Ducados
Igual que el mundo tuvo un hombre del Marlboro, los espa?oles tuvimos el hombre de los Ducados. Carrillo con su traje a rayas y el cigarro negro entre los dedos habr¨ªa sido una imagen de marca estupenda si la publicidad no rehuyera, como hace casi siempre, la complejidad. Porque si algo queda claro del personaje incombustible, ahora desaparecido, es su complejidad. Basta rememorar la ruptura con su padre en los d¨ªas de la derrota espa?ola de 1939 contada en el muy recomendable testimonio que Miguel Mart¨ªn Cuenca le rod¨® en Carrillo, comunista.
Las personas complejas son imprescindibles en los momentos complejos. Y qu¨¦ duda cabe que la transici¨®n lo fue. Y la transici¨®n regresa porque contiene claves que hoy son m¨¢s visibles que en su d¨ªa, llenos de cuchilladas, incertidumbre y fango, pese al triunfo del di¨¢logo y los ducados. Los personajes principales de la transici¨®n desaparecen por motivos biol¨®gicos, pero queda ese aire de retorno. Un retorno habitual en la pol¨ªtica, porque tengo un amigo que sostiene que Rajoy acabar¨¢ de segundo de Aznar y Rubalcaba de segundo de Gonz¨¢lez, y antes cuando lo dec¨ªa nos dejaba riendo a todos y ahora cuando lo dice nos deja pensando a todos.
El Rey anda tuneando su relaci¨®n con los espa?oles, tan abandonada en los ¨²ltimos a?os y ha sacado p¨¢gina web. Su primer tuit, en lugar de 140 caracteres, conten¨ªa 140 l¨ªneas. Cuesta acostumbrarse a que hoy ya ni un titular se lee completo. De su frase contundente y llena de empe?o para que los espa?oles asuman que est¨¢ en juego irnos por el sumidero de la historia, ha quedado solo una palabra. As¨ª son los tiempos, majestad. Quimera. Que es como se entiende que llama a los sue?os independentistas catalanes. Sea como sea la gente anda m¨¢s empe?ada en ponerle nombre a la cosa que en entenderla. Y alrededor lo que m¨¢s lee uno son versiones personales del asunto. Yo lo veo imposible, yo factible, yo espa?ol, yo federalista, yo me quiero ir... La verdadera quimera es que empecemos a dialogar como lo que somos, un Nosotros complejo, diverso y dif¨ªcil. Pero Nosotros, definitivamente Nosotros, como asumi¨® en su d¨ªa hasta alguien tan formado en el dogma como Santiago Carrillo.
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