New Order y David Guetta con IVA reducido
El FIB cierra su 18? edici¨®n con una ca¨ªda de p¨²blico y la amarga queja sobre la subida de impuestos La banda de Manchester y el dj franc¨¦s triunfan sin gran esfuerzo
El FIB cumpli¨® este domingo su mayor¨ªa de edad en la ¨²ltima jornada de esta edici¨®n. Para tan importante celebraci¨®n se trajo como principales reclamos, entre otros, a lo que queda de los m¨ªticos New Order, a la gran celebrity David Guetta y a los j¨®venes y talentosos The Vaccines. Podr¨ªa parecer poco para una efem¨¦ride as¨ª. Pero, seg¨²n los datos de la organizaci¨®n, se han perdido 10.000 asistentes diarios y quiz¨¢ no est¨¦ el horno para muchos m¨¢s bollos. Visto con un poco de ilusi¨®n, y tras el paso el s¨¢bado de Stone Roses y Noel Gallagher, New Order acab¨® de ofrecer el retrato completo de la descomunal influencia que ejerci¨® la escena de Manchester en la m¨²sica de hoy. Incluso en grupos como Totally Enormous Extinct Dinosaurs, el proyecto de un hombrecito tocado con plumas apache que puso patas arriba el escenario peque?o del FIB con su fresca revisi¨®n del house.
As¨ª que Bernard Sumner y el recuerdo de New Order (con el bajista Peter Hook andan mosqueados y no le han invitado) se presentaron en el FIB para mostrar que no son el desastre de aquel intento de reuni¨®n de 2005, pero que tampoco era estrictamente necesario que se subieran a la furgoneta. Empezaron su particular viaje al pasado con temas como Crystal o Ceremony. Sonaron casi todo el concierto un poco embarullados y desganados. La voz de Sumner, apagada; insuficiente en algunos momentos como en la famosa entrada de Temptation. El grupo, echando de menos un bajo de verdad (?como el de Hook?) y algo de claridad.
Durante una hora y media, fueron recorriendo, mal que bien ¡ªincluida la inmensa Blue Monday, uno de los mayores hits de la historia¡ª el relato musical de esta banda surgida de las tr¨¢gicas cenizas de Joy Division. Con ese tema, igual que con Bizarre Love Triangle, dio igual lo en forma que estuvieran o lo que acompa?ase el sonido, que no fue para tirar cohetes. Funcionan siempre, aunque las cante una banda tributo en un bar de Malasa?a, que a veces es lo que parece que son estas reuniones de grupos disueltos. Los ingleses del p¨²blico, encantados. Normal. Quien m¨¢s quien menos ah¨ª deb¨ªa tener un primo o un hermano que vivi¨® toda aquella locura de la Ha?ienda de Manchester en la que, a toro pasado, ahora pod¨ªa participar. Son pura historia.
Les acompa?aron unas proyecciones visuales que a ratos parec¨ªan las fotos de un viaje de alguno de ellos. Y como ya hicieron en S¨®nar hace menos de un mes (en dos conciertos), no resistieron la tentaci¨®n de acudir a las canciones del malogrado Ian Curtis, que este domingo hubiera cumplido 56 a?os, y tocaron en el bis Love Will Tear Us Apart. Se la dedicaron, eso s¨ª. Pero habr¨ªa que ver la gracia que le har¨ªa o¨ªrla envejecer as¨ª. A ¨¦l, que se le par¨® el reloj a los 23.
Luego vino el h¨¦roe musical del momento: David Guetta. Es asombroso lo que ha conseguido este franc¨¦s, hombre curtido hace a?os como dj en Par¨ªs y convertido hoy en una superestrella mundial. Famoso de revista en toda regla. Los colegas que le conoc¨ªan de entonces alucinan cuando le ven anunciando coches. Como productor no sabemos el tiempo que dedica a su trabajo. Cuando act¨²a, se sube en una suerte de nave espacial y le da al bot¨®n del play. Es f¨¢cil observar que levanta mucho los brazos y a veces se sube sobre la mesa luminosa donde debe tener el reproductor y el USB. Da unos peque?os saltos. Adem¨¢s de eso, cuando se siente en total plenitud, sube y baja el volumen bruscamente y grita por el micro declaraciones como: ¡°?Este el mejor lugar en el que he estado jam¨¢s!¡±. Y tiene m¨¦rito, porque coge tres o cuatro aviones por semana. Su espect¨¢culo visual entretiene al principio. El resto es algo tan alejado a cualquier intento hist¨®rico de ordenar el sonido, que ser el artista que m¨¢s p¨²blico ha atra¨ªdo a su escenario en estos cuatro d¨ªas, lograr que todo el recinto corease las letras que de vez en cuando emerg¨ªan del centrifugado, le convierten de golpe en un absoluto genio. Est¨¢ claro que el resto de djs han estado haciendo el primo. Aunque costar¨¢ muchos a?os convencer a alguien de que la electr¨®nica no es solo chunda-chunda.
