¡®Section 31¡¯: quiz¨¢s la peor pel¨ªcula de la historia de ¡®Star Trek¡¯. Y el nivel estaba bajo

Cuando Star Trek se lanz¨® al espacio en 1966 se present¨® con el objetivo de llegar a ¡°donde ning¨²n hombre hab¨ªa llegado antes¡±. Es verdad que tras 13 pel¨ªculas y casi 950 episodios a lo largo de sus series, mantener ese esp¨ªritu de originalidad se ha vuelto complicado. Su decimocuarta pel¨ªcula, Section 31, estrenada directamente en SkyShowtime, demuestra que no siempre es f¨¢cil explorar nuevos paisajes. Este telefilme barato lo mismo podr¨ªa haber llevado el sobret¨ªtulo de la saga creada por Gene Roddenberry o el de cualquier otra franquicia gen¨¦rica de ciencia ficci¨®n. Por desgracia para sus fans, parece rodada ¨²nicamente para mantener la marca a flote y a una actriz oscarizada como Michelle Yeoh dentro de la franquicia.

En realidad hay poco que mancillar a estas alturas de la saga, casi 60 a?os despu¨¦s. Si algo sabe el fan¨¢tico de Star Trek, o trekkie, es que no todo lo que vea ser¨¢ bueno. La franquicia, con sus episodios autocontenidos y sus batallas de submarinos espaciales de poco presupuesto, siempre fue irregular. De hecho, algunas de sus series se disfrutan mejor seleccionando ciertos episodios Su universo ut¨®pico, colorista y curioso, adem¨¢s, funciona mejor cuando explora conceptos rompedores, al crear ideas peque?as pero solventes, que cuando se enfrasca en grandes ¨¦picas de acci¨®n. Esas se le daban mejor a la fantas¨ªa de Star Wars. Y es un problema que ha pesado muchas veces en sus epopeyas en el cine, m¨¢s irregulares incluso que sus 12 series de televisi¨®n.

Star Trek: Section 31, en concreto, habita en un punto intermedio entre un alargado episodio televisivo y una pel¨ªcula demasiado banal para demostrar su ¨¦pica. El origen de su creaci¨®n, de hecho, se remonta a lo serializado, y solo fue convertida en pel¨ªcula tarde y mal. Todo comienza con el ¨¦xito del personaje de Michelle Yeoh en Star Trek: Discovery (s¨¦ptima serie y primera de la era moderna), una s¨¢dica emperadora global que es secuestrada desde el universo paralelo que dominaba sin piedad. En su salto a la l¨ªnea temporal principal es, sin embargo, reclutada por la bondadosa Federaci¨®n para formar parte de la secci¨®n 31, rama de espionaje secreta que se encarga los trabajos que nadie m¨¢s quiere hacer. En un primer momento, la idea era hacer una serie derivada para contar su historia, pero el proyecto se fue alargando en el tiempo por saturaci¨®n. Porque hace tres a?os Star Trek produc¨ªa cuatro series al mismo tiempo. Tanto se pospuso ese rodaje que se estren¨® Todo a la vez en todas partes y Michelle Yeoh pas¨® de ser una secundaria habitual en todas las franquicias de Hollywood a una protagonista con Oscar. Ahora m¨¢s que nunca Star Trek quer¨ªa sacar adelante este proyecto, pero resultaba que su protagonista nunca hab¨ªa estado m¨¢s ocupada.

El resultado es un esp¨¦cimen que m¨¢s se asemeja a un primer episodio piloto de la serie que nunca fue, y que posiblemente nunca ser¨¢. Esto es, no funciona ni como pel¨ªcula ni como serie. Su trama pasa gran parte de sus 90 minutos presentando la misi¨®n y a un nuevo equipo de personajes que, aunque tiene alg¨²n punto de lucidez original (hay un cambiaformas o un alien¨ªgena par¨¢sito dentro de un cuerpo vulcaniano), nunca se llegan a desarrollar. No les coges cari?o, que es lo que, en sus momentos m¨¢s bajos, te manten¨ªa junto a los equipos de las maravillosas Star Trek: la nueva generaci¨®n o Espacio profundo nueve. Y todo dando por hecho que el especta dor conoce el lore de c¨®mo hemos llegado hasta aqu¨ª (al p¨²blico no fan, en realidad, simplemente le aburrir¨¢). Incluso su final, tras unas escenas de acci¨®n rodadas torpemente, es solo el comienzo de su pr¨®xima misi¨®n, con la incorporaci¨®n de una hologr¨¢fica Jamie Lee Curtis al elenco.

