Tiembla, Argentina, tiembla
F¨ªjate, Leandro, qu¨¦ papel¨®n, se lamentaba Mariano, que esto se lo hubieran hecho a Zapatero bien est¨¢, pero a m¨ª¡
Aquel fue un d¨ªa espantoso, terrible, Leandro. ?Porque le puedo llamar Leandro, verdad?
Malo, me dije, que cada vez que un presidente me pregunta si me puede llamar por mi nombre me espera la del pulpo: fachoso y con ramificaciones.
¡ªNo faltaba m¨¢s, presidente. Es un honor. Y tut¨¦eme, por favor, que solo soy un fantasma.
¡ªPues venga, entonces de t¨². Y deja que abra la ventana, que me voy a pulir este habano, que llevo un rato dudando si me lo trinco¡ Pues mira, soportaba yo un d¨ªa de esos de aqu¨ª te espero con lo de la prima y la bolsa, que me ten¨ªan frito Guindos y Montoro¡
¡ªSoy Luis, presidente, que esto debe ser cosa de inversores volcados en short selling, pero no te preocupes, que ahora mismo me pongo en contacto con Bruselas y Berl¨ªn.
¡ªSoy Crist¨®bal, presidente. Que la prima est¨¢ donde est¨¢ peor si acaso sube lo mismo nos encontramos con que entonces ya no est¨¢ donde estaba cuando te he llamado antes, porque nunca se sabe si es que se queda igual
¡ªY en ¨¦stas, f¨ªjate, Leandro, que se abre la puerta del despacho y casi me muero del susto, que me qued¨¦ p¨¢lido y con taquicardia¡
¡ª???Le he dicho mil veces que cuando entre aqu¨ª lo haga de espaldas y avisando a gritos de que es usted!!! No es tan dif¨ªcil. Repita: ???Soy Soria, soy Soria!!!
¡ªY es que, oye, cada vez que veo al ministro de Industria, que no s¨¦ ni por qu¨¦ le nombr¨¦, es que se me aparece el otro, as¨ª como redivivo, con esa alegr¨ªa natural¡Y es que Soria es clavadito a Aznar, oye. Un susto. Que se quit¨® el bigote porque se lo dije un d¨ªa en G¨¦nova: o te afeitas o te vuelves para Canarias, que vas a acabar conmigo. Todos los d¨ªas un sofoco.
¡ªVenga, Soria, desembucha, le dije, que no tengo hoy el mejor d¨ªa...
¡ªPues, o sea, bueno, no s¨¦ c¨®mo dec¨ªrtelo, es que ver¨¢s¡ Hay compa?¨ªas petrol¨ªferas y otras que no lo son. Y luego est¨¢ Argentina, que es un pa¨ªs de Hispanoam¨¦rica, donde el tango, te acuerdas, caminito que entonces estabas...,
¡ª???Soria!!!
¡ªEs que sigue muy bonito, bordeado de tr¨¦bol y juncos en flor...
¡ª???Soria!!!
¡ªPues¡quelaKirchnerexpropiaypfrepsol.
Que lo dijo as¨ª, de corrido, porque si no, no lo dice.
F¨ªjate, Leandro, qu¨¦ papel¨®n, se lamentaba Mariano, que esto se lo hubieran hecho a Zapatero bien est¨¢, pero a m¨ª¡ As¨ª que le sacud¨ª al ministro, que es lo que tiene que hacer un presidente.
¡ªPero t¨² me dijiste que estaba todo solucionado. ?En qu¨¦ estabas pensando? ?C¨®mo ha podido pasar esto?, le dije, para que viera que con el presidente no se juega. Es m¨¢s, Soria, que sepas que estoy molesto. Con este remate le hund¨ª. ?Que venga Margallo!
Con el de Exteriores es otra cosa, me dijo. Siempre tiene un dicho y una soluci¨®n. No es que resuelva nada, pero da el pego. Vamos, como yo.
¡ªEsto lo arreglamos en un momento, presidente, tranquilo, que ahora mismo hablo yo con todos los presidentes latinoamericanos, con Obama, con Sarkozy, con Merkel, con¡
¡ªMargallo, por favor, t¨² a los ministros. Los presidentes son cosa m¨ªa. Si no te importa.
Que es que oye, Leandro, a ¨¦ste hay que pararle los pies que en cuanto me descuido me da la cartera para que se la lleve.
¡ªPresidente, soy Luis, que la prima¡
¡ª???Olv¨ªdate de la prima, que nos han expropiado YPF!!!
¡ªEso es del departamento de Soria, ?verdad? Bueno, yo sigo con lo de la prima, of course¡
¡ªPresidente, que soy Crist¨®bal. Que si la prima sube o se queda igual resulta que entonces no baja, porque ver¨¢s¡
¡ª???Repsol!!
