Guindos, ¡®Star Trek¡¯ y los trileros
Al ministro se le iba quedando cara de tripulante de la nave espacial. Se le iba configurando una mueca extra?a, entre Kirk, Sulu y Spock
El Palacio viv¨ªa uno de esos d¨ªas de alboroto, batahola, fandango y algarab¨ªa, que a m¨ª a veces me daba por recordar aquellas cosas tan sonoras que dec¨ªa don Antonio C¨¢novas cuando yo vagaba por el Congreso. ?Turbulencia, barbulla?
¡ªA ver, Guindos, cu¨¦ntamelo con detalle.
¡ªNada, presidente, nada, t¨² ni molestarte, sigue a lo tuyo, que sortear este agitado rafting es cosa m¨ªa¡
¡ª?Y qu¨¦ crees que es lo m¨ªo si no lo tuyo?, le contest¨® Mariano, que hoy ten¨ªa un mal d¨ªa, que la prima de riesgo iba en globo, la bolsa en batiscafo y, sobre todo, la cosa del Tour iba como iba¡
¡ªS¨ª, pero es que lo de hoy no tiene importancia¡
Llevaban d¨ªas con aquello de si nos rescataban o no nos rescataban, que si de esta manera o si de aquella otra, que si tal y que si cual, y se hab¨ªan organizado aut¨¦nticas oleadas de inspectores europeos para comprobar nuestras cuentas. A m¨ª me ten¨ªa frito.
¡ªEstamos con un estr¨¦s tremendo, Leandro. Le llaman el estr¨¦s del banquero, me hab¨ªa dicho.
¡ªDi mejor el estr¨¦s del cliente de banco y del contribuyente, presidente. Que los banqueros no s¨¦ por qu¨¦ se agobian, si a ellos nunca les pasa nada. Indemnizaci¨®n, plan de pensiones y a correr.
¡ªA ver si te vas a hacer un rojo, Leandro, contest¨®, que un d¨ªa de estos te veo leyendo a Krugman¡
Ya en el despacho, el presidente le estaba echando la bronca al ministro de Econom¨ªa.
¡ª?Y no pod¨ªais haber elegido otro sitio para veros que La Moncloa?, le dijo a Guindos, que cada vez se le iba poniendo una cara m¨¢s extra?a, que de tanto fruncir el entrecejo ya era como si se le superpusieran las cejas, que hac¨ªa un efecto muy raro.
¡ª?Endeavour, Star Trek!, dijo uno de los inspectores europeos un d¨ªa cuando vio al ministro de Econom¨ªa. Y s¨ª era eso, se le iba quedando cara de tripulante de la nave espacial, aunque sin parecerse a ninguno se le iba configurando una mueca extra?a, entre Kirk, Sulu y Spock.
¡ªVenga, Luis, desembucha, qu¨¦ tenemos hoy¡
¡ªHoy quieren ver a los banqueros¡
¡ª???Quita, quita, ni se te ocurra!!!
¡ªSi ya s¨¦ qu¨¦ decirles, ya. F¨ªjate si no se han enterado de nada que tambi¨¦n quer¨ªan entrevistar a Mafo¡
¡ª???Calla, calla!!!...
¡ª¡Y a Rodrigo¡
¡ª???Que me va a dar algo!!!
¡ªTranquilo, presidente, que ya les he dicho que empezaremos por otros sectores productivos, que este sudden stop viene desde muy abajo y que primero hay que averiguar d¨®nde se produjo el big-bang de la crisis y¡
¡ªVale, vale, te dejo, que hoy hay etapa de monta?a¡
Le dej¨¦ al presidente que subiera a sus aposentos, y prefer¨ª quedarme con el ministro, que se le achinaban los ojos y le sal¨ªa una sonrisilla de oreja a oreja cuando miraba el despacho del presidente y, aprovechando la salida, se sentaba en la silla de Mariano¡
¡ªYa est¨¢n aqu¨ª las visitas¡
Sali¨® Guindos para atender a los extranjeros, que eran un polaco, un belga, dos danesas, una holandesa, un austriaco y un alem¨¢n. Clavadito a Bruno Gantz en El hundimiento, por cierto.
¡ªGood morning, salud¨® afable el ministro¡ Perd¨®n, perd¨®n, Guten Morgen¡ Es la costumbre¡
¡ªQue no se repita, dijo el alem¨¢n. Por cierto, nos han dicho que hay otro ministro de asuntos econ¨®micos, de Hacienda, creo¡
¡ªNi preocuparse, herr Schweinsteiger¡
¡ªNo, no, yo soy Metersacker, el reserva, que no ha podido venir el titular¡
¡ª Ohne Probleme. Pens¨¦ que vendr¨ªa Juncker, que es un buen amigo¡
¡ªHa dicho una cosa muy rara que no le he entendido, algo as¨ª como otro d¨ªa con los trileros, no, que no he encontrado la palabra¡
¡ªUna broma privada sin importancia¡ Pues bien, le dec¨ªa que no se preocupe, que el otro ministro que usted menciona se ocupa de los temas menores, que si las autonom¨ªas, los pueblecitos¡ la cosa mundial es m¨ªa, Internationale Politik, yo, Guindos.
