Las canciones del futuro se escuchan con los ojos
Los j¨®venes prefieren YouTube a otro medio para consumir m¨²sica ?Es la calidad del sonido un atributo obsoleto?
?Recuerdan al mel¨®mano tal y como lo conoc¨ªamos? Esa especie humana con variable obsesi¨®n por la m¨²sica grabada que aspiraba a aplicar el ideal del peque?o burgu¨¦s al consumo sonoro: persegu¨ªa sus hallazgos (discos de mayor o menor valor), los almacenaba en las condiciones correctas y constru¨ªa el entorno adecuado de alta fidelidad para escucharlos. Mucho han cambiado las cosas desde aquellos tiempos. La pasi¨®n por la m¨²sica obviamente sigue siendo la misma ¡ªo mayor¡ª. Lo incuestionable es que no se consume de igual manera. Un estudio de la consultora Nielsen confirma los peores temores de la industria y los puristas con un revelador dato: por primera vez el medio preferido por los j¨®venes estadounidenses para escuchar canciones es el portal de v¨ªdeos YouTube. Ni la radio, ni los CD o elep¨¦s, ni iTunes (no se contemplan streaming o descargas ilegales), sino el portal donde van a parar al mismo saco videoclips en alta definici¨®n de los de toda la vida, filmaciones hist¨®ricas de conciertos, sonrojantes versiones caseras de cl¨¢sicos, rarezas inencontrables o v¨ªdeos virales con musiquita pegadiza.
?Qu¨¦ depara este nuevo panorama a las agonizantes discogr¨¢ficas y a otros medios como las radios o las cadenas de v¨ªdeos? ?Cu¨¢l es el mensaje que env¨ªa Nielsen sobre el presente y el futuro de los h¨¢bitos culturales? ?O¨ªr una canci¨®n en las condiciones propias de un ordenador (o de un m¨®vil inteligente) es intr¨ªnsecamente peor que hacerlo ante un equipo de miles de euros? ?Cre¨® la revoluci¨®n tecnol¨®gica oyentes de primera y segunda clase?
De momento, en las cl¨¢usulas del contrato de YouTube queda respondida la primera pregunta, que para la industria encierra todas las dem¨¢s. El portal aporta ingresos en concepto de derechos de autor y, al igual que la radio o canales tem¨¢ticos como MTV (heridos de muerte por la mera existencia del portal de v¨ªdeos), funciona tambi¨¦n como plataforma publicitaria. ¡°YouTube o Spotify son formas legales de consumir m¨²sica. Al compositor de las canciones le llega un porcentaje calculado a partir de los clics¡±, afirma Esteban Calle, de Promusicae, patronal de los sellos.
Qu¨¦ porci¨®n de la tarta acaba en manos de los creadores es un dato que la compa?¨ªa, propiedad de Google, no hace p¨²blico. Ni tampoco es uniforme; depende de los acuerdos alcanzados con cada uno de los actores, sean estos discogr¨¢ficas o entidades de gesti¨®n de los derechos.
Escuchar m¨²sica en un ordenador es como ver un cuadro en blanco y negro
En cualquier caso, el caudal es formidable. Seg¨²n cifras facilitadas por el portal, cada minuto se suben el equivalente a 48 horas de v¨ªdeos para el consumo de una millonaria audiencia que no siempre sigue los gustos de la corriente dominante. De los 10 m¨¢s vistos en YouTube en 2011 en Espa?a, siete fueron canciones. Ninguna pertenec¨ªa a alguno de los 50 discos m¨¢s vendidos. Habr¨ªa que acudir a la lista de canciones m¨¢s vendidas ¡ªsencillos, descargas legales¡ª para encontrar dos de ellas entre las m¨¢s vendidas. Y Ai se eu te pego, el v¨ªdeo m¨¢s visto ¡ªacumulaba ayer m¨¢s de 419 millones de visitas en todo el mundo¡ª, solo alcanza el noveno puesto.
A favor del ¨¦xito juega, obviamente, la inmediatez. A diferencia de la radio o cadenas como la MTV (donde, quiz¨¢ por esa raz¨®n, los cinco programas m¨¢s vistos en julio fueron de telerrealidad y no de v¨ªdeos musicales), uno elige en YouTube lo que desea escuchar, cu¨¢ndo y con qui¨¦n (la web se ha convertido en un ingrediente esencial en fiestas de toda clase). Adem¨¢s, el cat¨¢logo de la p¨¢gina es dif¨ªcil de batir en cuanto a capacidad de almacenamiento.
Aunque esa virtud (Virginia Wassmann, portavoz de la compa?¨ªa, cifra con la contundencia del eslogan en que en YouTube ¡°se escucha m¨¢s variado que en las listas de ¨¦xitos¡±) sea, seg¨²n el prestigioso music¨®logo Ram¨®n Andr¨¦s, su principal vicio: ¡°Solo podemos conocer una parte de algo que es inmenso, y aunque la oferta sea m¨¢s extensa, la gente acaba escuchando lo mismo de siempre. Se suele afirmar que es una herramienta democr¨¢tica, lo que es verdaderamente democr¨¢tico es que el oyente piense¡±.
