Una reflexi¨®n llena de arte sobre el arte
El artista y la modelo es una pel¨ªcula muy p¨²dica aunque durante casi todo el metraje la pantalla est¨¦ ocupada por una mujer desnuda, sensual, natural, sin depilar, alguien que desprende vida. Es p¨²dica porque se niega a subrayar los sentimientos (y hay en ella muchos, profundos y complejos) con el agradecido recurso de la m¨²sica. Habla entre otras cosas, como afirma su altivo y torturado protagonista, de comenzar por fin a entender la vida cuando sabes que ha llegado la hora de partir. Habla del obsesivo y casi siempre fracasado intento de encontrar la belleza art¨ªstica y saber plasmarla. Habla de la tr¨¢gica despedida de esas cosas que hacen vivible la vida. Ocurre en un pueblo de los Pirineos franceses en el a?o 1943. Un pueblo, un ambiente, una luz, unos personajes, unas sensaciones, un aroma, una forma de narrar que es vocacionalmente deudora por parte de Fernando Trueba del esp¨ªritu y la est¨¦tica con la que concibi¨® Fran?ois Truffaut El ni?o salvaje y Jules et Jim y, c¨®mo no, del Jean Renoir que rodaba en blanco y negro pel¨ªculas tan emocionantes como perdurables.
El anciano que la protagoniza es un esc¨¦ptico sobre la naturaleza humana, capaz esta de repetir ancestral e incansablemente la barbarie que suponen las guerras, y en posesi¨®n como ¨²nica bandera del poder milagroso del arte. Aunque su rostro y su actitud denotan estar familiarizados con la depresi¨®n, este escultor gru?¨®n todav¨ªa dispone de cosas muy gratas, como que la mujer de hermosura legendaria (a la que coherentemente encarna Claudia Cardinale) que fue su modelo cuando era joven siga compartiendo su cama y su existencia con ¨¦l cuando el tel¨®n est¨¢ a punto de cerrarse. Los ojos de este hombre siguen fij¨¢ndose en la naturaleza con una visi¨®n privilegiada y enamorada. Sus sentidos no han olvidado el inmenso placer que supone saborear unas gotas de aceite de oliva, beber vino y deleitarse observando el cuerpo de una mujer. Y a¨²n le queda la posibilidad de recibir el regalo definitivo, encontrar la definitiva idea para crear su obra maestra, esculpiendo a una mujer joven y luminosa a pesar de llevar mucho tiempo educada en la supervivencia m¨¢s dura. Ella le dar¨¢ muchas cosas con las que el artista ya no se atrev¨ªa a so?ar. ?l le ense?ar¨¢ en una secuencia preciosa a ver el fondo y el proceso del arte m¨¢s sublime a trav¨¦s del dibujo que hizo Rembrandt de una familia, los trazos que utiliz¨® para retratar los sentimientos y la vida.
'El artista y la modelo' est¨¢ hecha con ritmo, cerebro, coraz¨®n y amor
Hay muchas cosas que me fascinan en esta pel¨ªcula a contracorriente, profunda, escrita con mimo por Carri¨¨re y por Trueba, realizada con cerebro, coraz¨®n y amor, con el ritmo y la pausa que necesita la historia, con capacidad de sugerencia, alegre y tr¨¢gica. Jean Rochefort impresiona. Por su pinta, por lo que representa, lo que dice, lo que expresa, lo que insin¨²a y lo que calla. El tiempo no se ha ensa?ado con Claudia Cardinale, una de las dos o tres mujeres m¨¢s guapas que ha filmado nunca la c¨¢mara y su voz mantiene aquel erotismo ronco. Hay que tener mucha confianza en tu director y un coraje notable para atreverse como hace Aida Folch a mostrar tu desnudez plano tras plano. La apuesta, a todos los niveles, era arriesgada. Yo creo que Fernando Trueba la ha ganado. Le sobran razones para estar muy contento con lo que ha hecho. El resultado est¨¦tico y ¨¦tico est¨¢ a la altura de la ambiciosa propuesta.
El tantas veces estimable, sutil y veraz director franc¨¦s Laurent Cantet (Recursos humanos, El empleo del tiempo, La clase) sit¨²a Foxfire en los Estados Unidos de los a?os cincuenta para contar de forma lineal y repetitiva la rebeld¨ªa (?con causa?) de una pandilla de quincea?eras contra el mundo en general, pero sobre todo contra todo tipo de hombres, caracterizados tanto los j¨®venes como los maduros y los viejos (excepto un cura anciano, iluminado y revolucionario) por su afici¨®n a putear a las mujeres, violarlas, chantajearlas, practicar sadismo y desprecio impune con ellas como invariable regla de convivencia. Ante ese desamparo surgir¨¢ una fraternidad feminista y la militancia en la subversi¨®n (que acabar¨¢ siendo sangrienta) contra los infames machos. Cantet, que es muy humano, intentar¨¢ mostrarnos las zonas de luz y de sombra de estas cr¨ªas, sus contradicciones, el desacuerdo entre sus solidarios anhelos y lo que impone la realidad. Pero la historia no progresa, la evoluci¨®n de las sojuzgadas rabiosas resulta cansina, todo me resulta m¨¢s maniqueo que complejo. Y adem¨¢s, me caen fatal desde el principio. Y no me queda m¨¢s remedio que estar 143 minutos en su desagradable compa?¨ªa. Aunque les desee lo mejor, seguro que tambi¨¦n me incluir¨ªan en su lista de machos arrogantes, taimados, insensibles y explotadores. No soporto el cine en el que no puedo implicarme ni un poquito con los sentimientos y la actitud de sus personajes, de los que no me interesa ni su presente ni su futuro. Y lamento sentirme decepcionado con un director del que siempre espero algo bueno.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.