Un escenario emerge de los canales
Una exposici¨®n re¨²ne por primera vez 15 proyectos del arquitecto Aldo Rossi relacionados con el teatro
Cuando los venecianos despertaron, aquella ma?ana de neblina densa, quedaron con la boca abierta. Algunos pensaron, podr¨ªa tratarse de un enga?o ¨®ptico, otros, menos optimistas, que un pedazo de la ciudad se hab¨ªa desprendido y flotaba muy a gusto en el Gran Canal, al lado de la Punta de la Aduana. Cuando la neblina comenz¨® a esfumarse, todos comprendieron que no se trataba de una ilusi¨®n visual. La ma?ana del 11 de noviembre de 1979, Venecia amanec¨ªa con un teatro flotante, El Teatro del Mundo, obra del gran arquitecto Aldo Rossi.
El Teatro del Mundo de Aldo Rossi (Mil¨¢n, 1931-1997), de lejos parec¨ªa un peque?o castillo con ventanas azules, flotando al ritmo de la marea. Rossi ide¨® una torre de madera, sobre una estructura met¨¢lica con capacidad para 250 almas. No dej¨® escapar ni un solo detalle que sintonizara con el entorno de la Seren¨ªsima: coron¨® la torre con una esfera met¨¢lica, la cual, dialogaba con la enorme esfera de oro de la Punta de la Aduana. Pensado para tener una vida breve, permanece en la memoria colectiva como una especie de performance arquitect¨®nica. Se ha convertido en un mito, en la permanencia de la arquitectura ef¨ªmera, libre y creativa de su gestor.
Con una r¨¦plica a escala de la criatura del arquitecto arranca la exposici¨®n, Rossi, teatros, en el Magazino del Sale, transformado en museo por Renzo Piano. Abierta desde el 30 de junio y hasta el 25 de noviembre, la muestra coincide con la 13? Exposici¨®n Internacional de Arquitectura que calienta motores para arrancar en un mes.
Rossi ten¨ªa la pel¨ªcula bien clara. ¡°He pensado en insertar un teatro en una ciudad vieja, en Venecia, la capital del agua, donde el paisaje no s¨®lo lo forman el cielo y el agua. Tambi¨¦n el puente de Rialto es parte del paisaje, un mercado, un teatro¡±, escribi¨® Rossi en uno de los apuntes que pueden leerse en la muestra. Por primera vez han sido reunidos 15 proyectos del prol¨ªfico arquitecto, dise?ador y escritor milan¨¦s. Hay obras desde los setenta hasta 1997, a?o en que muri¨® en un fatal accidente de tr¨¢fico. Pueden verse 120 bocetos arquitect¨®nicos, modelos y objetos de escenograf¨ªas teatrales para ¨®pera y ballet. Se exponen adem¨¢s, fotograf¨ªas, dibujos, reproducciones provenientes del Maxxi-Museo Nacional de las Artes del siglo XXI de Roma. Y para sacarle provecho al billete, tambi¨¦n es posible visitar en el mismo edificio, Lacerazione.Plurimi/Binari 77/78 del pintor veneciano Emillio Vedova.
Un delicioso documental de la Rai reconstruye el viaje del Teatro del Mundo, que el 10 de agosto zarp¨® de la Punta de la Aduana para atracar, doce d¨ªas m¨¢s tarde en Dubrovnik, Croacia y participar en el Festival Internacional de Teatro. Lo impulsaba un barco repleto de cronistas y artistas. Uno de los periodistas presentes lo record¨® as¨ª: ¡°La salida de El Teatro del Mundo dej¨® a todos con el coraz¨®n en la mano. Cuando el remolque comenz¨® a funcionar, la fuerza de la olas golpe¨® la estructura. La gente nos miraba asustada. Pensaban que no llegar¨ªamos nunca a Croacia¡±.
En la carrera del primer italiano ganador de un premio Pritzker, el teatro ocupa un lugar especial. Ha proyectado el Teatro Paganini de Parma (1964), restaurado el Teatro Carlo Felice de Genova (1983-1989) y la reconstrucci¨®n del Teatro de la Fenice. ¡°Rossi pens¨® la ciudad como un teatro, como un escenario con gran espacio para la fantas¨ªa, como un mosaico con piezas diferentes, pero en armon¨ªa con el contexto. Hoy, sin embargo los arquitectos tienen una conciencia urbana individualista. Rossi, en cambio demostr¨® que la vanguardia es posible, mediante una b¨²squeda constante del pasado y la identidad¡±, explica el comisario, Germano Celant.
Qui¨¦n mejor que Rossi podr¨ªa dar vida al Teatro del Mundo, creado para la Bienal de Arquitectura 1979-1980. Una idea arriesgada en una ciudad en la que el viento y las mareas altas pueden ser fatales, pero al mismo tiempo ligada a la historia de la Seren¨ªsima. Todo por una raz¨®n muy simple, seg¨²n Celant: ¡°La arquitectura sin el pasado no tiene sentido¡±. Y a?ade: ¡°es la fusi¨®n perfecta del Settecento veneciano, que une los n¨²cleos del arte, arquitectura, teatro y escenograf¨ªa. Recordemos que, desde Gian Lorenzo Bernini a Antonio Gherardi constru¨ªan esculturas arquitect¨®nicas: serv¨ªan para celebrar fiestas y funerales de papas y emperadores¡±. Y c¨®mo no, un teatro sobre el agua, en la ciudad del teatro ambulante.
El riesgo de construir un teatro flotante vali¨® la pena. El fruto, ¡°un edificio ef¨ªmero transformado en el escenario de la vida, que transforma la arquitectura en una acci¨®n m¨¢gica¡±, zanja Celant. Tras su llegada a Croacia, el Teatro del Mundo, posteriormente fue destruido. Queda el recuerdo y el triunfo de lo ef¨ªmero. Y las memorables palabras de Rossi, escritas la misma noche del estreno. ¡°Delante de La Salute, mientras escuchaba la m¨²sica y miraba la gente acomodarse al interno, recog¨ª un efecto que hab¨ªa previsto. Al ser un teatro que flotaba, desde las ventanas se pod¨ªa ver el tr¨¢fico de los vaporettos y de los barcos, que entraban en la imagen del teatro, constituyendo la verdadera escena, fija y m¨®vil¡±.
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