La esp¨ªa que le gusta a Obama
Claire Danes encarna a la esp¨ªa que protagoniza la serie ¡®Homeland¡¯ Conozcamos a la actriz, que tambi¨¦n ha atravesado episodios obsesivos
Los tiempos van cambiando. Mucho y r¨¢pido. No hace ni una d¨¦cada, los h¨¦roes de la pantalla eran los buenos aunque jugaran rudo. Ahora, la CIA llama a los interrogatorios entrevistas, y ya no hay ni blanco ni negro, sino diferentes gamas de gris. Son los tiempos de Lisbeth Salander, la hero¨ªna de Stieg Larsson y su Milenio; de Sarah Lund al frente del cuerpo de polic¨ªa en The Killing y de Carrie Mathison en el operativo de la CIA que protagoniza Homeland (serie estrenada en Espa?a en Fox, que repetir¨¢ en Fox Crime a partir del 2 de agosto, y que traer¨¢ la segunda temporada despu¨¦s del verano), un agente tan brillante en sus investigaciones como cl¨ªnicamente bipolar. Cambios que reflejan tiempos dif¨ªciles, donde los mejores trabajos, esos con calidad de cine, se encuentran en la televisi¨®n y donde las mujeres con talla de estrella, con ese talento y esa belleza escultural que Claire Danes posee, se esconden detr¨¢s de papeles dif¨ªciles y obsesivos en lugar de brillar con glamour y aires de diva. Esta neoyorquina de 33 a?os, alta y esbelta, de p¨®mulos marcados y ojos de mirada desconfiada, lanz¨® su carrera como ¨ªdolo de la adolescencia de los a?os noventa en ese Romeo + Julieta que reinvent¨® Baz Luhrmann para una nueva generaci¨®n, y en la serie Es mi vida (My so called life), pero le ha costado casi 20 a?os volver a encontrar un papel de su talla. ¡°Algo que realmente capturara mi imaginaci¨®n. Un personaje con el que quisiera mantener una conversaci¨®n e incluso seguir hablando con ¨¦l durante siete a?os si se da el caso¡±, comenta Danes. Un personaje como el que le ha dado el tercer Globo de Oro de su carrera y probablemente un nuevo Emmy con Homeland.
S¨ª, le ha costado casi dos d¨¦cadas y ha tenido que volver a la televisi¨®n para ello, pero Danes ha encontrado ese trabajo que durante a?os le rehu¨ªa en Hollywood, el papel que le ha convertido en la actriz preferida del presidente de Estados Unidos y en una de las 100 personas m¨¢s influyentes de este a?o seg¨²n la revista Time. Danes se transforma en Carrie Mathison, la agente de la CIA todav¨ªa torturada por lo que no vio antes del 11-S y obsesionada con evitar otro ataque de esa magnitud; tan convencida est¨¢ de que la nueva c¨¦lula de Al Qaeda en suelo estadounidense reside en el prisionero de guerra liberado tras ocho a?os de cautiverio en Irak (Damian Lewis), que raya con la paranoia. ¡°El papel no se parece a nada de lo que me mostraron nunca, en ning¨²n medio. Demasiado brillante como para pasar de ¨¦l despu¨¦s de tantos trabajos tontos, livianos o inconsecuentes como los que me han ofrecido en esta industria y para los que nunca tuve paciencia. Y aun as¨ª me lo pens¨¦ mucho¡±.
De natural es de las que se lo piensan todo mucho. Porque la calidad del medio no supon¨ªa ning¨²n problema a la hora de decidir. Al fin y al cabo, en televisi¨®n es donde cosech¨® sus mejores papeles, tanto en Es mi vida, serie con la que gan¨® el primer Globo de Oro de su carrera, como en Temple Grandin, telefilme en el que retrat¨® a una de las personas con autismo m¨¢s conocidas en EE UU y que le dio su segundo Globo y su primer Emmy. A la actriz le gusta la peque?a pantalla, y se ha declarado fan de series como The wire, Mad men y Breaking bad, ¡°ejemplos que demuestran que nuestra cultura se mantiene viva¡±. ¡°Pero plantearse algo a lo que te vas a comprometer durante siete a?os asusta¡±, matiza. ¡°Especialmente algo como Homeland. ?Acaso quiero ser torturada durante todo este tiempo? Es un trabajo agotador que me mantiene en un constante estado de alerta¡±.
El personaje de Carrie le cautiv¨®. ¡°Soy neoyorquina y crec¨ª en el Soho, a 15 manzanas de donde estaban las Torres Gemelas. Sin embargo, ese d¨ªa estaba en Sidney, en Australia, celebrando el cumplea?os de mi novio de entonces. Fue tan confuso para m¨ª estar al otro lado del mundo cuando estaba sucediendo todo eso al lado de mi casa¡ Me parti¨® el coraz¨®n¡±, admite ahora, todav¨ªa emocionada con los recuerdos del 11-S.
