Te vas porque yo quiero que te vayas
Pedro y Carmen se relacionan a trav¨¦s del despecho, que es la forma llevadera de la nostalgia
A veces las relaciones imposibles son m¨¢s necesarias que las posibles. Si Kafka no se hubiera llevado tan mal consigo mismo, tampoco habr¨ªa escrito La metamorfosis. Tiene que estar uno muy jodido para que le venga esa historia a la cabeza, y no ya para que le venga, sino para decir voy a desarrollarla, a ver c¨®mo acaba este pobre tipo que se despierta un d¨ªa convertido en un horrible insecto y que a lo mejor soy yo.
A alguien en paz consigo mismo y con el mundo, y que conoce lo que le conviene, no se le ocurre ni de co?a lo de Gregorio Samsa. Y si por casualidad se le ocurre, se lo atribuye a otro, ese otro conocido hist¨®ricamente como chivo expiatorio y del que hay uno en cada familia y en cada oficina del Estado y, si me apuran, hasta en cada pa¨ªs. En algunos sitios te quitan esas historias de la cabeza a base de terapias electroconvulsivas, o sea, de electroshocks. Si en tiempos de Dostoievski, que ten¨ªa muchas diferencias tambi¨¦n consigo mismo, hubiera existido el electroshock, nos habr¨ªamos quedado sin Crimen y castigo.
A ver si vamos explic¨¢ndonos. No siempre las dificultades jodidas, aunque estimulantes, est¨¢n dentro, claro, a veces est¨¢n fuera. La dificultad de Quevedo, por ejemplo, se llamaba G¨®ngora y, la de G¨®ngora, Quevedo. La de Freud, Jung, y viceversa; la de Larra, Dolores Armijo.
Sin conflicto no hay creaci¨®n art¨ªstica ni progreso cient¨ªfico ni hostias. Lo dec¨ªa magistralmente Clar¨ªn en la primera l¨ªnea de La Regenta: ¡°La heroica ciudad dorm¨ªa la siesta¡±. Una ciudad heroica no duerme la siesta, por favor, y si la duerme es porque le pasa algo. De esa incompatibilidad entre la siesta y la heroicidad naci¨® una obra maestra, tomen nota.
Pedro y Carmen no se llevan. Seguramente no se llevaban ni cuando se llevaban, pero todav¨ªa no se hab¨ªan dado cuenta. Se trata de una relaci¨®n a todas luces imposible y, sin embargo, necesaria.
Se relacionan a trav¨¦s del despecho, que es la forma llevadera de la nostalgia al modo en que la belleza, seg¨²n Rilke, es ese grado de lo terrible que soportamos
Ahora que la muerte, c¨®mplice forzosa de la vida, nos ha deschavelado de un plumazo, conviene recordar que de las relaciones imposibles naci¨® asimismo el bolero, un g¨¦nero literario y musical tan importante en nuestras vidas como en el cine del director manchego. Un g¨¦nero que, sutil llegaste a m¨ª, ha alumbrado versos inolvidables, versos, ya me canso de llorar y no amanece, desgarradores, versos tristes, que seas feliz, feliz, feliz, versos lastimeros, di que vienes de all¨¢, de un mundo extra?o, versos no pudo ser despu¨¦s de haberte amado tanto, versos con los que Maura y Almod¨®var podr¨ªan contar la historia de una movida alucinante alrededor de s¨ª mismos y de sus circunstancias.
Pedro y Carmen se relacionan a trav¨¦s del despecho, que es la forma llevadera de la nostalgia al modo en que la belleza, seg¨²n Rilke, es ese grado de lo terrible que todav¨ªa soportamos.
¡ªSi me llama ¡ªpiensa ella¡ª, le pongo un precio y voy porque yo soy una profesional.
¡ªSi la necesito ¡ªpiensa ¨¦l¡ª le digo a Agust¨ªn que la contrate y punto.
