¡®Blade runner¡¯ se deshace de ¡®Casablanca¡¯
El filme de Ridley Scott gana al de Michael Curtiz con el 55,23% de los votos Afrontar¨¢ a 'El padrino' en la final de #votatupeli
ACTUALIZACI?N: Blade runner gana a Casablanca con el 55.23% de los votos.
CASABLANCA
Por Berna Gonz¨¢lez Harbour
No llueven a diario, pero en sesenta a?os han nacido criaturas geniales, pel¨ªculas enormes capaces de desafiar a un gigante como Casablanca. Y sin embargo, algunos nos quedamos con ella. El anhelo, el deseo, el amor imposible que se fragua en esa delicada obra de arte crecida en el caos de un Marruecos imaginario en el que solo el loro era real, y su lucha a brazo partido con un sentido del deber urgente, irrenunciable, se hace embriagador. Y lo resiste todo.
?Salvar al mundo del nazismo o salvar a Humphrey Bogart de la soledad? ?Salvar al l¨ªder necesario, pero fr¨ªo (Laszlo) o salvar al hombre deseado (Rick) y volver a ver brillar sus ojos? ?No es un dilema para quitar el aliento? Pasi¨®n o misi¨®n. Bogart es el h¨¦roe que alg¨²n d¨ªa muy lejano supo sonre¨ªr. Eso y el escudo que hoy le cubre le hace poderoso, atractivo: no solo se disfraza de hombre duro bajo las nubes del humo, el alcohol y el juego que habitan en su local. Es que bajo esa costra palpita una herida viva, un coraz¨®n desgarrado que un d¨ªa aliment¨® una ilusi¨®n, y que hoy ha vuelto a supurar. Y principios.
Ellos, los malditos principios, son los que dotan a este drama rom¨¢ntico de los ingredientes que permiten darle su vigor universal. Ilsa tiene una causa. Los ojos m¨¢s bellos y desamparados que se hayan visto jam¨¢s en las pantallas no pertenecen a una mujer d¨¦bil y hueca. Ingrid Bergman trasluce una valent¨ªa sostenida que solo trastabilla al desnudarse su verdad. Y eso no la hace fr¨¢gil, la hace humana.
La urgencia con la que Michael Curtiz rod¨® Casablanca fue parte de su ¨¦xito. El guion se iba reelaborando al d¨ªa, Bergman y Bogart ni se acercaron jam¨¢s en la realidad a la qu¨ªmica que consiguieron en pantalla y, para cuando el equipo intent¨® corregir algunas cosas para elegir por ejemplo otra canci¨®n para Sam, Bergman ya se hab¨ªa cortado el pelo para su siguiente contrato. Menos mal.
Casablanca no solo nos dej¨® la mayor colecci¨®n de frases y personajes que en estos a?os se han convertido en parte de la familia. Nos dej¨® el retrato m¨¢s n¨ªtido del triunfo del sacrificio sobre la pasi¨®n. Los d¨¦biles habr¨ªamos sucumbido, no hay duda. Pero afortunadamente, como ideal irrenunciable, siempre nos quedar¨¢ Casablanca.
BLADE RUNNER
por Borja Hermoso
Ya falta menos, cosa de siete a?os. Transcurrir¨¢ 2019 en ¨Cvisto lo que est¨¢ cayendo ah¨ª fuera- no se sabe qu¨¦ contexto de caos generalizado cuando, de repente, asomen por entre las grietas de las flores de ruina los replicantes de la Tyrrell Corporation. Roy Batty, desde detr¨¢s de sus ojos azules y desde debajo de su casco de pelo blanco, una paloma en la mano y la rabia inyectada en sangre, nos mirar¨¢ a todos como si fu¨¦ramos unos pobres Rick Deckard de andar por casa. Y nos repetir¨¢ el mantra que nos helar¨¢ la sangre: "He visto cosas que vosotros no creer¨ªais; atacar naves en llamas m¨¢s all¨¢ de Ori¨®n. He visto rayos-c brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannh?user. Todos esos momentos se perder¨¢n en el tiempo como l¨¢grimas en la lluvia. Es hora de morir¡±. Lloraremos de miedo. Temblaremos, un poco por la emoci¨®n ilimitada que provoca esta r¨¦plica del replicante (alias Rutger Hauer), un poco por la que se nos viene encima, condenados sin remedio por haber cre¨ªdo a pie juntillas que ¨¦ramos capaz de oprimir sin descanso, polic¨ªas vocacionales, blade runners a sueldo, mercenarios decadentes.
De todo eso habl¨® hace ya ?30 a?os! Ridley Scott (solo tres a?os despu¨¦s de haber firmado otra obra maestra llamada Alien) bas¨¢ndose en la novela de Philip K. Dick ?Sue?an los androides con ovejas el¨¦ctricas? Blade runner salt¨® a las pantallas y ya no fuimos los mismos. Qu¨¦ h¨ªbrido tan extra?o de pena, pavor, amor, crueldad, idealismo, violencia, filosof¨ªa, vida y muerte. No fue un ¨¦xito ni de p¨²blico ni de cr¨ªtica en su estreno de 1982. Harrison Ford, Rutger Hauer, Sean Young, Daryl Hannah y Edward James Olmos pululan por un fresco renacentista de naves voladoras, robots humanos y pobres diablos de carne y hueso robotizados. Una ¨®pera futurista, poblada de punkis de otra galaxia: el hombre fabricando al hombre, como hizo un tal Dios, a su imagen y semejanza. Y as¨ª nos va.
Merece estar, claro que s¨ª, en esta?troupe final de las cuatro mejores pel¨ªculas de la Historia. Perder¨¢. Pero al fin y al cabo, ?qu¨¦ es Blade runner sino un planeta de perdedores?
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