El villano regenerado
Es una de las grandes especialidades de los medios brit¨¢nicos: la criminalizaci¨®n de los famosos m¨¢s revoltosos, especialmente si tienen origen lumpen, con la opci¨®n de beatificaci¨®n posterior. Los peri¨®dicos y televisiones est¨¢n preparados para testificar que el canalla, convenientemente redimido, ha adquirido la condici¨®n de ejemplo moral. Piensen en Vinnie Jones, jugador odioso por su violencia, finalmente aceptado como int¨¦rprete de maloscinematogr¨¢ficos. O John Lydon, al¨ªas Rotten, que en los tiempos de los Sex Pistols se jugaba la vida si sal¨ªa a la calle. Reducido a cascarrabias, ahora aparece en documentales y protagoniza anuncios de mantequilla Country Life.
Durante el llamado Segundo Verano del Amor, Shaun Ryder puso cara a la ola de hedonismo generacional; aunque los Happy Mondays no tocaran precisamente acid house, se le atribuy¨® el papel de flautista de Hamel¨ªn, repartiendo pastillas de ¨¦xtasis entre la juventud brit¨¢nica. Una ofensa para Ryder: ¨¦l y sus amigos no regalaban nada; en todo caso, vend¨ªan. Drogas pero tambi¨¦n entradas para sus conciertos, pases de backstage, grabaciones piratas. Si eran tan populares como para atraer a reventas, parec¨ªan pensar, mejor nos aprovechamos nosotros mismos.
El de Shaun Ryder fue un tren que descarril¨®, repetidas veces y espectacularmente, primero con los Happy Mondays y luego con Black Grape. Protagonizaron aventuras truculentas: armas, drogas duras, violencia, sexo, accidentes, derroches. Seg¨²n la leyenda, llevaron a la bancarrota a su primera discogr¨¢fica, Factory Records, como se cont¨® en la pel¨ªcula 24 hour party people (una canci¨®n suya, por cierto). Para los medios, el resultado de la aberraci¨®n social que supon¨ªa derramar dinero sobre unos vagos de Manchester, m¨¢s delincuentes que artistas.
Vagos pero espabilados. Shaun Ryder ha publicado su autobiograf¨ªa, Twisting my melon (y ni siquiera fue el primero: su compa?ero Bez, bailar¨ªn en ambos grupos, public¨® su Freaky dancin' diez a?os antes). No vamos a escamotearle m¨¦ritos: Ryder confiesa que dej¨® de ser un analfabeto funcional cuando, cerca del estrellato, entendi¨® que sus carencias educativas le dejaban en inferioridad de condiciones.
Ryder fue lo bastante listo para deducir que era mejor aliarse con los tabloides de Murdoch que con la prensa musical. Los papeles musicales te elevan y luego te derriban: el NME grab¨® a Shaun y Bez soltando frases que pod¨ªan interpretarse como hom¨®fobas. Por el contrario, los diarios populares aceptaban el toma y daca. As¨ª, Ryder evit¨® que se publicaran unas fotos donde alguien que usaba su nombre hac¨ªa cola para el subsidio de desempleo.
Un desenlace demasiado perfecto: estos b¨¢rbaros se fundieron todos los millones que ganaron y ahora cobran como parados. Les ocurri¨® a parte del grupo, pero no a Ryder, que nunca cay¨® a la categor¨ªa de juguete roto: supo reinventarse como monstruo afable, apto para participar en realities. Es un personaje, Showbiz Shaun, que le permite vivir c¨®modamente hasta la siguiente gira de los Happy Mondays.
Twisting my melon es pura picaresca. Dado que Ryder, por sus antecedentes delictivos, ten¨ªa dificultades a la hora de conseguir visado para entrar en Estados Unidos, convocaron a la prensa estadounidense en Cuba para hacer la promoci¨®n de It's great when you're straight¡yeah, el estreno de Black Grape. Ryder no recuerda mucho m¨¢s e incluso le mortifica que hubiera podido encontrarse con Fidel Castro sin llegar a enterarse.
Tiene mejor memoria para sus aventuras por Espa?a, donde sufre quemaduras del sol y mordidas de la polic¨ªa. Resumiendo, Twisting my melon es una cr¨®nica de supervivencia y predestinaci¨®n. Hablando de su compinche Bez, ratifica que ¡°no puede tocar ning¨²n instrumento y ni siquiera escribir letras, pero ciertamente es rock 'n' roll. Bez y yo ¨¦ramos rock 'n' roll. Desde siempre. Antes de estar en una banda. Antes de tener dinero¡±. Ese es el secreto de los rockeros brit¨¢nicos: la seguridad en si mismos, la capacidad para inventarse un papel, la preponderancia de la fantas¨ªa sobre el mero aprendizaje musical.
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