Marilyn, la musa pop

Marilyn Monroe enamor¨® a todo objetivo con el que se cruz¨® en su camino. El cine y la fotograf¨ªa adoraban a la angelical rubia, pero no fueron los ¨²nicos medios art¨ªsticos que se valieron, se valen y, muy probablemente se valdr¨¢n de su imagen como fuente de fascinaci¨®n est¨¦tica? y motivo de introspecci¨®n cultural y social.

Desde los ic¨®nicos grabados que Andy Warhol realiz¨® en los a?os sesenta hasta las sat¨ªricas obras contempor¨¢neas de Ron English, las recreaciones que se han realizado con la imagen de la actriz como inspiraci¨®n en las artes pl¨¢sticas son innumerables. Y muchas plantean la cuesti¨®n? y ponen de relevancia el mayor papel que Marilyn jam¨¢s represent¨®: el de icono pop en la era del consumismo y la mitificaci¨®n de los rostros p¨²blicos.

La propia diva, adem¨¢s de musa del arte fue ella misma artista. En 1962 pint¨® un cuadro para el presidente estadounidense John Fitzgerald Kennedy que, a pesar de que nunca lleg¨® a manos de su destinatario, se vendi¨® en subasta en 2005 por casi 55.000 euros. Un deslumbramiento casi patol¨®gico reviste la esencia de la personalidad y la materialidad de una int¨¦rprete cuya influencia pervive mucho m¨¢s all¨¢ del cine. Y del propio arte.