Medio siglo para salir a la luz
El fot¨®grafo Leopoldo Pom¨¦s recupera un libro clave sobre Barcelona La obra fue encargada en 1957 por Carlos Barral pero nunca se edit¨®
Esta es la historia de un libro que ha tenido que esperar m¨¢s de medio siglo para salir a la luz. En 1957, Carlos Barral, que trabajaba en Seix Barral, le hizo un encargo a Leopoldo Pom¨¦s, un joven fot¨®grafo de 25 a?os, protegido del grupo de artistas de Dau al Set: un fotolibro sobre Barcelona. Un aut¨¦ntico regalo. Pom¨¦s trabaj¨® durante un a?o recorri¨¦ndose la ciudad del centro a la periferia y viceversa. Sin un plan, solo pensando en abarcarla. Cuando volvi¨® a la editorial desparram¨® las fotos sobre una gran mesa. A Barral le gustaron, pero no a los gerentes; consideraron que no se vender¨ªa porque era ¡°l¨²gubre y gris¡± y ¡°no ten¨ªa jardines¡±.
Ahora, 55 a?os despu¨¦s de aquel encargo, Foto Colectania, junto con La F¨¢brica, ha finalmente editado Barcelona 1957, tras seleccionar 80 im¨¢genes de aquel proyecto, con un texto de Juan Manuel Bonet ¡ªuno de los culpables de que Pom¨¦s busque ¡°diamantes en la mina¡±¡ª y una conversaci¨®n entre el fot¨®grafo y el escritor Eduardo Mendoza. Adem¨¢s, una exposici¨®n que incluye bastantes copias originales de la ¨¦poca, podr¨¢ verse hasta el 26 de enero en Colectania.
Con este libro, Pom¨¦s, cuya carrera posterior a caballo de la publicidad, le identifica con lo que Bonet llama ¡°trabajos sixties¡±, recupera su espacio entre Catal¨¤-Roca y Miserachs, dos artistas claves de la gran d¨¦cada de la fotograf¨ªa catalana. El primero public¨® su Barcelona en 1954 y el segundo Barcelona. Blanc i negre, en 1964. La selecci¨®n, realizada por el director de Foto Colectania Pepe Font de Mora, incluye im¨¢genes de g¨¦neros diversos, aunque todos ellos han formado parte de la carrera posterior Pom¨¦s. Las im¨¢genes corales tienen la misma textura narrativa que los famosos planos-secuencia de Berlanga. Pom¨¦s las explica deteni¨¦ndose en cada personaje. Por otro lado est¨¢n las composiciones m¨¢s esteticistas, de paisajes urbanos que se transforman en composiciones geom¨¦tricas; bodegones de cemento y v¨ªas del tren, como las de la calle de Arag¨®n, todav¨ªa sin cubrir, o el homenaje a De Chirico a trav¨¦s de una acera del barrio de Verdum, en el extrarradio.
Y est¨¢ la luz, ¡°una luz sin sombras¡±. Y la Rambla, el gran paseo al que Pom¨¦s vuelve una y otra vez, pero del que ahora, visto su deterioro, no quiere hablar. Y los personajes, tan vivos que, como si hubieran querido rendirle homenaje, algunos han vuelto para reclamar su existencia. El hombre apoyado en el quicio de la puerta de un bar es el padre del escritor Terenci Moix, algo que Pom¨¦s no sab¨ªa entonces. El ni?o de expresi¨®n hura?a que carga a su espalda un enorme garrafa, es ahora un cordial jubilado que asistir¨¢ a la inauguraci¨®n de la muestra.
Babelia
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