Arriola, el de las grandes ideas
"Ya est¨¢ presidente, ya est¨¢", irrumpi¨® Wert, que en las reuniones, m¨¢s que hablar, irrump¨ªa. "?Hacemos un carnaval gigantesco en toda Espa?a!"
¡ªEsto no puede ser, dijo el presidente muy enfadado. Tenemos que salir de esta depresi¨®n de tanto y tanto recortar¡ Hay que acabar con las manifestaciones y pensar en una campa?a que nos haga subir en popularidad¡
¡ªPorque ya me dir¨¢s, Leandro, me hab¨ªa dicho la noche anterior, con lo que yo me estoy sacrificando, que no paro de coger aviones, que ya no s¨¦ ni a d¨®nde voy, que si Bruselas, que si Berl¨ªn, oye, con lo bien que se est¨¢ en casa, en el sof¨¢ y con el purito¡
As¨ª que convoc¨® la reuni¨®n con todo el gabinete y sus asesores.
El primero en intervenir fue Arriola. Mirada fr¨ªa a la concurrencia y propuesta como al desgaire.
¡ªOs dejo un par de nombres para que los reflexion¨¦is, que ahora me tengo que ir, pero luego vuelvo.
Pausa dram¨¢tica.
¡ªAnotad: Jorge Mendes y Paolo Vasile.
Silencio en la mesa.
¡ª?Jorge qu¨¦?, pregunt¨® Ana Pastor, que era la primera que hablaba siempre porque es la que ten¨ªa m¨¢s confianza con Mariano.
¡ªEs el de los futbolistas, dijo Rajoy.
M¨¢s silencio.
¡ªYa entiendo, dijo Rajoy. Si este t¨ªo ha sido capaz de encumbrar a alguien tan desagradable como Mourinho, y ha vendido por una pasta gansa no s¨¦ cu¨¢ntos futbolistas turcos, croatas, portugueses, chipriotas y hasta de San Marino, la mitad de ellos cojos, qu¨¦ no ser¨ªa capaz de hacer¡
¡ª?Y Vasile?
¡ªHombre, Bel¨¦n Esteban, Paquirr¨ªn¡ Lo mismo coge a F¨¢tima, aqu¨ª presente, con perd¨®n, y nos la transforma en Ana Obreg¨®n¡
¡ª???Yo no quiero ser Ana Obreg¨®n!!!, lanz¨® un grito desgarrador la interfecta.
¡ªQue era una broma, mujer¡ Toma, toma los kl¨ªnex y no llores m¨¢s, que nos mojas la mesa¡
¡ªLo primero que hay que hacer es que no salga Guindos en televisi¨®n, dijo Montoro¡
¡ªQue no salga Montoro, replic¨® Guindos.
¡ªYa est¨¢ presidente, ya est¨¢, irrumpi¨® Wert, que en las reuniones, m¨¢s que hablar, irrump¨ªa. ?Hacemos un carnaval gigantesco en toda Espa?a! ?Toda nuestra patria una samba! Te pod¨ªas disfrazar de primer ministro de las Islas Salom¨®n, con una camisa de flores y eso¡
¡ª¡ Muy gracioso, Wert, muy gracioso.