El papel no se parece a nada de lo que mostraron antes. Es brillante, despu¨¦s de tantos trabajos tontos Claire Danes
Danes se define a s¨ª misma como alguien ¡°muy sensible, pero tambi¨¦n muy cerebral¡±. Hija de un fot¨®grafo y una dise?adora textil, creci¨® junto a su hermano Asa en ese barrio neoyorquino que tanto ama. Sus padres siempre fueron el ancla de su vida. No tuvo una infancia sencilla. La peque?a Danes sufr¨ªa fuertes pesadillas que le hac¨ªan ver lo que no hab¨ªa; para calmar ese comportamiento obsesivo, le recomendaron que canalizara su energ¨ªa de forma art¨ªstica, as¨ª que se apunt¨® a clases de baile moderno cuando no ten¨ªa ni seis a?os. Dada la madurez de su comportamiento y la belleza de sus rasgos, los trabajos como actriz no se hicieron esperar, especialmente una vez que comenz¨® a estudiar arte dram¨¢tico a los 11 a?os. Para los 13 ya estaba trabajando en Es mi vida, y dos a?os m¨¢s tarde estaba besando a DiCaprio en Romeo + Julieta. ¡°El impacto fue tremendo. Nos pasamos m¨¢s de medio a?o en M¨¦xico con un visionario como Baz en una pel¨ªcula ¨²nica. ?l me dio el mejor consejo de mi carrera: que en esta profesi¨®n no hay que tomarse las cosas muy en serio. Siempre insist¨ªa en que ten¨ªamos que divertirnos con lo que hac¨ªamos¡±.
Quiz¨¢ siguiendo el consejo de Baz o el de Jodie Foster, con quien trabaj¨® en A casa por vacaciones y a quien adora, Danes no se tom¨® su carrera excesivamente en serio, dijo que no a Titanic porque quer¨ªa estudiar y finalmente se alej¨® de Hollywood de camino a Yale para sacarse el t¨ªtulo de Psicolog¨ªa. Atr¨¢s dejaba una filmograf¨ªa prometedora a la que sum¨® trabajos con otros directores como Francis Ford Coppola (Leg¨ªtima defensa) y Oliver Stone (U?Turn), ambos en 1997. Sin embargo, su escarceo universitario dur¨® solo un par de a?os, no alcanz¨® la graduaci¨®n y su vuelta al cine fue insustancial con trabajos menores en buenas pel¨ªculas (Las horas) o papeles grandes en otras rematadamente malas como Terminator?3. ¡°Eso s¨ª que fue echarle imaginaci¨®n. Sacarle emoci¨®n a un trozo de cinta aislante pegada en un palo. Realmente no es mi trabajo preferido¡±. Un momento de su carrera, comienzos de la d¨¦cada pasada, que coincidi¨® con su ¨²nico roce con la prensa sensacionalista para un actriz de actitud generalmente recatada. En 2003, Danes se enamor¨® de Billy Crudup cuando trabajaron juntos en Belleza prohibida, de Richard Eyre. Algunos periodistas le llamaron ¡°robamaridos¡± y la culparon de que el actor dejara a su entonces pareja, Mary-Louise Parker, justo cuando la protagonista de la serie Weeds esperaba su primer hijo.
De ni?a ten¨ªa horribles pesadillas. Le aconsejaron que canalizara su energ¨ªa de forma art¨ªstica
La actriz no quiere dirigir ni una mirada a ese cap¨ªtulo de su vida; ahora es una mujer felizmente casada con otro actor, el int¨¦rprete brit¨¢nico Hugh Dancy, a quien conoci¨® en otro rodaje, el de El atardecer, y que ahora est¨¢ en el reparto de la serie Con C may¨²scula. ¡°?Me encanta estar casada con Hugh! Es la persona perfecta, alguien en quien poder confiar, que es tu mejor amigo, con quien repasar tus escenas. Alguien que te hace sentir segura. Alguien que, tras la fascinaci¨®n de los primeros d¨ªas, ha dejado paso a algo m¨¢s profundo y, ?qu¨¦ alivio!, porque otro tipo de relaci¨®n ser¨ªa agotadora¡±.
Finalmente, Danes parece haber encontrado su lugar en Hollywood con una serie criticada por ambos lados del espectro pol¨ªtico, pero que todos siguen, con una media de 4,4 millones de espectadores en EE UU y donde nadie duda de la calidad de su protagonista para hacerte sentir la suciedad de ser un h¨¦roe en estos tiempos de cambio. La actriz aprovecha su momento. Pero no es fama lo que busca. M¨¢s bien quiere la oportunidad de alejarse de la soledad que tanto temi¨® siempre, desde aquellas horribles noches de la infancia. Y su mejor respuesta es la interpretaci¨®n. ¡°Es la verdadera raz¨®n de ser actriz. Conectar, compartir. Poder salirme con la m¨ªa haciendo cosas que nunca har¨ªa en la vida real¡±. No es un psicoan¨¢lisis ni una catarsis personal, pero tampoco pose. ¡°Es la intensidad de imaginar que te conviertes en otra persona y la capacidad de conectar con ella. Por supuesto que es mi cuerpo y mi voz, de eso no puedo escapar, claro. Y que echo mano de mis propias experiencias para ser Carrie. Pero no soy yo. S¨ª, menos mal; no soy yo¡±.
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