Tras firmar el contrato, dan una rueda de prensa pol¨ªticamente correcta, llena de t¨®picos pactados, luego hacen entre los dos, casi sin dirigirse la palabra, una obra maestra tipo Volver y cada uno se va por donde ha venido tarareando cuando t¨² te hayas ido me envolver¨¢n las sombras. No es falta de ternura, se quieren con el alma.
?D¨®nde naci¨® esta incompatibilidad de caracteres? Lo m¨¢s probable es que sea gen¨¦tica. No vamos a negar la existencia de un momento concreto en el que saltara la chispa, lo hubo, sin duda, pero carece de inter¨¦s porque la incompatibilidad ven¨ªa de antes. Quiz¨¢ hubo un desaire, consciente o no, de ¨¦l, para ponerla en su sitio (hay varias leyendas al respecto). Para ponerla en su sitio significa para decirle qui¨¦n manda aqu¨ª porque t¨² al fin y al cabo no eres m¨¢s que una actriz. Los actores, para Almod¨®var, son un mal necesario. No se puede hacer una pel¨ªcula sin ellos como no se puede hacer una tortilla sin huevos. Pero la distancia existente entre lo que ¨¦l tiene en la cabeza cuando grita ¡°acci¨®n¡± y lo que ellos son capaces de darle al ponerse en movimiento es de tal naturaleza que tampoco hay que extra?arse de que los odie. Carmen Maura es la ¨²nica que se acerca a lo que ¨¦l quiere, incluso que lo supera. Pero eso es insoportable tambi¨¦n, ni una cosa ni la otra. Una t¨ªa que se lee el guion de Volver, que dice ¡°vale¡±, que se pone ante la c¨¢mara y lo borda a la primera... Hija de puta.
No vamos a decir que Maura tenga de los directores la misma opini¨®n que Almod¨®var de los actores. Quiz¨¢ no los considere un mal necesario, pero tampoco lleva bien el teatro que le echan. Vale que est¨¦n atormentados, que no sean felices, que tengan sus migra?as y sus moscas oft¨¢lmicas y sus ardores de est¨®mago, pero que se corten un poco, por favor, que yo tambi¨¦n he sufrido mucho. Esto le viene de que procede de una familia burguesa, de clase media tirando hacia arriba, donde la exposici¨®n de los sentimientos en general (se trata de una hip¨®tesis) no estaba muy bien vista. Por eso los sentimientos le salen casi siempre en clave de comedia, como si se descojonara de ellos. De ah¨ª le viene toda la carga transgresora que Pedro ha aprovechado hasta el paroxismo, signifique lo que signifique paroxismo.
¡ªQuiero un fantasma de carne y hueso ¡ªle dice ¨¦l.
Y ella le compone una fantasma de carne y hueso que te pone los pelos de punta precisamente por eso, porque es de carne y hueso, lo que resulta tan contradictorio como que la heroica ciudad duerma la siesta. Pero es que cuando m¨¢s de carne y hueso es el fantasma, m¨¢s fantasma, parad¨®jicamente, resulta. La genialidad de la Maura llega al punto de que cuando a lo largo de la pel¨ªcula nos enteramos de que no es un fantasma, sino su imitaci¨®n, es cuando deviene en un espectro de verdad, de los que dan risa y miedo al mismo tiempo porque no sabe uno a qu¨¦ carta quedarse.
Todo esto complica mucho la relaci¨®n en ambas direcciones. Almod¨®var, por explicarnos, es un transgresor burgu¨¦s mientras que Maura es una burguesa transgresora. La heroica ciudad, por volver a Clar¨ªn, dorm¨ªa la siesta. Hay ah¨ª un conflicto de personalidades t¨ªpico de quienes necesit¨¢ndose a muerte dar¨ªan la vida por desnecesitarse.
El problema no es lo que se necesiten ellos, que a nosotros nos la trae floja, el problema es lo que los necesitamos nosotros. Pero nos tienen a pan y agua porque se creen que la vida es un bolero y que te vas porque yo quiero que te vayas. Pobres.
Pr¨®xima entrega, el s¨¢bado: Vicente del Bosque-Florentino P¨¦rez.
Otras relaciones imposibles
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