¡ªPodr¨ªamos probar con el pasodoble, sugiri¨® Arenas, que Rajoy lo llevaba siempre a las reuniones, por lo que en su momento alegraba, pero que ahora segu¨ªa con la depresi¨®n y solo interven¨ªa cuando hab¨ªa alg¨²n tema que le interesara¡
¡ª?Te ha gustado lo del carnaval, Javier?, dijo Mariano, sol¨ªcito con ¨¦l¡
¡ªMe parece una estupidez, porque donde est¨¦ un pasodoble¡ Ya ibas a ver si yo fuera ministro¡
¡ªTranquilo, hombre, tranquilo, que todo se andar¨¢¡
¡ªEnse?amos a los de Calanda a hacer la batucada, sigui¨® Wert, que se hizo el sordo con Arenas. Pod¨ªamos poner a todas las integrantes de los variados bailes regionales ¡ªque si mu?eiras, que si sardanas¡ª en bikini, con una cesta de pi?as a la cabeza y ya. Y adem¨¢s lo retransmitir¨ªamos por TVE¡
¡ªQu¨¦ pesado con la tele, Wert¡
¡ªEs que a m¨ª me tira mucho lo del audiovisual. Y como no me dejaste presentar el telediario, que es lo que de verdad me gustaba, pues retransmitimos el carnaval. Un lujo, venga de horas y horas de sambas, sin telediarios ni nada, oye, ni prima de riesgo, ni Bruselas, ni Merkel¡
¡ªSigue Jos¨¦ Ignacio, sigue, dijo Mariano, que la felicidad debe ser algo parecido a eso¡
¡ªYo ofrecer¨ªa un desfile, dijo Moren¨¦s. Pero claro, sin aviones, que ya me contar¨¦is de d¨®nde saco para la gasolina con ese presupuesto que me hab¨¦is dejado, que es una¡
¡ªMoren¨¦s, no sigas por ah¨ª¡
¡ªBueno, pero es que adem¨¢s tenemos los fusiles un poco deteriorados, los tanques est¨¢n enmohecidos, a los jeeps hay que empujarlos¡ y ahora estoy cambiando las botas de todos los soldados, que son una pasta, por unas alpargatas¡
¡ªYa le he dicho yo que he visto unas mon¨ªsimas en el Barrio de Salamanca, dijo Ana Mato¡
¡ªC¨®mo estar¨¢ la cosa que la cabra de la legi¨®n se nos ha muerto de hambre¡
¡ªPerd¨®n, nosotros no quisi¨¦ramos, dijo Fern¨¢ndez D¨ªaz con la cabeza baja y retorci¨¦ndose las manos¡
¡ª¡enfrentarnos al querido compa?ero Jos¨¦ Ignacio, complet¨® la frase Gallard¨®n. Pero tenemos algunas dudas, continu¨® el de Justicia, que ¨¦l era el Paul Simon de Simon y Garfunkel, de que un carnaval represente el alma espa?ola, y quiz¨¢ incluso ese macrocarnaval podr¨ªa resultar un tanto disoluto o, por lo menos, propenso a la promiscuidad...
¡ª¡pero como somos conscientes del duro trance por el que atravesamos, hemos pensado en una alternativa: la macrosemanasanta, a?adi¨® ufano Fern¨¢ndez D¨ªaz.
¡ªEs una idea buen¨ªsssssima, dijo Gallard¨®n, ya lanzado. Fijaros, todo el a?o venga de procesiones¡ Salir del trabajo y hala, a sacar el paso¡
¡ªEso, eso, se oy¨® gemir a F¨¢tima B¨¢?ez, y todos los domingos hacemos una romer¨ªa a la Virgen del Roc¨ªo, que no s¨¦ si os he contado que tiene un manto muy milagroso¡
¡ªBueno, y tambi¨¦n la televisamos, dijo Wert¡ Los d¨ªas de lluvia se dedican a los ensayos, que luego a los currantes se les tuercen los tobillos y enseguida les salen hernias de disco, que con tal de darse de baja y vivir del cuento¡
¡ªEso no, de baja, no, grit¨® la ministra de Trabajo, que habr¨ªa que echarles, ay Virgen santa del Roc¨ªo, qu¨¦ sufrimiento¡
¡ªBueno, podr¨ªamos repartir los d¨ªas del a?o, 180 para carnaval y otros 180 para Semana Santa, dijo Ana Pastor, que algo ten¨ªa que decir.
¡ªBien, bien, traerme por escrito los dos planes y procurad que sean compatibles, zanj¨® Rajoy. Y que vengan con su memoria econ¨®mica¡
¡ª?Eso, eso!, aplaudi¨® Montoro, ?muchas memorias econ¨®micas!...
