El fuego solidario
Entre Dudamel y la Orquesta Sinf¨®nica Bol¨ªvar sale a flote la pasi¨®n El director se mostr¨® racional, ordenado y preciso
En sus ¨²ltimas visitas a Madrid, de la mano de Juventudes Musicales, Gustavo Dudamel se ha comprometido con el sinfonismo de Mahler al frente de la Filarm¨®nica de Los ?ngeles, o con el de Richard Strauss en su actuaci¨®n con la Sinf¨®nica de Gotemburgo, si bien es verdad que con los suecos acompa?¨® los poemas sinf¨®nicos del alem¨¢n con un refrescante Haydn. Tanto con la orquesta estadounidense como con la europea, Dudamel se ha mostrado racional, ordenado, pundonoroso y preciso, haciendo gala de esa virtud inmensa por lo infrecuente que es la sencillez. Con la Sinf¨®nica Sim¨®n Bol¨ªvar de Venezuela sale a flote la pasi¨®n. Es inevitable y es de agradecer. Dudamel se encuentra en su salsa ¡ªde chiles, y muy picante como m¨ªnimo¡ª y gracias a una fascinante complicidad con los m¨²sicos consigue unas interpretaciones que son puro fuego.
El programa que Dudamel trajo a Madrid en esta ocasi¨®n era de una enorme exigencia: la Tercera sinfon¨ªa, de Beethoven, y la Sinfon¨ªa Alpina, de Richard Strauss. El mismo que ofreci¨® el pasado s¨¢bado en el Auditori de Barcelona. D¨ªas antes, en ?msterdam, se concentr¨® en la Alpina, mientras en la capital brit¨¢nica dio prioridad a la Heroica, de la que acaba de sacar al mercado un disco con la orquesta venezolana en el sello DG. La madurez que ha alcanzado la orquesta Sim¨®n Bolivar es evidente. Se han acostumbrado a tocar ante los p¨²blicos m¨¢s selectos obteniendo reconocimientos un¨¢nimes. Es una orquesta que levanta adhesiones por su fogosa manera de tocar, por su ardor juvenil, por su ilusionante disposici¨®n. Dudamel ha crecido con ellos ¡ªtiene ahora 31 a?os¡ª y ha perfeccionado su t¨¦cnica y estilo con la responsabilidad de llevar como titular un par de orquestas y con sus actuaciones peri¨®dicas al frente de las Filarm¨®nicas de Viena o Berl¨ªn y la orquesta de La Scala de Mil¨¢n. No se ha dejado llevar por el divismo, ni por las perversiones del ¨¦xito. Se mantiene fiel a muchos gestos de Abbado o a actitudes de Rattle en su manera de dirigir.
ORQUESTA SINF?NICA BOL?VAR DE VENEZUELA
Obras de Beethoven, Tercera sinfon¨ªa, y Richard Strauss, Sinfon¨ªa Alpina. Juventudes Musicales. Auditorio Nacional, 2 de julio.
Comenz¨® con contenci¨®n su lectura de la sinfon¨ªa de Beethoven. Despu¨¦s, los propios m¨²sicos le fueron arrastrando hasta terminar casi desatado el Allegro molto final. Cuando Dudamel dirige la orquesta Sim¨®n Bolivar es como una vuelta al hogar. Vuelca la experiencia adquirida pero est¨¢ entre amigos. La versi¨®n de la Sinfon¨ªa Alpina fue sencillamente espectacular. N¨²mero a n¨²mero, instrumentista por instrumentista, secci¨®n por secci¨®n. La tensi¨®n no decay¨® un solo instante durante el concierto. El dominio de Dudamel result¨® todo lo apabullante que su humildad permite. Fue una lectura torrencial, al l¨ªmite del arrebato, que pose¨ªa curiosamente un idiom¨¢tico sabor straussiano. El ¨¦xito fue apote¨®sico. En clima de delirio Dudamel record¨® la ¡°victoria¡± de la selecci¨®n espa?ola de f¨²tbol, y llegaron las propinas con gran sabor r¨ªtmico, con la orquesta bailando al completo a los sones del ya m¨ªtico ¡°mambo¡± que los p¨²blicos reclaman, en plena situaci¨®n de gran fiesta. Ante tal manifestaci¨®n de calidad art¨ªstica urge un reconocimiento de la cultura con proyecci¨®n social. El sistema venezolano de orquestas de Jos¨¦ Antonio Abreu ha triunfado y asombra al mundo. Con proyectos como este es l¨ªcito pensar que la cultura puede cambiar el mundo y hacer m¨¢s felices a sus habitantes.
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