Del mismo modo, descrito por Andr¨¦s, en que la revoluci¨®n tecnol¨®gica ha convertido a todos en dj¡¯s (y locutores de radio) tambi¨¦n ha hecho de los ordenadores (e iPads, iPhones, m¨®viles...) los nuevos equipos musicales. Quiz¨¢ se escuche m¨¢s m¨²sica que nunca, pero ?se hace en las condiciones id¨®neas? ¡°Escuchar m¨²sica en un ordenador es como ver un cuadro en blanco y negro. Hemos perdido mucha sensibilidad auditiva¡±, afirma Andr¨¦s.
Quiz¨¢ sirva al music¨®logo de consuelo que como reacci¨®n a ese nuevo paradigma se ha producido, observan los expertos, un proceso de gourmetizaci¨®n entre ciertos oyentes. El repunte de las ventas de los elep¨¦s (que en muchas ocasiones se presentan en ediciones de alto gramaje para atestiguar la idoneidad para el audi¨®filo) ser¨ªa un s¨ªntoma de ello. Tambi¨¦n, que a¨²n hay quien se resiste a consumir m¨²sica en peque?as dosis. Josele Santiago, de los Enemigos, es de los que opinan que el ¨¢lbum a¨²n es el mejor formato. Y si emplea herramientas como YouTube es para hacerse una idea del contenido de un disco antes de comprarlo.
Muchos buscan m¨¢s dise?o que calidad en los accesorios sonoros
Aunque las revistas de tendencias hablen de la vuelta del vinilo, Santiago es, como mucho se teme Luis Peraita, una excepci¨®n. Pieraita lleva m¨¢s de 30 a?os vendiendo equipos de alta fidelidad en la calle Barquillo de Madrid, donde muchas tiendas especializadas en aparatos de m¨²sica han cerrado en los ¨²ltimos a?os para ser sustituidas por comercios de moda. Su experiencia le invita a pensar que existe una relaci¨®n entre lo que escucha la gente y c¨®mo lo escucha. ¡°Los fieles a los equipos tradicionales buscan sacar el mayor partido a discos de ¨®pera o incluso rock o jazz¡±. Reconoce que, aunque el negocio resiste, ya no se venden tanto como antes. Un vistazo a lo que ofrece en su tienda sirve de gr¨¢fica demostraci¨®n de que el consumo musical se ha convertido m¨¢s bien en un asunto partisano: en la tienda conviven equipos que pueden llegar a sobrepasar los 7.000 euros con baratos aparatos de mp3 o adaptados al formato. ¡°Tambi¨¦n hay un suced¨¢neo de alta fidelidad en el mundo de los ordenadores y los mp3. Mucha gente compra altavoces de 100 o 200 euros para estos aparatos, pero buscan m¨¢s accesorios de dise?o que de calidad¡±.
?Significa todo esto que YouTube y otras revoluciones digitales podr¨ªan acabar con la calidad del sonido como elemento indisociable de la m¨²sica? En el caso del portal, esta sol¨ªa depender del material que suministraban los usuarios que sub¨ªan sus v¨ªdeos. Pero discogr¨¢ficas y artistas han trabajado por homogeneizar y dignificar esa calidad en vista de que el futuro parece pasar irremediablemente por la p¨¢gina. VEVO es una red de videos de m¨²sica de alta definici¨®n creada en asociaci¨®n con Universal y Sony Music en la que el papel de YouTube es ofrecer el soporte tecnol¨®gico.
Cada vez m¨¢s son los grupos que, conscientes del poder de la p¨¢gina, presentan sus trabajos en YouTube antes que en cualquier otro medio. El pasado lunes el grupo brit¨¢nico Muse adelant¨® su nuevo sencillo a trav¨¦s de la p¨¢gina y ya registra m¨¢s de dos millones y medio de reproducciones en su canal. Datos como este invitan a plantearse una ¨²ltima pregunta... ?se escucha m¨¢s m¨²sica gracias a Internet? Los consultados para la confecci¨®n de este reportaje responden con un s¨ª un¨¢nime, aunque con matices. Los que van de Josele Santiago (¡°se consume m¨¢s, pero en su mayor¨ªa no es para escuchar, sino para hacer m¨¢s llevaderas cosas como conducir o hacer la compra¡±) a Carlos Jean, dj y productor: ¡°Antes escuchabas una canci¨®n mientras te tomabas una copa y no la volv¨ªas a escuchar hasta el viernes siguiente. Ahora un chico de 18 a?os con inter¨¦s tiene a su disposici¨®n muchos m¨¢s medios¡±.
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