotograf¨ªas. Son de las d¨¦cadas en las que el mecenas estren¨® el palacete e hizo crecer su imperio: Fotomontaje de entreguerras (1918-1939). Est¨¢ organizada en ¨¢mbitos: libros y revistas, agitaci¨®n pol¨ªtica y propaganda, cine, exposiciones y publicidad. Hay desde los collages dad¨¢ y rastros de la Bauhaus, ediciones de decoraci¨®n vanguardista y el dise?o de revistas hasta los popurr¨ªes cinematogr¨¢ficos. La carteler¨ªa pol¨ªtica es dominante.
Una portada de la revista Der Dada de 1919, obra del creador austriacogermano Raoul Hausmann (1867-1971), que huy¨® de los nazis y se refugi¨® en Ibiza, convive con montajes, maquetas con carga ideol¨®gica e intenci¨®n propagand¨ªstica, tambi¨¦n puramente comercial. As¨ª el cartel de la General Motors es vecino de los ol¨ªmpicos basados en fotos que recrean modelos escult¨®ricos cl¨¢sicos en pr¨¢cticas deportivas.
En el discurso simb¨®lico no faltan p¨®steres solidarios de los republicanos espa?oles y sobre la Guerra Civil. El primer comunismo sovi¨¦tico mostr¨® devoci¨®n y culto a sus santos de entonces: los bustos de Lenin y Stalin, tambi¨¦n Marx y Engels. El radical George Grosz lanz¨® im¨¢genes n¨ªtidas en enjambre y Charles Chaplin baila suelto.
La muestra de Palma, que tiene un esqueleto de un centenar de piezas, con maquetas y bocetos, estar¨¢ abierta hasta septiembre. Despu¨¦s ser¨¢ presentada en la Carleton University, en Ottawa (Canad¨¢). Manuel Font¨¢n, director de exposiciones de la Fundaci¨®n March, destaca las incursiones de las nuevas herramientas de reproducci¨®n ¡ªfotograf¨ªa e impresi¨®n mec¨¢nica¡ª que avanzaron m¨¢s all¨¢ de las fronteras hist¨®ricas del "arte puro" y penetraron en "las artes aplicadas".
El relato no es cronol¨®gico sino tem¨¢tico. Hay artistas en el anonimato industrial y otros que dejaron su firma en la historia de arte. Dominan los dise?adores. Hasta trece nacionalidades distintas est¨¢n representadas. Alemania, la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica y los Pa¨ªses Bajos muestran su fuerza y volumen creativos. De la grandilocuencia al detalle de las postales en la edad en que la fotograf¨ªa cobra fuerza aut¨®noma y los fotomontajes evocan composiciones pict¨®ricas.
Sin ser una presentaci¨®n dual, las expresiones pivotan en un eje distante y despu¨¦s enfrentado Berl¨ªn-Mosc¨², con sus periodos de eclosi¨®n de la t¨¦cnica de la composici¨®n. El par¨¦ntesis creativo abierto es el periodo de entreguerras, la primera y la segunda mundiales. La exposici¨®n es deudora, casi en su totalidad la colecci¨®n Merrill C. Berman de Estados Unidos.
Aleksandr R¨®dchenko y Gustavs Klucis catalizaron la imaginer¨ªa de la Rusia sovi¨¦tica con sus mitos. Los hermanos Sternberg usaron fotogramas del cine de los pioneros Eisenstein y Vertov. Mientras, en Alemania, Kurt Schwitters hizo eclosionar el fotocollage junto a John Heartfield o Max Burchartz, en su cr¨ªtica al r¨¦gimen de Hitler en auge, en los a?os treinta. Otros, como los holandeses C¨¦sar Domela Niewenhuis o Paul Schuitema entraron en el campo de los anuncios publicitarios y la preparaci¨®n de ediciones.
El cat¨¢logo y la muestra usan de referencia un cartel (an¨®nimo) del diario catal¨¢n L¡¯Opini¨® de 1932. Un joven vendedor vocea, al paso el ¨²ltimo n¨²mero. Se trata de foto superpuesta a la teja, la madre tipogr¨¢fica de la portada con letras y sin im¨¢genes. La cultura del plomo cas¨® con el fotograbado.
Babelia
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