Restos
La serie Apocalipsis, que recorre la Segunda Guerra Mundial, es uno de los mayores reclamos del canal National Geographic. De producci¨®n francesa, ha coloreado las im¨¢genes de archivo para enlazar un documento visual muy impactante. Para muchos especialistas, las condiciones econ¨®micas cr¨ªticas de buena parte de Europa contribuyeron a desencadenar el ascenso del nacionalismo y la manipulaci¨®n de los agravios hist¨®ricos hizo el resto. La pertinencia de una televisi¨®n que sirva de recordatorio y fuente de conocimiento se nos olvida aplastada por la rentabilidad m¨¢s urgente y f¨¢cil. Los espectadores que se sientan ante los episodios sint¨¦ticos y bien estructurados no solo obtendr¨¢n ese desasosiego por los tiempos no tan lejanos, sino un est¨ªmulo visual evidente.
Algo parecido sucede en los cines, donde el espacio para documentales es escaso y precario. En Espa?a la cartelera deja cada a?o agujeros negros de producciones que jam¨¢s logran sitio. Cuando ya sospech¨¢bamos que el pen¨²ltimo documental de Werner Herzog no llegar¨ªa a nuestras pantallas, se le ha abierto un hueco. La cueva de los sue?os olvidados filma las pinturas rupestres m¨¢s hermosas que se puedan apreciar. Rodada en tres dimensiones dentro de las cavidades de Chauvet nos muestra una joya inmortal. Cuando el realizador abandona la parafernalia organizativa y ciertas aportaciones acient¨ªficas, que pueden ser sugerentes pero resultan precariamente justificadas, descubrimos la obra de un artista anterior al arte. Animales retratados con un dinamismo y una sugerencia de modernidad asombrosa, aprovechando los vol¨²menes de la piedra para dotarles de la dimensi¨®n que ni siquiera nuestra alta tecnolog¨ªa de ahora puede igualar. Lo mejor del documental llega cuando se impone silencio y el recorrido por la piedra pintada hace 32 mil a?os desata la emoci¨®n.
Herzog ha encontrado una veta creativa en los documentales, con algunas aportaciones maravillosas de muy distinto argumento y sensibilidad. En este caso auspiciado por el canal Historia nos acerca la belleza fuera de nuestro alcance. Mientras los integristas destruyen de nuevo restos fundamentales ahora en Mali, la emoci¨®n ante la asombrosa habilidad creativa de un remoto Picasso se sobrepone incluso a cierta confusi¨®n en la propuesta. Apocalipsis y La cueva son dos extremados y opuestos relatos del paso del hombre por la tierra y al mismo tiempo la mejor televisi¨®n.
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