Brahms en las venas
"La sensaci¨®n que transmit¨ªan orquesta y director era de una melancol¨ªa serena, de un hedonismo pict¨®rico. Extraordinaria versi¨®n"
A Alfonso Aij¨®n, director de Iberm¨²sica, no hay crisis que le haga renunciar lo m¨¢s m¨ªnimo a sus idealismos sinf¨®nicos. Sin ning¨²n apoyo de las administraciones p¨²blicas, algo por otra parte habitual en su caso, ayer comenz¨® la 43? edici¨®n de su ciclo de grandes orquestas y solistas. Para empezar, la integral de las sinfon¨ªas de Brahms en dos sesiones con la Filarm¨®nica de Viena. Para concluir, dos conciertos en julio de la Filarm¨®nica de Berl¨ªn con Rattle, y entre medias, la Concertgebouw de ?msterdam con Jansons, la Orquesta Mozart con Abbado, la Philharmonia con Salonen, la Filarm¨®nica de Munich con Maazel y un largo etc¨¦tera. Asombroso, y no solamente desde una perspectiva espa?ola. Este hombre merece un monumento por su tenacidad al servicio de la cultura musical. Es gratificante que este viernes le hayan concedido la Cruz de Honor 1? Clase de Ciencias y Arte de Austria.
¡°?Aimez vous Brahms?¡±, se preguntaba Fran?oise Sagan desde el t¨ªtulo de una de sus novelas. La frase ha quedado como un latiguillo con el paso del tiempo en la memoria colectiva Si uno escucha a la Filarm¨®nica de Viena interpretando una de sus sinfon¨ªas la respuesta afirmativa es casi inevitable. La Filarm¨®nica de Viena lleva a Brahms en las venas. Es una cuesti¨®n de car¨¢cter, de personalidad de un sonido que se ha adaptado como la seda a un estilo. Pasa algo parecido con Mozart. Instrumento a instrumento, secci¨®n por secci¨®n, la Filarm¨®nica de Viena desprende una peculiar y bell¨ªsima sonoridad a?eja de la que emana siempre cierta dulzura. Es comparable en otro terreno, perm¨ªtanme la juguetona asociaci¨®n, a lo que sucede con las cosechas hist¨®ricas de los mejores vinos. La Filarm¨®nica de Viena es, sin duda, una de las ¡°grandes reservas¡± de la m¨²sica.
Hans Richter estren¨® con la Filarm¨®nica de Viena en 1883 la Tercera sinfon¨ªa de Brahms, en un periodo bautizado por algunos analistas como la ¡°Edad de Oro¡± de la agrupaci¨®n. Con este gui?o hist¨®rico comenz¨® la integral sinf¨®nica de Brahms en Madrid. Daniele Gatti estuvo especialmente concentrado para que nada se le escapase de las manos, tanto en los aspectos constructivos como en la creaci¨®n y continuidad de una atm¨®sfera l¨ªrica. Se permiti¨® alg¨²n adorno, pero pocos. Dej¨® que la m¨²sica fluyese. Y as¨ª, con la espontaneidad de estos m¨²sicos privilegiados, fuimos de placer en placer gracias a la inigualable calidez de la secci¨®n de cuerda, al virtuosismo sereno de los instrumentos de madera, a la sensibilidad de los vientos o al rigor amable de los timbales. El tercer movimiento, poco allegretto, puso el romanticismo en primer plano. Es el m¨¢s popular de la sinfon¨ªa, con lo que la memoria sonora se fund¨ªa con una est¨¦tica tan hechizante como reveladora de una ¨¦poca.
La Primera de Brahms, se estren¨® en 1876 despu¨¦s de m¨¢s de dos d¨¦cadas de proceso creativo. Componer una sinfon¨ªa despu¨¦s de Beethoven era psicol¨®gicamente complicado. Con el paso del tiempo se ha convertido en el sue?o dorado de la mayor¨ªa de los directores de orquesta. En Madrid la han abordado desde Celibidache hasta Harnoncourt, por poner dos maestros en las ant¨ªpodas estil¨ªsticas y conceptuales. Es raro el a?o que no sube en varias ocasiones a los atriles. Daniele Gatti propici¨® una lectura hermosa, con la belleza del sonido en primer plano, con un color oto?al, con un sello cantabile evocador. Las intervenciones solistas fueron soberbias; el protagonismo de la cuerda, ejemplar. La sensaci¨®n que transmit¨ªan orquesta y director era de una melancol¨ªa serena, de un hedonismo de corte pict¨®rico. Extraordinaria versi¨®n. La Filarm¨®nica de Viena act¨²a este s¨¢bado en Barcelona con las sinfon¨ªas Segunda y Cuarta de Brahms.
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