Larga y sosa

Vaya de entrada el agradecimiento a la organizaci¨®n por obligar al maestro a abreviar su cosa. La ceremonia inaugural de los Juegos de Londres, dirigida por Danny Boyle, result¨® mejor antes que durante. La obsesi¨®n por guardar el secreto jug¨® contra el espect¨¢culo, que no cumpli¨® las expectativas. La ceremonia, como largometraje, result¨® previsible; como videoclip promocional, largo; como espect¨¢culo, soso; quiz¨¢s, como pieza teatral, resultona, pero la audiencia no era la adecuada y menos para los chispazos humor¨ªsticos. Boyle se equivoc¨® de pantalla y de audiencia.

El humor ingl¨¦s funciona en distancias cortas, pero resulta fr¨ªo para un p¨²blico preparado para ver lo nunca visto. Echar mano de Mr. Bean, a estas alturas, es cuando menos un recurso pobre. Y fue de lo mejorcito, pues ya pretender hacernos creer que la reina Isabel es un personaje enrollado, resulta Mision Imposible. Dale tres segundos de pantalla a la reina Vinagre y le arruina la fiesta a Chiquito de la Calzada. Por dios, brit¨¢nicos ?no le pod¨¦is arrancar un amago de sonrisa ni en d¨ªa tan se?alado? Ahora entiendo que levantara pasiones Lady Di. Lo tengo que decir: ?Viva la Reina Sof¨ªa, dando saltos de alegr¨ªa! Pero si la reina Isabel fracas¨® como extra, lo que Boyle ten¨ªa que controlar tampoco fue m¨¢s all¨¢ de la correci¨®n. Su narraci¨®n de la historia brit¨¢nica del campo a la industria estaba impecablemente realizada, pinchando la c¨¢mara adecuada en cada instante, lo que a¨²n dej¨® m¨¢s a la vista unos planos reiterativos e insustanciales. Ver una y otra vez a los se?ores de la chistera realizar aspavientos o los toques cursis de ni?os con banderitas brit¨¢nicas, no nos levantaron de los asientos. Y Pek¨ªn, s¨ª.

Magia no hubo. Fue un ejercicio de topicazos, mezclando lo mejor de la cultura brit¨¢nica con alg¨²n capricho personal del director Boyle, como la adormidera musical Tubular bells. Entre tanto deja vu la aparici¨®n de Tim Berners Lee, el creador de la World Wide Web, fue lo m¨¢s inesperado de la noche. La ceremonia inaugural mostr¨® lo mejor del imperio brit¨¢nico, pero en el campo de la cinematograf¨ªa ?no ten¨ªan para esta fiesta algo mejor que Boyle?