Es ella, o su voz, la que da comienzo a la pel¨ªcula al reclutar a este equipo para encontrar un arma creada por la emperadora Georgiou que puede destruir universos. Un macguffin facil¨®n, que podr¨ªa ser sustituido por cualquier otra excusa narrativa, que sirve para lanzar la historia a un terreno donde busca emular a una pel¨ªcula de robos a lo Ocean¡¯s Eleven o de esp¨ªas a lo James Bond. Y eso es lo que hace de Section 31 algo gen¨¦rico, inane, aburrido y contranatura. Lo que distingue la saga del resto de productos culturales es precisamente su capacidad de sorpresa, descubrimiento y optimismo. Algo que deber¨ªa subrayar en plena era de Donald Trump, donde el pesimismo y la oscuridad ya est¨¢ demasiado asentado en la vida real. Star Trek es utop¨ªa, esperanza en la uni¨®n y la bondad. Y eso, que s¨ª que han capturado series contempor¨¢neas como la animada Lower Decks y la divertida Strange New Worlds, se pierde en esta producci¨®n. De hecho, el concepto de contraespionaje, ideado en la saga cuando su creador hab¨ªa muerto, ya fue criticado en sus or¨ªgenes en los noventa por ir contra los fundamentos originales.

Section 31 apuesta todo, en realidad, a algo tan simple como el nombre de Yeoh, una actriz que, cuando no est¨¢ equilibrada, tiende, pese a todo su carisma, a la pura sobreactuaci¨®n. E incluso si verla interpretar a una glamurosa villana, como en la reciente Wicked, es lo mejor de la pel¨ªcula, darle todo el protagonismo hace su personaje menos interesante. Ahora hay que blanquearla para sentirse identificados, y explicar que su mal tiene origen. Su narrativa comienza con el asesinato de su familia, pero, aun as¨ª, tratan de analizar sus traumas, romances y dudas. Parece improbable, adem¨¢s, que esta continuaci¨®n cumpla lo prometido, porque esta adicta a las franquicias ya tiene en cartera las nuevas Blade Runner o Avatar, tras dejarse ver por universos como Marvel (con dos personajes), James Bond, Poirot, The Witcher, La momia, Transformers¡­ no hay saga que se le resista. Y seguramente no querr¨¢ meterse en otra mala pel¨ªcula de Star Trek.

En 2026, Star Trek cumple 60 a?os. Habr¨¢ importantes celebraciones. No es para menos. Sigue siendo una saga rompedora, progresista y diversa que ha sabido hacer asequibles conceptos de la ciencia ficci¨®n m¨¢s dura. Fue primera serie con un beso interracial televisivo, la que incluy¨® tramas con reflejo trans mucho antes de que en los medios se hablara de ello o que se atrevi¨® a hacer duras alegor¨ªas sobre las guerras reales que asolaban al mundo en cada momento. Star Trek seguir¨¢ dando grandes momentos en el futuro. D¨¢ndonos esperanzas de que podremos viajar al espacio, conocer otras culturas y abrazar lo diferente. Strange New Worlds seguir¨¢ haci¨¦ndonos imaginar y re¨ªr, y pr¨®ximamente saltar¨¢ a la escuela con Star Trek: Starfleet Academy. Pero hacer nuevas pel¨ªculas se les resiste. El elenco de Chris Pine y Zachary Quinto no ha tenido continuaci¨®n. E incluso Tarantino lo intent¨®, y no pudo ser. Tras nueve a?os sin un filme, este telefilme a medio hornear y que traiciona el esp¨ªritu de la saga no da demasiadas esperanzas sobre el futuro. Y seguir explotando una marca no puede ser motivo suficiente para una d¨¦cimoquinta pel¨ªcula.