¡ª... y sus disposiciones legales pertinentes, que luego todas las leyes tengo que hacerlas yo. Por cierto, os recuerdo la ley 17/1997 de Espect¨¢culos P¨²blicos¡, interrumpi¨® la vicepresidenta, que llevaba ya media hora sin intervenir y no pod¨ªa m¨¢s¡
¡ªVenga Soria, prop¨®n algo¡
¡ª?Puedo ponerme de cara?
¡ªS¨ª, ya s¨ª.
¡ªDec¨ªa yo que si encontr¨¢ramos petr¨®leo en las prospecciones que nos han parado en Canarias¡
Le cort¨® Margallo.
¡ªTengo otra idea, presidente. Seria. Patri¨®tica. Toda Espa?a detr¨¢s nuestro como un solo hombre. Ind¨ªbil y Mandonio, Agustina de Arag¨®n¡
¡ªNo te enrolles, Margallo¡ Su¨¦ltalo ya, anda.
¡ªGibraltar. Hay que recuperar Gibraltar. ?Nuestros antepasados y las generaciones venideras nos lo exigen! ??Echemos al p¨¦rfido ingl¨¦s, acabemos con los monos infectos!! ???Defequemos todos en la Union Jack¡!!!
¡ªPara, Margallo, para¡
¡ª?Es que me hierve la sangre! Gritad todos conmigo: ?Gibraltar espa?ol!
¡ªBueno, bueno, no est¨¢ mal¡ Haz un plan detallado y ya veremos¡
Arriola ya hab¨ªa vuelto.
¡ªOtra idea m¨¢s.
Silencio en la mesa.
¡ªTodos los viernes, botell¨®n en todos los barrios de todas las ciudades y todos los pueblos de Espa?a. Y para dar ejemplo, todos los viernes botell¨®n en La Moncloa.
Es que Arriola le ten¨ªa comida la moral a Mariano.
¡ªMe gusta. Pero primero hay que hacer una gran fiesta de inauguraci¨®n. A ver, ahora nos vamos todos de vacaciones¡
¡ªEn Espa?a, presidente, todos en nuestra querida Espa?a, interrumpi¨® Soria¡
¡ªEso. En Espa?a. Pero a la vuelta quiero una lista de invitados. Intelectuales, artistas, deportistas¡ Eso es tuyo, Wert¡
¡ª?Y tomaremos caipirinhas y bailaremos sambas?
¡ªSigo: banqueros, grandes empresarios, financieros, eso es tuyo, Guindos.
¡ªNo tenemos dinero, dijo Montoro.
¡ªCalla Crist¨®bal, calla. A ver, el sarao que lo organice Ca?ete¡ Por cierto, ?d¨®nde est¨¢ Miguel? Que me pongan con ¨¦l.
¡ª?Se puede saber d¨®nde est¨¢s?
¡ªNo faltar¨ªa m¨¢s, presidente¡. Estoy recorriendo las costas, que esto es un desastre, oye, unas playas salvajes hermos¨ªsimas sin un solo chal¨¦, ni un hotel de 20 plantas, que si parques nacionales, que si reservas naturales, unas tontunas de ecologistas, vamos, que es un dolor verlas as¨ª, sin rascacielos de apartamentos¡ Aqu¨ª se pueden hacer unos resorts de esos que se van a morir de envidia Esperanza y Mas, que los Eurovegas van a ser una broma¡
¡ª?Y eso da pasta, Miguel?
¡ªHazme caso, presi, una millonada, un saco de euros, hazme caso¡
¡ªFalta nos hace¡
¡ªTodo pensado, Mariano. F¨ªjate c¨®mo ser¨¢ la cosa que me he tra¨ªdo a un experto para buscar los mejores sitios. Aqu¨ª tengo a mi lado a Carlos D¨ªvar, que ya sabes que de restaurantes y hoteles de lujo sabe un mont¨®n¡ Un profesional¡ Unos consejos de oro, oye¡ Salude, don Carlos, salude¡
¡ª?Se sabe algo de mi pensi¨®n?, pregunt¨® D¨ªvar.
Ma?ana, siguiente cap¨ªtulo: El duro regreso de las vacaciones¡
Babelia
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