A algunos les pod¨ªa parecer imposible que alguien as¨ª actuase en el FIB, pero visto el tremendo ¨¦xito que tuvo, no queda m¨¢s que felicitar al que supo tomarle el pulso de forma tan precisa al p¨²blico de este festival y tuvo la idea de llamarle. La clavaron. En el escenario de al lado, otro dj y productor franc¨¦s, Agoria, se com¨ªa los mocos (con perd¨®n) comparado con Guetta. Todd Terje, un estupendo mezclador y productor noruego que act¨²o dos horas antes, tuvo que conformarse tambi¨¦n con cuatro gatos que vieron su magn¨ªfica sesi¨®n de house y cosmic disco. As¨ª que, entonces, ?qui¨¦n es el listo?
Al final de la tarde de un domingo con algo menos de p¨²blico (a la mayor¨ªa de espa?oles que conserva el trabajo les esperaban hoy en la oficina) aparecieron The Vaccines. Es la banda de unos chavales de Londres que alguien present¨® sabiendo muy bien lo que hac¨ªa y que se dedican al rock directo, r¨¢pido y de temas cortos (les cupieron 16 en una sola hora). Surgieron en medio de la en¨¦sima explosi¨®n de la electr¨®nica en Inglaterra y reivindicaban un sonido cercano a los Ramones, m¨¢s azucarado y el¨¢stico. Parec¨ªa que hab¨ªan llegado tarde al boom del rock de la generaci¨®n de los Strokes. Pero les ha ido muy bien quedarse rezagados y comerse el mercado solitos. En las Islas brit¨¢nicas ya son estrellas; aqu¨ª andan trabajando en ello.
Construyen canciones redondas, de melod¨ªas casi perfectas. Y a la segunda ya lanzaron la descarga de su hitazo Wreckin¡¯bar. A esa hora es cuando los miles de brit¨¢nicos que se acicalan en sus tiendas de campa?a, despu¨¦s de la resaca y la playa, bajan corriendo hasta el escenario principal como si hubiera un incendio en el camping. El grupo respondi¨® a esa explosi¨®n hormonal. Freddie Cowan, guitarra y hermano del teclista de The Horrors, ayuda a tejer un sonido compacto e infalible para poner a saltar a la gente con temas como If you wanna. ?l hace un poco el papel de segunda estrella, alejado de los caprichos del vocalista, como Albert Hammond Jr. hac¨ªa en los Strokes. Sus canciones funcionan a la perfecci¨®n en un gran escenario de un festival ya oficialmente destinado a los brit¨¢nicos.
Porque seg¨²n los datos ofrecidos por la organizaci¨®n, el 70% de asistentes procede del Reino Unido e Irlanda y otro 4% del resto del mundo. Y en total son menos. El evento se ha dejado este a?o 10.000 fibers diarios de los 50.000 de la edici¨®n anterior (el r¨¦cord). Cuando hay m¨¢s cola para pedir una cerveza en el ¨¢rea VIP que en el recinto, mala se?al. El cartel, sin duda, tiene algo que ver y la coincidencia en fechas con otro festival, el BBKlive (con Radiohead y a The Cure) algo habr¨¢ influido tambi¨¦n.
Adem¨¢s, el hachazo del IVA que le van a dar al FIB y al resto de festivales (del 8% al 21%) no augura nada bueno para exhibir carteles que compitan con sus rivales europeos. De ello se quej¨® amargamente el director irland¨¦s del certamen, Vince Powers. Dice que est¨¢ preocupado y enfadado. Y, la verdad, no parece este el mejor momento para cabrear a inversores extranjeros. Aunque no se dediquen al negocio de la ludopat¨ªa.
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