¡ªYa bueno, s¨ª, pero eso es de Soria, ?no? Que es yo tengo aqu¨ª a un consejero de La Rioja que¡
¡ªA ver presidente, que soy Soraya y acabo de aprenderme la ley de hidrocarburos de Argentina. Mira, art¨ªculo 326¡
¡ªBuenas tardes, Mariano, que soy C¨¦sar, el presidente de Telef¨®nica y mira, bueno, no quiero meterme en tus cosas, pero a lo mejor no conviene ponerse muy chulo, que es que nosotros all¨ª, pues ya sabes¡
¡ªHola, Mariano, que soy Paco, el presidente del BBVA, y mira, bueno, no quiero meterme en tus cosas, pero a lo mejor no conviene ponerse muy chulo, que es que nosotros all¨ª, pues ya sabes¡
¡ªBuenas tardes, Mariano, que soy Emilio, Bot¨ªn, s¨ª, y que¡
¡ªPresidente, aqu¨ª Federico Trillo en posici¨®n de combate. Que aunque perfectamente ubicado en Londres y siempre defendiendo a Espa?a, como es mi deber, quiero manifestarle que me tiene a sus ¨®rdenes, comandante en jefe, que ya sabe que si hay que desembarcar en Ushuaia, sin despreciar hacerlo por el cerro Zapaleri, aqu¨ª me tiene usted a su disposici¨®n, que le recuerdo c¨®mo acabamos con Perejil, que el Glorioso Ej¨¦rcito espa?ol, aquel hist¨®rico amanecer¡
¡ªYa, Federico, ya, si hace falta te llamo, pero por ahora estamos evaluando la cosa¡
¡ªFirme, presidente, firme, que los rojos no nos atemoricen, y menos si son de pa¨ªses de aquel continente al que llevamos la espada y la cruz. ???Viva Honduras!!!
¡ªPresidente, que soy Moren¨¦s. Solo para decirte que ya sabes que Espa?a siempre es partidaria de negociar. Sobre todo porque nuestros aviones no vuelan, no tenemos combustible, los barcos se nos hunden porque no los arreglamos y estamos sin balas porque no pagamos a los proveedores. Por lo dem¨¢s, siempre a sus ¨®rdenes, presidente, que las Fuerzas Armadas espa?olas siempre cumplir¨¢n con su obligaci¨®n. O sea, que obligu¨¦mosles m¨¢s bien poco para que no incumplan su juramento¡
¡ª?Te das cuenta, Leandro, de c¨®mo es esta vida de arrastrada? Es que pienso en Santa Pola, las playitas, la hamaca, el transistor, 30.000 habitantes, una temperatura media al a?o de 18 grados y es que se me saltan las l¨¢grimas¡
Hablaba Mariano y mientras le escuchaba, que ¨¦l segu¨ªa con Santa Pola -sin desmerecer a Sanxenxo, faltar¨ªa m¨¢s, las navajas, las n¨¦coras, dec¨ªa- no pude evitar que la memoria se me fuera a julio de 2002, aquel 17 de julio en el que Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, con voz de coronel de marines, y sin advertir mi presencia, se puso solemne -vamos, que se qued¨® como estaba- y le habl¨® de usted a Federico Trillo, que la historia nos escucha: "Ministro de Defensa, dijo, ordene a los responsables militares que la operaci¨®n se lleve a cabo, y d¨ªgales que tienen toda la confianza y el respaldo del Gobierno; que Dios les acompa?e y que vuelven con el triunfo"¡
¡ª¡Que ya quisiera yo tener que enfrentarme a la broma aquella del Perejil, -estaba diciendo Mariano- con seis marroqu¨ªes en aquel pedrusco, un pastor y unas cuantas cabras, y nosotros con barcos, aviones y todos los hierros, como si fu¨¦ramos a desembarcar en Normand¨ªa. Algo de risa ya daba, ya¡
¡ªPresidente, soy Wert. Oye, que me s¨¦ uno buen¨ªsimo de un argentino que va a pasar la aduana y le preguntan ?sexo?...
¡ªCalla, Jos¨¦ Ignacio, calla, que no es momento para chistes¡
¡ªPresidente, me dicen que si quieres salir y decir algo, que ya est¨¢n las c¨¢maras de televisi¨®n¡
¡ªQuita, quita, que salgan Margallo y Soria, que se les da muy bien¡ ?Que qu¨¦ dicen? Pues ellos sabr¨¢n, que para eso son ministros, que no voy a tener que decirles todo. Pero vamos, lo de siempre, que es inaceptable, que tomaremos medidas¡ No, no, medidas concretas, no¡ ?Pero acaso cre¨¦is que me he vuelto loco? ?Alguna vez he anunciado medidas concretas? Pues entonces
Ma?ana, siguiente cap¨ªtulo: Los ectoplasmas y yo.
Babelia
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