La aventura diplom¨¢tica de Ben Affleck
El actor estadounidense convence en la segunda jornada del certamen con su pel¨ªcula ¡®Argo¡¯, basada en la crisis de los rehenes de Teher¨¢n en 1979
Es extra?o que una estrella de Hollywood hable de Mobutu, y que encima ese nombre surja de forma natural en la conversaci¨®n, sin forzar la pregunta. Ben Affleck (Berkeley, California, 1972) no es un tipo cualquiera. Y tiene pinta de listo. Tras el pase de Argo, muchos han llegado al convencimiento de que aqu¨ª hay otro Clint Eastwood salvando las distancias; es decir, un actor mediano convertido en cineasta de fuste. Si Adi¨®s, peque?a, adi¨®s (2007) y The town (2010) se desarrollaban en Boston, la ciudad en la que creci¨® Affleck, y probaban su val¨ªa como director; Argosupone el abandono del abrazo de la urbe maternal para meterse en un jard¨ªn m¨¢s complejo: la crisis de los rehenes tras la toma de la embajada estadounidense en Teher¨¢n en noviembre de 1979, concretando a¨²n m¨¢s, en el esperp¨¦ntico plan que tram¨® la CIA para sacar de Ir¨¢n a cinco de ellos, ocultos sin que las autoridades iran¨ªes lo supieran en la residencia privada del embajador canadiense.
?Y c¨®mo lograron salvarles? Los camuflaron como equipo de rodaje de una pel¨ªcula hollywoodiense de ciencia-ficci¨®n (Argo), y para que el plan no chirriara la CIA fund¨® una productora en mitad de los grandes estudios. S¨ª, est¨¢ basada en hechos reales, en la figura de Tony M¨¦ndez, agente de la CIA experto en rescates, que prepar¨® y ejecut¨® tama?a locura.
¡°Hace unos a?os le¨ª el guion y me enganch¨®. Al instante supe que quer¨ªa hacer esa pel¨ªcula, y si tienes un guion tan bueno y un protagonista tan atractivo, ?c¨®mo no interpretarle?¡±, cuenta Affleck, corpach¨®n cachas, camisa y americana sobrias ¡ªle da una nota de elegancia bostoniana¡ª, tras la pregunta de si no hubiera sido mejor idea que la interpretara otro. ¡°No voy a dejar de actuar gradualmente para pasarme a la direcci¨®n. Cada largometraje como realizador me supone unos dos a?os de trabajo. Piensa que desde que dirig¨ª Adi¨®s, peque?a, adi¨®s he actuado en seis pel¨ªculas. No puedo rechazarlas. Y m¨¢s si encima encuentras un libreto como este, que ni siquiera me atrev¨ª a reescribir [Affleck es coguionista de sus dos primeras pel¨ªculas como director y tiene el Oscar compartido con Matt Damon por el guion de El indomable Will Hunting\]¡±.
La pol¨ªtica exterior estadounidense. Pocos temas pueden levantar m¨¢s ampollas, y esta pel¨ªcula, adem¨¢s, glorifica la labor de algunos integrantes de la CIA. ¡°Es complejo desde luego, y supe en lo que me met¨ªa cuando decid¨ª levantar Argo, aunque nadie pudiera prever entonces que llegar¨ªan las primaveras ¨¢rabes, a las que segu¨ª con suma atenci¨®n, o, por concretar, que en Egipto tras la revoluci¨®n triunfar¨ªan los Hermanos Musulmanes. Sospecho que lo mismo pasa con la pol¨ªtica exterior de Estados Unidos. A veces puedes incidir a priori, pero otras los acontecimientos son quienes dirigen tus pasos¡±.
S¨ª, ?pero no tiene la sensaci¨®n de que gran parte del resto del mundo se opone a la mayor¨ªa de esas iniciativas pol¨ªticas estadounidenses? ¡°Hay claros prejuicios en ambos lados, aunque desde luego no puedo ser un portavoz autorizado del resto del mundo. Piensa en un detalle de distancias. Como espa?ol vives cerca de varias fronteras: cruzas a Francia, llegas a Alemania¡ Esa misma distancia en mi pa¨ªs es rid¨ªcula. Muy pocos estadounidenses viajan al exterior. Yo solo puedo decir que creo en los esfuerzos de Barack Obama por ayudar al resto del mundo y su labor porque entiendan que no somos solo una superpotencia militar. En anteriores d¨¦cadas no hemos estado acertados, y por poner un ejemplo fuera de Oriente Pr¨®ximo pienso en el apoyo otorgado a Mobutu. Por eso la pel¨ªcula se inicia con la explicaci¨®n de tres d¨¦cadas de historia iran¨ª, en la que desagraciadamente Estados Unidos tuvo mucho que ver¡±.
En el encuentro matinal con los periodistas, Affleck ha hablado de la labor callada de los diplom¨¢ticos. ¡°Quer¨ªa incidir en esa gente que se dedica a ayudar, a negociar buenos acuerdos, a mejorar las relaciones bilaterales. Por eso me refer¨ª a Jean Renoir como una gran influencia cinematogr¨¢fica, porque sus pel¨ªculas destilan un gran humanismo, algo que quisiera que impregnara Argo¡±.
A Affleck parece venirle que ni pintada la pregunta sobre el asesinato de Chris Stevens, el embajador estadounidense en Libia, ocurrido en Bengasi hace diez d¨ªas. ¡°Ese es el tipo de diplom¨¢ticos h¨¦roes a los que quiero dedicar el filme. No creo que influya ni bien ni mal en la carrera comercial del filme, porque hablamos de d¨¦cadas diferentes y distintos pa¨ªses, pero s¨ª en gente con las mismas creencias basadas en la ayuda¡±.
?De verdad quiso ir rodar en Teher¨¢n? ¡°Me lo plante¨¦, pero ni siquiera logramos colar a alguien que se escabullera e hiciera fotos a escondidas o pudiera filmar material que nos ayudara en la direcci¨®n art¨ªstica. Es una sociedad muy cerrada, y cuando habl¨¦ con cineastas iran¨ªes me dijeron que ni se me pasara por la cabeza. Es una l¨¢stima¡±.
Tras el paso de Argo por Toronto y San Sebasti¨¢n, a Aflleck le habr¨¢n calentado la cabeza con la palabra Oscar. ¡°No puedo pararme a pensar en eso. De verdad. Estoy ahora muy concentrado en promocionar este estreno, que vaya bien, que funcione. Los premios son cosas incontrolables que deciden gente que t¨² no conoces¡±. Dicho lo cual, estira su manaza y aprieta fuerte.
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