¡ª?Usted se llama Windows?, pregunt¨® el ucraniano, que esa era la ¨²ltima ocasi¨®n en la que iba a hablar¡
¡ªGuindos, Guindos¡ Y pasen por aqu¨ª, pasen, que les tengo yo preparados unos grandes representantes de important¨ªsimos sectores de la econom¨ªa espa?ola para que ustedes mismos, sin interferencias de nadie, se hagan una idea de nuestra solidez, que si bien es cierto que debemos tener en cuenta los multiniveles productivos¡
¡ªA lo nuestro, a lo nuestro, dijo el alem¨¢n¡
¡ª Por cierto, herr Metersacker, ?sabe que me recuerda¡?
¡ªComo alguien me diga que me parezco a Bruno Gantz en El hundimiento le hago un informe que le saco del euro para varios siglos¡
¡ªNo, no, qu¨¦ va, qu¨¦ va, en absoluto¡ Pues nada, nada, a lo nuestro, a lo nuestro¡
¡ªJa.
¡ªMiren, aqu¨ª les presento a los representantes de esos sectores que les indicaba: el Secretario general de la asociaci¨®n de Arropieros, que ha venido con su famoso blus¨®n, muchas gracias don Sinforoso, el del Confederal de los Afiladores de herramientas de jard¨ªn, que el de cuchiller¨ªa dom¨¦stica est¨¢ a punto de llegar, y la secretaria general de la asociaci¨®n de traductoras de plattd¨¹¨¹tch.¡
¡ªSe?or Guindos, asom¨® la cabeza la secretaria, que es muy urgente, que llama el secretario del secretario del secretario del ayudante de un delegado de Sheldon Adelson, para preguntar si tambi¨¦n les podr¨ªamos regalar la Terminal 4 para su avi¨®n privado, que necesita espacio¡
¡ªAhora, no, ahora, no, que estoy con unos se?ores¡
¡ªPues me ha dicho que son 26.000 millones de euros¡
¡ª?Y los banqueros?, dec¨ªa herr Metersacker.
¡ªLuego, m¨¢s adelante, todo por orden, que yo s¨¦ que a ustedes les gustan las cosas ordenadas¡ Para el pr¨®ximo d¨ªa les tengo preparados a los billaristas de fantas¨ªa, a los castradores de cerdos y a las bolilleras de Camari?as¡
Justo en ese momento lleg¨® desde el jard¨ªn un estruendo enorme. Me asom¨¦ a la ventana, que hab¨ªa un buen l¨ªo.
¡ªAqu¨ª no se puede acampar, le estaba diciendo uno de los miembros de la Seguridad de Palacio a un grupo de j¨®venes que llevaban casi tantas pancartas como rastas, mientras unos aporreaban unos tambores de tama?o king-size, y otros hac¨ªan chocar grandes cacerolas.
¡ªA ver, queremos hablar con alguien, que nosotros somos del 15-M, que hemos revolucionado la democracia y a ver si ahora se van a atrever a echar a un grupo de pac¨ªficos indignados¡
¡ªT¨² quieto, Rafa, y vete a preguntar, le estaba diciendo un agente a otro, no nos vayamos a meter en un l¨ªo pol¨ªtico, que ¨¦stas son cosas muy delicadas¡
Me fij¨¦ bien en el indignado y le reconoc¨ª: era Jafar, el iran¨ª, que al parecer no hab¨ªa muerto en la explosi¨®n y volv¨ªa para saber c¨®mo pod¨ªan entrar en el b¨²nker.
¡ªA ver, hagan el favor de no amontonarse, dijo ya de vuelta el llamado Rafa, que viene el brigada.
¡ªEsto me lo van ustedes a limpiar en un minuto, a la orden de ya, que a ver si se creen que a¨²n estamos con el cachondeo de los sociatas, que si indignados por aqu¨ª, indignados por all¨¢¡
¡ªTenemos nuestros derechos, grit¨® otro de los indignados mientras vi c¨®mo Jafar aprovechaba el momento de bronca para llegarse hasta la puerta del b¨²nker. Pobre, me dio una pena verle all¨ª paralizado, frente a la cola para sacar las entradas, que c¨®mo iban a saber ellos, todo el d¨ªa venga a rezar y a enriquecer uranio, de las novedades respecto al b¨²nker¡ ?Tanto sacrificio, deb¨ªa decirse, pensando en el pobre Majid!¡
¡ As¨ª que mientras los falsos indignados recog¨ªan sus tiendas de campa?a y las pancartas, entre el estr¨¦pito de una afinada batucada en la que no faltaban el ch¨¦quere y el yembe¡.
¡herr Metersacker les estaba diciendo a sus acompa?antes¡
¡ªV¨¢monos corriendo, que he mirado en Google y ya s¨¦ lo que son los trileros¡ ?Cu¨¢nta raz¨®n ten¨ªa Juncker¡!
¡ªAdi¨®s mister Windows, dijo el ucraniano¡
¡ªEsperen, esperen, dec¨ªa Guindos, si ahora mismo vamos a hablar de ese de los PIGS¡
¡ªEl pig lo ser¨¢ tu padre, o¨ª que le dec¨ªa al ministro la traductora de plattd¨¹¨¹tch, que era pol¨ªglota, antes de dejar el Palacio.
Ma?ana, siguiente cap¨ªtulo: Un, dos, tres, responda otra vez: ¡°Pr¨¦stamo¡
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.