En esta casa Man Ray grit¨® libertad
El director Oskar Alegr¨ªa busca en un documental las huellas de una pel¨ªcula experimental que el artista surrealista rod¨® en una vivienda cercana a Biarritz
Emak Bakia (D¨¦jame en paz,en castellano) no solo es el t¨ªtulo de la pel¨ªcula m¨¢s libertaria de Man Ray rodada en 1926. Es tambi¨¦n el nombre de la casa donde la film¨®, ubicada en un acantilado en la costa vasco-francesa a siete kil¨®metros de Biarritz. Pero sobre todo es un grito reivindicativo de creatividad que encaj¨® con el esp¨ªritu an¨¢rquico del artista estadounidense y que desde entonces ha movido las conciencias de algunos escritores, m¨²sicos y dise?adores.
Emak Bakia, la pel¨ªcula y el grito, fue el detonante para que el realizador y periodista navarro Oskar Alegr¨ªa (Pamplona, 1973) se sumergiese en la b¨²squeda de una casa donde el artista impulsor del surrealismo y el dada¨ªsmo film¨® un cinepoema totalmente visual sin hilo narrativo. Una aventura financiada por un agente de Bolsa estadounidense que le dio 10.000 d¨®lares (7.800 euros). Man Ray solo puso una condici¨®n: ¡°Hacer un cine sin interferencias¡±.
La conjunci¨®n entre curiosidad y azar llev¨® a Alegr¨ªa a realizar su ¨®pera prima La casa Emak Bakia, un filme que se estren¨® hace cinco meses en el BACIFI de Buenos Aires y que no ha dejado de rodar por festivales como Edimburgo, Distrital, en M¨¦xico, o Telluride, en EE UU, donde la han calificado como una ¡°maravillosa apuesta narrativa¡±. Su pr¨®xima parada ser¨¢ el Festival de Cine de San Sebasti¨¢n en la secci¨®n Zabaltegi Especiales.
La pel¨ªcula de Alegr¨ªa, que le ha costado tres a?os parir sin ning¨²n tipo de financiaci¨®n m¨¢s all¨¢ del dinero que ha salido de su bolsillo, es la historia de un viaje improvisado y la sucesi¨®n de encuentros inesperados con personajes variopintos en el camino hasta descubrir el lugar donde Man Ray film¨® sin cortapisas.
El director navarro revis¨® los archivos de Biarritz donde figuran casas desde 1565 sin demasiada suerte. Ninguna se llamaba Emak Bakia. ¡°No quedaba m¨¢s opci¨®n que buscarla a pie por los alrededores de la costa con el azar como gu¨ªa¡±, explica. En el filme de Man Ray las ¨²nicas pistas eran una playa, un acantilado sin urbanizar y un balc¨®n con dos gruesas columnas.
'La casa Emak Bakia', de Oskar Alegr¨ªa
Los caprichos del destino ponen a una princesa en su camino. Un arquitecto avisa al realizador de que hay otra persona interesada en dar con la misma casa. Se trata de una arist¨®crata rumana de 92 a?os que pas¨® los primeros veranos de su infancia en el palacio que construy¨® su abuelo en 1912, quien bautiz¨® la casa con D¨¦jame en paz, una decisi¨®n totalmente a conciencia. Campeona nacional de tenis de mesa, voleibol y lanzamiento de peso, adem¨¢s de bi¨®loga, la princesa, que vive actualmente en Alemania, recibe una carta del realizador con 37 sellos de elefantes para cautivarla invit¨¢ndola a visitar juntos la casa de sus ancestros hoy convertida en un lugar de vacaciones para los trabajadores de una f¨¢brica francesa de aviones en Tarbes.
La pel¨ªcula est¨¢ llena de historias que propician desv¨ªos narrativos. Como ese reverso de una postal antigua con la pregunta: ¡°?Te est¨¢s portando bien?¡±, que le lleva al director a Francoville (Francia), o el hallazgo de un disco de un taiwan¨¦s que aparece junto a la tumba del artista del surrealimso en el cementerio Montparnasse y que, tras el consentimiento del m¨²sico, se incorpora a la banda sonora de la pel¨ªcula. Tambi¨¦n en el camino se cruzan personajes como payasos que reivindican la necesidad de revivir o mujeres que parpadean reci¨¦n despertadas tras pasar un casting anunciado por las calles de Par¨ªs. ¡°Es una pel¨ªcula donde se resucitan muchas cosas y se juega con si las cosas desaparecen o no¡±, dice Alegr¨ªa.
Jean Michel Bouhons y Patrick de Haas, expertos en Man Ray, coinciden en que para el artista descubrir el significado del nombre de la casa fue un momento revelador para alguien a quien le gustaba saltarse las reglas establecidas. Con un discurso po¨¦tico, el filme est¨¢ lleno de paralelismos con la pel¨ªcula de Man Ray y evocaciones al simbolismo de la palabra Emak Bakia. En los a?os ochenta, Bernardo Atxaga encabez¨® un grupo de artistas vascos que crearon una peque?a editorial vanguardista a la que llamaron Emak Bakia Baita. En Florencia, el realizador descubre que unos dise?adores vintage se enamoraron de la pel¨ªcula y llaman Emak Bakia a la marca. Los m¨²sicos Abel Hern¨¢ndez y Coque Yturriaga, integrantes de Migala, se sumaron a la corriente al crear Emak Bakia en 1997: ¡°Una forma de b¨²squeda con resultados imperfectos¡±. Hoy solo tres vecinos recuerdan el nombre de la casa del acantilado.
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