Sexo contra la muerte

Las relaciones entre la literatura, el cine, la traducci¨®n y la mercadotecnia tienen sus caprichos. Empecemos, por tanto, con una aclaraci¨®n. En 2001, Philip Roth public¨® una novela corta titulada El animal moribundo y en 2006 otra titulada en ingl¨¦s Everyman, pero traducida en Espa?a como Eleg¨ªa. Dos a?os m¨¢s tarde Isabel Coixet ¡ªcon Ben Kingsley y Pen¨¦lope Cruz como protagonistas¡ª adapt¨® al cine la primera, pero la pel¨ªcula se estren¨® con el t¨ªtulo de Elegy.

Con todo, la conexi¨®n entre ambas novelas es anterior a la carambola cinematogr¨¢fica. ¡°Si alguna vez escrib¨ªa su autobiograf¨ªa, la titular¨ªa Vida y muerte de un cuerpo masculino¡± es, por ejemplo, una frase que las describe perfectamente a las dos.

As¨ª, El animal moribundo, vertida al castellano por Jordi Fibla, cuenta la historia de David Kepesh, un glamuroso profesor universitario y cr¨ªtico cultural que frisa los 80 a?os y, ¡°vulnerable a la belleza femenina¡±, utiliza la fama para seducir a sus alumnas en cuanto dejan de serlo. Una de esas alumnas es la deslumbrante Consuelo Castillo, 24 a?os, hija de exiliados cubanos ricos, la mujer ideal para caer en la red de Kepesh por su devoci¨®n hacia la cultura. ¡°Es la clase de persona¡±, dice protagonista y narrador, ¡°que encuentra arrebatadores a los impresionistas, pero que debe mirar inquisitivamente y durante largo rato (y siempre con una sensaci¨®n persistente de aturdimiento) un picasso cubista, tratando con todas sus fuerzas de entender la idea¡±. ?La raz¨®n? ¡°El arte que huele a modernidad la deja no solo perpleja sino tambi¨¦n decepcionada consigo misma¡±.

Aunque Kepesh se recrea en la descripci¨®n del cuerpo de la muchacha y en el relato de sus encuentros ¨ªntimos, Consuelo deja de ser una conquista m¨¢s para convertirse en la obsesi¨®n de un hombre celoso que se aferra al sexo como defensa contra la muerte. Como rezan los versos de Yeats de los que sale el t¨ªtulo de la novela, el brillante intelectual es un coraz¨®n enfermo de deseo ¡°atado a un animal moribundo¡±. Eros y T¨¢natos: en¨¦simo asalto.

¡°Hasta hace unos a?os hab¨ªa una manera preconcebida de ser viejo y otra de ser joven. Ya no prevalece¡±, dice melanc¨®lico alguien cuyo hijo ¡ªmarido infiel a los 42 a?os¡ª se convierte en el espejo de su propio pasado por m¨¢s que la liberaci¨®n sexual fuera un tren al que ¨¦l se subi¨® en marcha y al que los j¨®venes se suben en la estaci¨®n de salida. Viajan m¨¢s c¨®modos pero tienen, a su modo, que pasar por taquilla. Por eso no entiende que algunos consideren que avanzan sus derechos teniendo acceso legal al ej¨¦rcito y al matrimonio, justo las dos instituciones que m¨¢s odiaba ¨¦l en su juventud.

¡°El cuerpo contiene la biograf¨ªa tanto como el cerebro¡±, dice la cita de la escritora irlandesa Edna O¡¯Brien que Philip Roth coloc¨® al frente de su novela. Nacido en Newark (Nueva Jersey) en 1933, el ¨²ltimo premio Pr¨ªncipe de Asturias de las Letras ha construido una obra narrativa que ¡ªde El lamento de Portnoy a Me cas¨¦ con un comunista, pasando por La mancha humana¡ª es a la vez la biograf¨ªa coral de su generaci¨®n y de su pa¨ªs. No sabemos si los pueblos tienen alma, lo seguro es que tienen sexo. Palabra de Roth.