Jos¨¦ M¨¢rmol: ¡°Se ha cerrado la noche como un pu?o en ofensa¡±
Con Lenguaje de mar, el poeta dominicano obtuvo el XII Premio Casa de Am¨¦rica de Poes¨ªa Americana. Fusi¨®n de sentidos y est¨¦tica
FOGATA
Con qu¨¦ podr¨¢ el agua saciar su eterna sed.
Sobre qu¨¦ piel nerviosa, cu¨¢l comisura fresca
podr¨¢ sentir un beso,
la presencia inadvertida de otro beso pasajero.
Hay torrentes que no aquietan en ning¨²n estuario.
Hay lados sin reverso, acasos sin por qu¨¦, penas sin gloria.
Ruinas que no saben cu¨¢ndo el tiempo ha de volver.
Con qu¨¦ podr¨¢ el fuego quemar tantos incendios.
Imagen y pensamiento imbricados. Despertar de alguna evocaci¨®n extraviada en el lector e imaginaci¨®n sobre un futuro avistado. Eso es este poema, ejemplo del mundo convocado en Lenguaje de mar (Visor) con el cual el poeta dominicano Jos¨¦ M¨¢rmol obtuvo el XII Premio Casa de Am¨¦rica de Poes¨ªa Americana en mayo pasado y que se acaba de editar. Una distinci¨®n que, en palabras del jurado, se debe a ¡°la madurez l¨ªrica de un poeta que aborda el tradicional tema del mar con voz propia. Los paisajes marinos permiten una meditaci¨®n interior siguiendo los retos planteados por poetas como Pedro Salinas, Rafael Alberti y Juan Ram¨®n Jim¨¦nez¡±.
Nacido en Santo Domingo, en 1960, M¨¢rmol es poeta y ensayista y entre sus libros figuran El ojo del ar¨²spice (1984), Encuentro con las mismas otredades I (1985), Encuentro con las mismas otredades II (1989). Otros de sus poemairos que han obtenido premios son La invenci¨®n del d¨ªa , por el que obtuvo el Premio Nacional de Poes¨ªa en 1987; y Lengua de para¨ªso, Premio de Poes¨ªa Pedro Henr¨ªquez Ure?a 1992.
Los siguientes son algunos de los poemas del premio Casa de Am¨¦rica donde confluyen los diferentes estadios de la vida y la naturaleza perfumada de mar. De horizonte poblado con el rumor de las palabras que crean luz sobre la oscuridad, y hacen ver las sombras que da la luz:
NATURALEZA VIVA
Se ha cerrado la noche como un pu?o en ofensa.
La luz ha renunciado a su af¨¢n de caminar.
La pena hace mutis y se arrulla en desconsuelo.
No hay un globo que gire, una canci¨®n que suene,
una ola que se quede en la orilla a descansar.
Si se detuviera el mar, si se quedara quieto,
como se aleja en la tormenta la luz de los destinos.
Pero, no reposa, nunca descansa el mar.
HORIZONTE
La percepci¨®n habita m¨¢s all¨¢ de la mirada.
A veces, la huella de una estrella fugaz.
A veces, el relincho de un caballo de mar.
La percepci¨®n espera, sigilosa, el pensamiento;
el asomo del filo de lo t¨¢ctil; el volumen, el tono,
la forma insospechada de lo que ser¨¢.
La percepci¨®n espera el reposo de lo quieto.
Vegeta en lo blando del silencio su morada.
La percepci¨®n se abre el anv¨¦s y el rev¨¦s.
A la ruta siguiente del alba y el ocaso.
M¨¢s all¨¢ de las cimas y del horizonte.
M¨¢s all¨¢ de lo alto y lo profundo.
M¨¢s all¨¢ de m¨¢s all¨¢,
la percepci¨®n empieza a trillar su desvar¨ªo.
* Lenguaje del mar. Jos¨¦ M¨¢rmol. Editorial Visor.
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