Testamento definitivo de un poeta inacabado
Las ediciones enriquecidas de ¡®Espacio¡¯ y ¡®Tiempo¡¯, de Juan Ram¨®n Jim¨¦nez, arrojan nueva luz sobre su obra de exilio
Cada d¨ªa de los que pas¨® en el exilio, Juan Ram¨®n Jim¨¦nez pudo al menos tocar piedrecitas de Moguer. A todas horas, donde quiera que fuera, le acompa?aban en un bolsillo. Otro de tantos aleteos de su nostalgia, que le paraliz¨® durante los dos primeros a?os de forzoso destierro. El poeta dej¨® de hacer poes¨ªa. Solo cuando el paisaje cambi¨® y le hizo sentirse en casa volvi¨® al verso. Ocurri¨® en La Florida (Estados Unidos), donde se instal¨® junto a Zenobia Camprub¨ª en ¡°una casita andaluza¡± y donde todo le recordaba a su tierra. ¡°En La Florida empec¨¦ a escribir otra vez en verso. Una madrugada me encontr¨¦ escribiendo unos romances y unas canciones que era un retorno a mi primera juventud, una inocencia ¨²ltima, un final l¨®jico (sic) de mi ¨²ltima escritura sucesiva en Espa?a¡±, escribi¨® en una carta en 1943.
Esos versos que pertenecen a la obra del exilio apuntaban en muchas direcciones. Una de ellas fueron los Romances de Coral Gables. Otra, un poema que arranca con un desaf¨ªo ¡ª¡°Los dioses no tuvieron m¨¢s sustancia que la que tengo yo¡±¡ª que comenz¨® en verso libre mayor titulado Espacio. Muchos especialistas lo consideran el testamento po¨¦tico del Nobel andaluz. No as¨ª Joaqu¨ªn Llans¨®, que reserva esa simb¨®lica corona para Dios deseado y deseante. ¡°A trav¨¦s de los manuscritos se puede demostrar que Espacio est¨¢ escrito antes de 1945. A partir de los cincuenta comenz¨® a prosificar su obra entera. Cambi¨® y corrigi¨® cosas, pero todo estaba escrito antes de ese a?o¡±, sostiene.
La editorial Linteo acaba de publicar una edici¨®n especial de Espacio y Tiempo, donde Joaqu¨ªn Llans¨® y Roc¨ªo Bejarano desmenuzan el contexto en el que surgieron ambas obras, la historia de su escritura y la controversia suscitada por las dos copias de Espacio. ¡°Hab¨ªa divergencias sobre la fijaci¨®n del texto, nosotros hemos establecido cu¨¢l es el texto definitivo¡±, comenta Llans¨®, que tambi¨¦n destaca el car¨¢cter abierto de la edici¨®n. ¡°Mostramos todos sus manuscritos para que los especialistas puedan tener sus propias conclusiones¡±. El volumen, de cuidad¨ªsima edici¨®n, incluye acuarelas y reproducciones facsimilares, que permiten seguir las correcciones manuales del autor de Diario de un poeta reci¨¦n casado.
Juan Ram¨®n nunca daba por acabados sus textos: ¡°No pretendo, ni quiero, ni debo ni puedo acabar nunca mi obra. Mi verdadera obra es ¡®obra en marcha¡¯, ¡®imajinaci¨®n en movimiento¡¯, ¡®sucesi¨®n po¨¦tica¡¯. Poetizar es abrir siempre y no cerrar nunca¡±. En 1943, en una carta escrita en Washington a Luis Cernuda, le anunciaba que hab¨ªa escrito 115 p¨¢ginas de un poema nuevo que no ten¨ªa asunto. ¡°Creo que en la escritura po¨¦tica, como en la pintura o en la m¨²sica, el asunto es la ret¨®rica, ¡®lo que queda¡¯, la poes¨ªa. Mi ilusi¨®n ha sido ser m¨¢s cada vez el poeta de ¡®lo que queda¡¯, hasta llegar un d¨ªa a no escribir¡±, reflexionaba en la carta. Todav¨ªa pasar¨ªan unos a?os hasta que aquel poema sin asunto se culmin¨® y se public¨® en la revista Poes¨ªa espa?ola en 1954. Era la versi¨®n ¨ªntegra, no la definitiva, de Espacio.
Con Tiempo, escrita en prosa po¨¦tica desde el principio y solo publicada en dos ocasiones, ocurri¨® algo distinto. ¡°Por razones que desconocemos, abandon¨® su escritura apenas iniciada y ya no volvi¨® nunca m¨¢s a trabajar sobre ella¡±, escriben Llans¨® y Bejarano. ¡°Su inacabamiento es absoluto, como si en alg¨²n momento Juan Ram¨®n se hubiera olvidado de ¨¦l y lo hubiera abandonado definitivamente¡±.
Con las creaciones del exilio, adonde lleg¨® tras volcarse en la atenci¨®n de ni?os hu¨¦rfanos en el Madrid en guerra, Juan Ram¨®n Jim¨¦nez alcanz¨® la cima, en opini¨®n de los estudiosos. Espacio fue una de las obras que contribuy¨® a su afianzamiento. ¡°Poes¨ªa human¨ªsima, que se traiciona en su ternura, que nos transparenta el espectro de un alma espa?ola que sufre, recuerda, espera y canta¡±, escribe Gerardo Diego, cuyos elogios entusiasmaron tanto al autor que le dedic¨® el poema. ¡°Juan Ram¨®n es un poeta muy especial, su poes¨ªa es esencial, algo que vemos solo en pocos poetas como Rilke o Baudelaire¡±, afirma Llans¨®.
Manuel Ramos, editor de Linteo, que ha publicado numerosas obras juanramonianas, le considera un genio: ¡°Era un creador compulsivo, que ten¨ªa siempre varios proyectos en marcha e iba por delante del editor¡±. Tras su muerte en San Juan de Puerto Rico en 1958, dej¨® miles de textos in¨¦ditos. Unos a?os antes hab¨ªa dejado de escribir, asediado de nuevo por sus fantasmas y sin la tutela de su esposa, Zenobia, fallecida a los tres d¨ªas de que se le comunicase el Nobel de Literatura en 1956. Pero ya no necesitaba m¨¢s. Hab¨ªa dejado monta?as de textos, muchos in¨¦ditos, que le hab¨ªan izado hasta el olimpo de la literatura: ¡°Los dioses no tuvieron m¨¢s sustancia que la que tengo yo¡±.
Babelia
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